Entrevista a Alberto Coloma, gerente de la Fundación La Casa Que Ahorra
¿Qué balance hace de los primeros pasos dados por La Fundación La Casa que Ahorra? ¿Cómo está siendo acogida esta iniciativa en el sector de la Construcción?
El balance de este primer periodo de vida de la Fundación es muy positivo. Haciendo un análisis de las iniciativas que hemos llevado a cabo durante este periodo, prácticamente todas han tenido una repercusión relevante mediática, social o profesional. El sector de la Construcción en nuestro país está sufriendo, como todos sabemos, una situación enormemente complicada y tiene que desarrollar un nuevo modelo de negocio que sea compatible con las exigencias de sostenibilidad que demanda hoy en día la sociedad y los compromisos que adquirimos como país miembro de la UE. Y debe hacerlo además en medio de una coyuntura económica tremendamente difícil. En ese sentido, iniciativas como la nuestra, que buscan la información y concienciación de los ciudadanos para que también ellos demanden ese nuevo modelo, se entienden, en general, en el sector como un apoyo.
¿Aprecia en la sociedad, y en los profesionales de la Construcción en particular, un interés cada vez mayor por la eficiencia energética en la edificación?
Creo que pocas veces se ha podido encontrar en el sector un consenso mayor que el que se ha articulado en torno a la importancia de la eficiencia energética en edificación.
Se trata con seguridad de una de las apuestas más importantes que puede hacer un país por el ahorro económico, la independencia energética, el respeto al medio ambiente y la generación de empleo. Y a estos beneficios, y de forma específica en nuestro país, se añade hoy una problemática social que comienza a ser muy preocupante; el aumento del número de hogares que se declaran en situación de pobreza energética, es decir, que no pueden costearse la energía que necesitan para mantener su vivienda en unas condiciones de confort térmicos mínimamente saludables.
Si todo lo anterior no fuera suficiente, aún nos quedaría la obligación que tenemos de alinearnos con el resto de países europeos en el camino hacia una edificación más sostenible, implementando las Directivas sobre eficiencia energética que la UE viene aprobando desde 2002 hasta la reciente de octubre 2012 que establece objetivos ambiciosos en materia de rehabilitación energética.
¿Considera que la crisis económica en la que nos vemos inmersos puede ‘favorecer’ esta apuesta por la eficiencia, por lo que supone en ahorro económico?
Sin duda la posibilidad de generación de ahorro económico es uno de los factores fundamentales que pueden animar actuaciones de mejora de la eficiencia energética de nuestros edificios. Pero en este punto conviene recordar que, de los aproximadamente 10 millones de edificios que tenemos, cerca de un 80% tienen más de 30 años y son por tanto, anteriores a las primeras normativas que regulaban la necesidad de aislar nuestras construcciones, las Normas Básicas de Edificación de 1979. De esta forma, la mejora de la eficiencia de nuestro parque edificatorio pasa necesariamente por intervenir en estos edificios depredadores de energía. Y, si bien el ahorro económico que se puede generar a nivel país es enorme, no nos debe hacer olvidar que no es el único beneficio a conseguir sino que, como comentábamos, se trata además de una necesidad imperiosa desde el punto de vista medioambiental y también social, por lo que evaluar el interés de promover actuaciones masivas de rehabilitación únicamente por el beneficio que puede generarse en términos de ahorro económico es sesgado y puede llevar incluso a actuar como freno de las mismas.
¿Es hoy, por tanto, la rehabilitación el principal ámbito de actuación en eficiencia energética, habida cuenta de la caída experimentada en nuestro país por la nueva edificación?
Sin duda lo es por lo comentado anteriormente; tenemos 25 millones de viviendas en este país y se están construyendo menos de 100.000 nuevas viviendas al año, con lo que el impacto energético hay que buscarlo sin duda en el parque ya edificado. Ahora bien, no tendría sentido ser ambiciosos en la rehabilitación de estos edificios ya construidos y no serlo en lo que exigimos a las nuevas edificaciones. Lo que no aislemos hoy… tendremos que rehabilitarlo mañana. Esperamos y confiamos que el nuevo Código Técnico de Edificación, que debería ver la luz en un plazo de tiempo muy breve, sea ambicioso en ese sentido.
¿En qué aspectos concretos puede mejorar una vivienda construida su ahorro energético? ¿Cuáles son las principales actuaciones que debe acometer un edificio para mejorar su eficiencia?
