Smart cities y telelectura: Cómo la telelectura de contadores orienta y acelera el progreso hacia una ciudad inteligente
Mientras que en el seno del Comité Técnico de Normalización 178 de AENOR se trabaja en la definición de Smart city, el servicio Endesa Educa propone una que me parece especialmente acertada. Allí se describe una Smart City, o ciudad inteligente, como aquella que aplica las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) con el objetivo de proveerla de una infraestructura que garantice un desarrollo económico, social y ambiental sostenible, un incremento de la calidad de vida de los ciudadanos, una mayor eficacia de los recursos disponibles y una participación ciudadana activa, manteniendo una armonía entre todos estos aspectos.
La rápida aproximación a la Smart city la ha originado la adopción de la telelectura de contadores en diversas poblaciones abastecidas por el Grupo Aguas de Valencia. La instalación masiva de contadores de telelectura conectados mediante red fija de comunicaciones en unas 25 poblaciones pequeñas y otras grandes como Gandía o Quart de Poblet está completada en 2014, y en otras como Valencia, Tortosa o Sagunto lo estará a lo largo de 2015. En el momento actual, con aproximadamente medio millón de contadores de telelectura instalados, está comprometida la instalación de casi 650.000 contadores antes de finalizar el próximo año.
La telelectura, asociada a la captura distribuida de datos en la red y a un sistema de decisión sobre los trabajos de mantenimiento, lleva a resultados espectaculares en la mejora del ratio agua registrada frente a producida. Recientemente, una entidad pública operadora de abastecimientos de agua ha reportado contundentes resultados en los que se comparan los resultados en dos poblaciones que gestiona. En cuatro años, la que no tiene implantada la telelectura ha mejorado su rendimiento de red en 3 puntos porcentuales, la otra, en el mismo periodo y partiendo de valores casi iguales, al implantar la telelectura y dirigir el mantenimiento de la red según la información que ésta aporta, ha mejorado 16 puntos el rendimiento.
Es evidente que con este resultado:
- Se incrementa la eficacia de los recursos disponibles, pues para distribuir la misma agua se necesita captar y bombear menos.
- Se aumenta la sostenibilidad ambiental, pues se deja de utilizar un agua en el abastecimiento que se podrá destinar a otros usos, además de proteger las fuentes de agua bruta.
- Se aumenta la sostenibilidad económica, pues aunque es necesaria la inversión en equipos de telelectura, se aumenta la vida útil de las instalaciones de producción y distribución y se reducen los gastos corrientes, como el de energía eléctrica, dependientes del volumen suministrado.
- Con la bajada conjunta de costes que genera, la telelectura contribuye a un desarrollo social sostenible, al propiciar la bajada o contención de las tarifas de agua.
Artículo publicado en: FuturENVIRO Noviembre 2014