Hacia un 2023 lleno de oportunidades

Sin duda, 2022 va a ser un año que va a pasar a la historia. A la triste historia de las guerras y también a la historia de la energía. Una vez más se demuestra que la energía es un actor, no menor, del conflicto. 2023 deparará importantes desafios, como la aceptación social de la tecnología fotovoltaica, en un año electoral como en el que estamos.

Hemos tenido un verano en el cual los efectos de la emergencia climática se nos han adelantado una década a las previsiones. El papel de la energía fotovoltaica se ha revalorizado, como fuente limpia, pero además endógena, competitiva y generadora de desarrollo económico.

Para nuestro sector va a ser un nuevo año de récord, Pese a no tener todavía los datos oficiales de cierre, estamos convencidos de que sobrepasaremos los 3,4GW en suelo y los 1,2Gw de autoconsumo del año 2021.

Los motores de crecimiento del autoconsumo están siendo las subvenciones y los altos precios de la energía, además de la propia competitividad del mismo. Aunque la lentitud en la concesión de las subvenciones está dejando en evidencia el modelo elegido.

Haciendo una valoración integral de los resultados que ha obtenido el sector fotovoltaico nacional, creemos que podemos mirar al futuro con la esperanza que supone estar generando una gran oportunidad para nuestro país.

2023 nos depara importantes desafíos. La aceptación social no es el menor, en un año electoral. Las empresas de nuestro sector deben trabajar desde la transparencia y el consenso con las comunidades locales, maximizando el impacto positivo socioeconómico y en la biodiversidad.

Para el año que acabamos de empezar, racionalizar y objetivar las tramitaciones administrativas seguirá siendo una tarea pendiente. Esperamos que una cantidad importante de proyectos reciban la DIA lo antes posible. Pero esto no debe ser óbice para repensar los procedimientos de aprobación, sin hacerlos más laxos.

Respecto al autoconsumo, esperamos que se resuelvan con la llegada del nuevo año las incompresibles barreras que todavía existen para el autoconsumo colectivo y las distribuidoras.

Este año se pondrán en marcha los nuevos mecanismos de concurso para la asignación de potencia. Una nueva fórmula, que como todo lo nuevo plantea incógnitas sobre su eficacia. Además, si no se toman medidas compensatorias, van a tener la externalidad negativa de expulsar a la generación distribuida de los nudos que se concursen.

También ya es imprescindible comenzar a dotarnos de una capacidad adecuada de almacenamiento para lo que necesitamos cuanto antes una regulación del mismo.

Para un sector intensivo en capital, el incremento en el coste del dinero también plantea nuevos escenarios.

Racionalizar y objetivar las tramitaciones administrativas seguirá siendo una tarea pendiente para 2023.

Y un desafío industrial, no menor. Las distopias que hemos vivido nos empujan a considerar la imprescindible necesidad de que al menos una parte de los paneles fotovoltaicos se fabriquen en nuestro país.

2023 será, por tanto, un año en el que los números de nuestro sector continuarán creciendo, pero en el que también la respuesta adecuada a los desafíos nos condicionará el crecimiento en los años siguientes.