Sólo el 16% de las empresas españolas sumará vehículos eléctricos a sus flotas, casi la mitad que un año antes
Las empresas españolas no terminan de dar el paso para incorporar a sus flotas vehículos eléctricos. Si bien el 62% de las matriculaciones de eléctricos se registran en este canal, lo que demuestra que existe un interés por esta tecnología eficiente, lo cierto es que no consiguen despejar la ecuación coste/uso. De ahí que sólo el 16% de las compañías tenga intención de sumar estos coches a su flota en 2020, frente al 25% del año pasado, según la última edición del Observatorio del Vehículo de Empresa (CVO) promovido por Arval, compañía de movilidad de BNP Paribas.
El estudio -realizado entre casi 4.000 gestores de flotas de pymes y grandes empresas de trece países- muestra que, a pesar de que la movilidad eléctrica y fórmulas que la ponen en valor como el uso compartido de vehículos (carsharing) han ganado popularidad, todavía necesitan recorrido para representar una solución consolidada en el mundo corporativo.
Más allá de las barreras tradicionales relacionadas con los puntos de recarga, la autonomía o el alto precio de compra, el mencionado estudio recoge cómo el estado actual del impulso a las energías alternativas no refleja la opinión de las empresas en cómo hacerlo más eficiente. Una de las razones es la ausencia de una estrategia continuada de impulso al vehículo eléctrico.
Las dudas generadas en torno a la continuidad del Plan Movea, que estará en vigor hasta mediados de octubre, ponen de manifiesto que las empresas no se plantean el salto a formas de movilidad más sostenibles que las tradicionales apoyándose en incentivos puntuales. Esta circunstancia explica que las compañías españolas con vehículos enchufables en su flota se hayan reducido de un 10% a un 6% en el último año.
Gráfico 1. Las empresas pierden interés por los eléctricos, según Observatorio del Vehículo de Empresa (CVO) promovido por Arval
Dentro del contexto europeo, España se sitúa en el tercio inferior de la tabla en intención de uso del eléctrico, que encabeza Holanda, país en el que las compañías que recurrirán a esta tecnología en el próximo trienio duplicarán a las españolas, hasta alcanzar el 35%. Uno de los motivos es que la red de postes de recarga holandesa es diez veces superior a la de España, y las ayudas públicas destinadas a la compra de vehículos eléctricos son más elevadas.
Por otro lado, en el informe se asegura que los planes de movilidad de las ciudades "no contemplan un análisis certero de los desplazamientos corporativos, lo que frena las inversiones a corto plazo, sobre todo en la gran empresa". Esta circunstancia explica que si bien entre las Pymes la intención de uso en los próximos tres años sube del 18% al 22% en el último año, entre las grandes empresas sufra un retroceso de nueve puntos, al pasar del 43% al 34% en idéntico periodo.
El carsharing, en fase piloto
Otra de las conclusiones que revela el CVO es el freno a la tendencia de la conducción compartida entre las empresas. De hecho, sólo el 17% de las compañías, frente al 27% del año pasado, considera el casharing como solución de movilidad, "lo que evidencia que todavía no han interiorizado lo suficiente la economía colaborativa en su modelo de negocio".
De esta forma, si bien el pool de vehículos lleva existiendo mucho tiempo en el entorno empresarial, lo cierto es que el 'carsharing tecnológico' para ampliar el espectro de conductores es residual. De hecho, sólo un 2% de las empresas españolas, frente al 6% de las europeas, cederían sus coches corporativos para su utilización compartida.
Según el estudio CVO, el uso compartido de vehículo es una fórmula mejor acogida entre las empresas para los empleados que no utilizan el coche como herramienta de trabajo, sino como para desplazamientos puntuales (reuniones…). Esto explica que esté implantado ya en el 15% de las Pymes y sólo en el 10% de las grandes empresas.
Una flota instalada en el diésel
Aunque el diésel sigue perdiendo cuota (en el último año retrocedió un 5,5% en el total del mercado y un 3,3% en el entorno corporativo), el uso de vehículos alimentados por gasóleo continúa siendo la solución mayoritaria en las flotas de las empresas consultadas para la elaboración del citado estudio. Tanto es así que los episodios sobre manipulación de emisiones y las incertidumbres creadas alrededor de estos motores no han influido en la política de flota, tal y como reconocen casi nueve de cada diez empresas.
Si atendemos al tamaño de la empresa, las grandes corporaciones -más concienciadas con la Responsabilidad Social Corporativa (RSC)- se han visto ligeramente más influidas por estos acontecimientos que las pequeñas. Así, el 32% de las compañías con flotas más numerosas, frente al 21% de las Pymes, reconoce haberse planteado dejar de lado el diésel a la hora de renovar sus coches corporativos.
Entre las alternativas limpias, la balanza se inclina claramente hacia la tecnología híbrida, lo que explica que haya ganado peso en el último año, al pasar de un 23% a un 37% el porcentaje de grandes compañías que ya suman estos vehículos a su flota.
El renting gana adeptos entre las pymes
Por otro lado, el CVO pone de manifiesto como si bien el renting sigue siendo terreno conquistado entre las grandes empresas –donde tiene una representación del 70%- poco a poco consigue un hueco entre las Pymes que, aunque arraigadas a la compra directa, se acercan a la fórmula del todo incluido.
Así, el 21% de las Pymes -frente al 20% del año pasado- se decantan por el alquiler a largo plazo, lo que supone que las estrategias de acercamiento de los operadores de movilidad dan sus resultados. En los últimos tres años la representación de la pequeña empresa en el renting creció nueve puntos porcentuales.
Según el director del CVO, Manuel Orejas, “entre las Pymes es donde se encuentra ahora mismo el mayor potencial de expansión, el mayor potencial de crecimiento de flota corporativa bajo la fórmula de renting, al ser un mercado con más recorrido, con más nicho. Sin embargo, entre la gran empresa, usuaria histórica de este método, es donde los operadores tienen el mayor potencial de renovación”.