AIFIm aconseja comprobar el estado de conservación de la cubierta cada tres años y realizar anualmente una limpieza de los elementos de desagüe
Aunque pueda ser necesario reparar puntualmente la impermeabilización, con un mantenimiento preventivo de la cubierta, no sufrirá daños durante años.
Desde AIFIm, la Asociación Ibérica de Fabricantes de Impermeabilización, nos aportan algunos consejos para evitar alargar la vida útil de la cubierta.
- En primer lugar, es importante comprobar que la impermeabilización está en buen estado, sin deterioros aparentes como fisuras, cortes, roturas, pérdida de unión entre solapes, o refuerzos de láminas, etc.
- Realizar un mantenimiento adecuado según el tipo de cubierta será más o menos necesario realizar reparaciones puntuales en la impermeabilización. Si el deterioro ya fuese pronunciado, es fundamental contar con el asesoramiento de especialistas de impermeabilización.
- Una vez al año, aconsejan los expertos, se deberá realizar una limpieza de los elementos de desagüe (sumideros, canalones y rebosaderos) y comprobar su correcto funcionamiento. Además, deberá realizarse cada vez que haya tormentas importantes.
- Si la cubierta está terminada en grava, deberá recolocarse una vez al año, debiendo contar con un espesor mínimo de 5 cm en toda la superficie.
- Se deberá comprobar el estado de conservación del pavimento o protección de la cubierta cada tres años.
- Es igualmente importante revisar el estado de conservación de los puntos singulares tales como la conexión de la membrana con los sumideros, paramentos, etc.
Para Blanca Gutiérrez, gerente de AIFIm, “con estas sencillas recomendaciones, siempre que los deterioros no sean evidentes, lograremos alargar la vida útil de la cubierta, asegurando la habitabilidad y el confort de los usuarios”.