¿Quién decide sobre la seguridad en la industria?
Hace años, las investigaciones sobre la causa de los accidentes buscaban determinar si el origen del fallo era mecánico o humano. En ambos se asumía que se trataba de algo inevitable y ahí terminaba la discusión. Pero hoy estos planteamientos ya no sirven y vamos más allá al preguntarnos si el sistema, que se convirtió en una trampa, se podría haber diseñado para ser seguro, independientemente de fallos mecánicos o humanos.
En el accidente del tren Alvia de la línea Madrid-Ferrol que tuvo lugar en 2013 vivimos una situación en la que se pasó en un primer momento de culpar al maquinista, a ir un paso más y preguntarnos por qué no invertimos más en la seguridad activa del sistema ferroviario español. Es un trágico ejemplo del tema que tratamos hoy: ‘¿quién decide sobre la seguridad en la industria?’
No hace tanto que en otro accidente ferroviario, el de Chinchilla en 2003, supimos que la catástrofe podría haber sido evitada con un sistema de comunicaciones por radio, del cual carecían los trenes, o incluso mediante una llamada de teléfono móvil, que tampoco se había previsto. En el caso del accidente de Santiago de Compostela descubrimos que se llegó a plantear la instalación de un sistema de seguridad que hubiera evitado el accidente, incluso con el despiste del maquinista. Pero finalmente se desestimó y posteriormente llegaron las lamentaciones. Los políticos culparon a los técnicos, y los técnicos a los políticos, de no haber incorporado el sistema de seguridad que impide el accidente por fallo humano. En cualquier caso, el mensaje de que todo estaba correcto y sólo hay un culpable, el maquinista, no coló.
¿Tan caro es un sistema que avise al maquinista y al centro de control de desviaciones en las velocidades máximas en cada punto de la vía a partir de las coordenadas de posición del tren proporcionadas por un GPS? Parece ser que ahora este tema aparece en uno de los 20 puntos aportados por la ministra de Fomento en su plan de medidas para mejorar la seguridad en los ferrocarriles españoles.
Por ello nos preguntamos, ¿cuánto cuesta la seguridad? ¿Podemos medirlo en euros? Teóricamente sí, las compañías de seguros tienen claro cuánto pagan por los siniestros, pero, ¿cómo valoramos los daños irreparables? Si son irreparables, no hay nada que los compense.
Llevada esta discusión al mundo de la industria, también aquí nos preguntamos cuánto es justo invertir en la seguridad de las personas. ¿Es conveniente que máquinas rotativas con rotores de varios cientos de kg girando por encima de 1.000 rpm no dispongan de sistemas automáticos que eviten averías catastróficas? Los costes de los sistemas de protección se han reducido hasta unos pocos cientos de euros por máquina. ¿Vale la pena, pues, jugársela a que suceda o no un accidente?
Los sistemas de protección de maquinaria existen y están a disposición de los responsables de las plantas industriales. Los fabricantes de la maquinaria y las ingenierías aconsejan su instalación, pero a veces queda en tierra de nadie la decisión sobre la incorporación o no de estos sistemas. Por ello, hagamos la siguiente reflexión... Si en una planta industrial una turbina, una bomba o cualquier otra máquina revienta por vibración y produce un accidente grave, ¿de quién es la responsabilidad?:
- del fabricante, que permitió su funcionamiento sin un sistema de protección por vibración,
- de la ingeniería que lo proyectó, por no haber previsto que esto podía suceder, a pesar de que este caso viene descrito en la norma ISO 10816,
- del operador, que no paró la máquina a pesar de que se escuchaba un ruido anormal,
- del responsable de mantenimiento, por no haber exigido un sistema de protección para una máquina de tamaño y potencia,
- del responsable de seguridad de la planta, por no haber previsto la instalación de sistemas de protección adecuados a cada máquina,
- o del director de planta, por no haber exigido sus responsabilidades a ninguno de los anteriores.
Este es un tema muy interesante a debatir, y del que estamos seguros que debemos seguir trabajando entre todos para que la seguridad, tanto en la industria, como en la sociedad en general, defina y establezca los parámetros y herramientas necesarias para que no se produzcan accidentes o catástrofes como las anteriormente mencionadas, o al menos se minimicen al máximo y no tengamos que lamentar pérdidas humanas. Es un principio básico que defendemos en Preditec/IRM y el Grupo Álava Ingenieros, y que estamos convencidos comparten todos los responsables y profesionales del área de la seguridad.
Preditec/IRM es una compañía líder en España que ofrece servicios de mantenimiento predictivo basado en la condición, diagnóstico de maquinaria y formación en técnicas predictivas para aumentar la fiabilidad en las plantas industriales.
Preditec dispone de un Condition Monitoring, Diagnostic & Training Center (CMDT), el primer centro de este tipo que se implanta en España y Europa y que constituye una infraestructura clave para realizar de manera segura y fiable el control y mantenimiento de la maquinaria crítica de las factorías de sus clientes y socios en varios países del mundo.
Este centro permite realizar, entre otras funciones, la vigilancia y control remoto de la maquinaria y equipos industriales 24 horas al día - 7 días a la semana, a través de las herramientas software más innovadoras del ámbito internacional en este campo, facilitando el diagnóstico predictivo en remoto y aportando importantes beneficios para las empresas en diversos aspectos, como la reducción en consumo energético, costes de mantenimiento y almacén, número de averías y fallos imprevistos y el aumento de la vida útil de los activos.