La llegada del calor acelera la impermeabilización de piscinas
De este modo, la puesta a punto de las piscinas es este año más importante que nunca, para ahorrar al máximo en agua y en la factura eléctrica, teniendo en cuenta también la escalada de los precios de la energía.
El gasto medio que supone, por ejemplo, el uso diario de la depuradora es de unos 100 euros mensuales de media, según apuntan los técnicos de Propamsa, especializada en soluciones innovadoras para una construcción sostenible.
Además, subrayan que hace falta extremar las medidas de prevención ante el próximo llenado de las piscinas. En el caso de una piscina tipo unifamiliar, 6×4 metros y 2 metros de profundidad, si no se realiza ninguna actuación que evite fugas o filtraciones, la piscina puede quedar completamente vacía en tan solo un mes.
España cuenta con más de 1,2 millones de piscinas. Y, según cifras del sector, hay una por cada 37 habitantes, un nivel similar al de Francia, aunque se sitúa muy por delante de Alemania (1 piscina para 112 habitantes), y triplica la tasa de otros países con un clima similar al español, como Italia (1 para 180) o Portugal (1 para 105).
Además, como asevera la Asociación Española de Profesionales de la Piscina (Aseppi) de 2023, el perfil del consumidor muestra que ahora se da más importancia a elementos como la calidad de su equipamiento, un mantenimiento fácil y su integración en el entorno, primando el ahorro de agua y de energía.
Pese a ello, con el paso de los años las piscinas sufren filtraciones y fugas que pueden ocasionar importantes desperfectos y que precisan de productos impermeabilizantes, que amplíen la durabilidad de las piscinas y eviten la aparición de fisuras por las que se escapa el agua.
¿Cómo saber cuándo hay que impermeabilizar la piscina?
A nivel técnico, uno de los principales factores de riesgo es el deterioro de las juntas cementosas de las piscinas, que debe comprobarse y repasarse entre los 2 y 5 años. La señal más clara, según advierten los técnicos de Propamsa, es la bajada del nivel del agua, más allá de la que pueda evaporarse por las elevadas temperaturas.
Si la pérdida del volumen de agua es más acelerada, es un claro síntoma de problemas de tuberías, fugas o defectos en la impermeabilización del vaso de piscina. Otra señal inequívoca también serán los incrementos alarmantes en la factura.
Por todo ello, desde Propamsa se recomienda la impermeabilización bajo baldosa del vaso de la piscina y un buen sellado de los puntos críticos como impulsores, focos y skimmers (los filtros que aspiran y retienen los residuos) para asegurar su estanqueidad.
Se trata de un proceso de rehabilitación relativamente corto, pero en función de las dimensiones de la piscina y los materiales empleados, los tiempos de ejecución pueden oscilar entre dos semanas y un mes, de ahí la importancia de planificarla con tiempo.
Y una rehabilitación completa permite que esta instalación funcione con normalidad hasta mínimo 10 años, ya que la durabilidad de la impermeabilización va directamente asociada a la calidad de los materiales, la ejecución y al tipo de revestimiento final que se instale.
Para asesorar sobre todas estas soluciones, Propamsa ha lanzado una campaña para la impermeabilización de piscinas con el lema ‘Ahorra dinero y agua’, que subraya la importancia de una correcta puesta a punto entre los meses de abril y mayo para llegar al verano con la piscina en perfectas condiciones.