Entrevista al profesor Raúl Rojas, cofundador de AutoNOMOS LAB
El profesor Raúl Rojas, director del Centro de Aprendizaje para Máquina y Robótica de la Universidad Libre de Berlín y cofundador de AutoNOMOS LAB, participó como invitado de excepción en la primera edición del Miting d’Auto organizado en noviembre de 2016 por el Clúster de la Indústria d'Automoció de Catalunya, CIAC. En la velada, el profesor Rojas compartió con los presentes su experiencia en el desarrollo del primer vehículo autónomo de Europa, un proyecto que le ha convertido en pionero a nivel europeo.
Para situarnos... explíquenos un poco en qué consiste su trabajo en AutoNOMOS LAB de Berlín.

Este es un grupo de investigación en la Universidad Libre de Berlín que desarrolla vehículos autónomos, es decir, los maneja una computadora. Yo soy el responsable del proyecto y profesor de Inteligencia Artificial.
Ustedes han sido pioneros en la introducción del coche autónomo en Europa. ¿Dónde más han estado?
En 2011 obtuvimos la licencia para conducir en Alemania. En 2012 y 2015 estuvimos en México. En 2012 en Texas, en 2015 en Nevada y también en Suiza, así que ya conducimos en cuatro países.
Actualmente, ¿qué tecnologías conviven en un coche autónomo?

En un coche autónomo encontramos láseres para detectar otros automóviles, nueve cámaras de vídeo para detectar peatones y obstáculos, así como un sistema GPS muy preciso. Una computadora recibe esta información y con el mapa de la ciudad determina como controlar el automóvil.
¿Cuáles son los principales escollos con los que se encuentra un coche autónomo?
Todo debe ser muy preciso y seguro. El mayor problema en Berlín fue la nieve, que oculta los carriles. El mayor problema en México fueron los hoyos en el asfalto, que son muy difíciles de detectar. Son dos ejemplos de los retos que se deberán ir superando.
Uno de los problemas que se plantean es sobre la responsabilidad ante un accidente… ¿qué opina?

Eso está abierto. Existe un hueco legal ya que hasta ahora el conductor era el responsable de cualquier accidente. Pero si no conduce, no está claro quién paga por un accidente. ¿La compañía automovilística o el desarrollador del software?
En su ponencia durante la primera edición del Míting d’Auto apuntó que el coche autónomo había sido un ‘sueño’ del hombre desde hace un siglo. Otro sería el coche volador, ¿por ejemplo?
Ese no. La energía que se necesita para volar es muy elevada y en el siglo XXI se trata de ahorrar energía y no de desperdiciarla. Así que ese se va a quedar como sueño.
Hoy la tecnología puede permitir los coches autónomos. Sin embargo, ¿están las infraestructuras y, más aún, los conductores ‘habituales’ preparados para él?
La infraestructura tiene que evolucionar para proporcionar, por ejemplo, telecomunicación para automóviles. La población deberá acostumbrarse y se debe tener aceptación social. Hay mucho camino por recorrer.
Con el coche autónomo, ¿sabremos manejarlo si un día falla el sistema automático?
No, porque todos seremos pasajeros. En un avión, si se enferma el piloto nadie sabe pilotar.
El futuro parece que pasa por la conectividad total. ¿Qué riesgos supone en cuanto a seguridad y confidencialidad? O cuando caiga la red…
La red no se cae porque se conforma de todos los vehículos. Es lo que se llama una red adhoc. Pero la posibilidad de hackeo es preocupante. Ya ven lo que pasa hasta con las elecciones con los hackers rusos.
Para finalizar, ¿cuáles son los siguientes retos en AutoNOMOS LAB?
Queremos simplificar y abaratar todo. La computadora y sensores no deberían costar más de 1.000 euros pero nos falta mucho para llegar ahí.