Una variada lista de nuevos alimentos: de la E.coli buena al grillo o al aperitivo indio
Echar un vistazo a los nuevos alimentos aprobados por la Unión Europea puede servir para percibir el lado bueno de la bacteria E.Coli, que los insectos siguen sin responder a la expectativa y que los países comunitarios validan con relativa frecuencia la venta de alimentos propios de otras culturas.
En concreto, en 2023 la Comisión Europea dio el visto bueno a una treintena de nuevos alimentos, lo que supone una subida respecto a la veintena aprobada en 2022. Sin embargo, realmente no son todo nuevos alimentos como tal porque en algunas ocasiones se tratan de modificaciones en las condiciones de uso de productos previamente aprobados.
Un proceso garantista
La concesión como nuevo alimento tiene que pasar una serie de trámites a nivel comunitario que comienzan cuando un solicitante, normalmente una compañía del sector agroalimentario, presenta ante la Comisión una solicitud de autorización para comercializar la novedad en cuestión.
Es la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) la que juega un rol clave en esta etapa porque es la encargada de llevar a cabo una evaluación del nuevo producto hasta publicar un dictamen científico indicando si es seguro o no el nuevo alimento en las condiciones de uso propuestas antes de que finalmente la Comisión dé su visto bueno.
Además, lo habitual es que se conceda solo al solicitante la autorización para comercializar el alimento; si bien no impide que solicitantes posteriores puedan hacerlo siempre que se basen en información obtenida legalmente que justifique esa autorización.
Polvo de grillo doméstico y larvas de escarabajo
Entre los más curiosos se encuentran los relacionados con los insectos, al ser un alimento que aún impacta culturalmente en Europa. En 2023 se aprobaron solo dos: un polvo parcialmente desgrasado del grillo doméstico; y la forma congelada, en pasta, desecada y en polvo de las larvas del escarabajo del estiércol.
En el caso del escarabajo, fue la compañía Ynsect la que lo solicitó para su uso como ingrediente en diversos alimentos (barritas de cereales, panes, cereales, sopas, fideos, pizza o patatas fritas). La empresa Cricket One Co consiguió, por su parte, la autorización para vender polvo de grillo doméstico para productos similares, como panes, panecillos, galletas, salsas, o sopas.
Entre los nuevos alimentos en 2023 destacaron también algunos como la aprobación de un polvo de proteína de guisantes y de arroz fermentada por micelios de seta shiitake para su uso en panadería, en la elaboración de pastas o lácteos.
Se dio el visto bueno al uso de celobiosa, un disacárido que se produce a partir de sacarosa y glucosa, y que se puede usar en la elaboración de carne seca, enlatada, curada cruda o curada cocida.
Un subproducto clásico que se obtiene en la fabricación de cerveza, el bagazo de cebada, tuvo su protagonismo en este ámbito el año pasado porque la Unión Europea dio luz verde al uso de proteína parcialmente hidrolizada de este bagazo junto al de arroz para su uso en confitería, cereales de desayuno, sopas o salsas, entre otros.
Multinacionales como Nestlé no desaprovechan la oportunidad que les da la legislación sobre nuevos productos y consiguió el año pasado que le aprobasen el uso del caseinato lácteo de hierro en la elaboración de leche y lácteos preparados y para bebidas de cacao en polvo.
El caseinato es un complejo de fosfato, hierro y caseína en forma de polvo de color crema o beis con uso en alimentación.
La influencia de terceros países
En el listado es habitual que entren como nuevos alimentos productos tradicionales de terceros países a los que se les abre la puerta en el mercado comunitario una vez validada su seguridad.
Así, el año pasado, por ejemplo, se aceptó la autorización para comercializar nueces secas Kenari, que provienen de las islas Molucas (Indonesia). O la aceptación de los granos tostados e hinchados de las semillas de la planta Euryale ferox Salisb (Makhana), que se usan como aperitivo en la India.
El lado bueno de la E.Coli
Si algo sorprende a los desconocedores de la microbiología es que la bacteria E.Coli, conocida cuando genera alertas de seguridad alimentaria, tiene su lado bueno porque hay cepas cuyo tratamiento oportuno reporta beneficios para la salud y para la nutrición.
De hecho, es la protagonista en muchas de las resoluciones de nuevos alimentos en la Unión Europea porque es habitual la solicitud de uso de cepas modificadas genéticamente de E.Coli para obtener sustancias en forma de polvo que tienen multitud de usos, entre ellos para incluir en alimentación para lactantes, en lácteos, en barritas de cereales o en complementos alimenticios.
Precisamente las aprobaciones para alimentación infantil son también el objetivo principal de nuevos alimentos a base de leche de vaca, como el aprobado el año pasado con el compuesto osteopontina de leche de bovino; o la ampliación del uso dado a un aislado de proteínas de suero básico también de leche desnatada de vaca.