Entre un 50 y un 70% de la energía que se consume en una vivienda se emplea en calefacción y refrigeración. Y más de la mitad de esa energía se está despilfarrando debido a la deficiente calidad térmica de sus cerramientos, tanto fachadas, cubiertas y suelos como ventanas. Por tanto las actuaciones de mayor impacto desde el punto de vista de reducción de las necesidades energéticas de un edificio pasan necesariamente por mejorar el aislamiento de estos elementos de la envolvente, con soluciones por ejemplo de aislamiento térmico por el exterior en fachadas o sustitución de vidrios y carpinterías por otros más eficientes.
¿Disponen de algún informe en el que se visualice, con datos concretos, el ahorro que obtendría el propietario de una vivienda mejorando su eficiencia energética?
A lo largo de este año 2012 hemos desarrollado, junto con la Federación Española de Municipios y Provincias, lo que hemos llamado ‘Programa de Diagnóstico Energético del Hábitat Urbano’ (PDEHU), que nos ha llevado a realizar estudios de eficiencia energética en edificios y barrios de cinco ciudades españolas. En estas cinco localidades y a petición de sus ayuntamientos, nos hemos encontrado trabajando sobre una tipología de edificación muy extendida a lo largo de toda la geografía española y que comparte en muchos casos problemas comunes de deficiente calidad energética. Tenemos así que, si bien los edificios analizados han sido, como es lógico, unos pocos, las conclusiones obtenidas pueden aplicarse a una parte muy importante del parque edificado de este país, construido en núcleos urbanos entre los años 60 y 70. Hemos encontrado que, con intervenciones en fachadas, cubiertas y ventanas como las que comentábamos, se puede conseguir reducir la demanda de energía para calefacción entre un 45 y un 65%. En las próximas semanas este estudio estará disponible para todo aquel que esté interesado, ya que el objetivo final del mismo es que los ciudadanos conozcan que a través de las acciones de rehabilitación sus viviendas van a verse mejoradas sustancialmente, tanto por ahorro económico como por aumento del bienestar.
¿Se puede entonces mejorar también en criterios como el confort y la seguridad actuando sobre la eficiencia energética?
Una vivienda eficiente energéticamente no sólo es más respetuosa con el medio ambiente y más económica para su propietario en términos de consumo energético sino que, sobre todo, es una vivienda mucho más confortable. A modo de ejemplo, uno de los factores más importantes de despilfarro de energía de nuestras viviendas tiene que ver con defectos de estanqueidad en los cerramientos, es decir, con problemas de infiltraciones de aire. Y todos sabemos la falta de confort asociada a esas corrientes de aire frío que se pueden colar inoportunamente en nuestra casa.
Recientemente leía que el 85% del déficit comercial de España es achacable al factor energético, a la importación de combustibles fósiles. Entiendo que la FLCQA, incidiendo sobre la eficiencia energética, ofrece también un alto compromiso medioambiental.
Uno de los objetivos principales de la Fundación es la lucha activa contra el cambio climático. Como ya comentaba anteriormente uno de los motivos por el que la eficiencia energética está cobrando una importancia relevante en las políticas de la Unión Europea, es debido a su repercusión directa en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. La reducción de la demanda energética de los edificios es una de las claves para que el balance energético de nuestro país se vea beneficiado. La transición del uso de combustibles fósiles a energías renovables en el sector de la edificación, tiene que acompañarse necesariamente por medidas que garanticen que nuestras viviendas demanden única y exclusivamente la energía que necesitan.
En líneas generales, ¿qué nota pondría a los edificios españoles en eficiencia energética? ¿Se cometieron muchos abusos durante el boom inmobiliario?
Más del 80% de los edificios españoles son grandes despilfarradores de energía ya que, como comentábamos, se construyeron bajo una legislación inexistente o en el mejor de los casos precaria en lo que se refiere a las necesidades de aislamiento. Más que abusos, lo que cabe lamentar en lo que se refiere a los años del boom es que no hubiéramos dispuesto en aquel momento de una legislación exigente en la materia, como la que confiamos venga pronto de la mano del nuevo Código Técnico de Edificación, ya que el que tenemos en vigor, que data de 2006, tardó años en implantarse de forma real y práctica. Creemos que el nuevo Código debería reducir a la mitad la demanda energética de nuestros edificios con respecto a lo que exige el actual y esperamos que su aplicación sea efectiva lo antes posible para no repetir errores del pasado.
¿Qué empresas forman ya parte de la Fundación La Casa Que Ahorra?
El patronato de la Fundación está constituido por sus miembros fundadores: Isover, Knauf, Knauf Insulation, Placo, Pladur, Rockwool, Saint-Gobain Glass, Ursa y Weber. Tenemos además como socios colaboradores a Alder Venticontrol, Glassolutions, Saint-Gobain Wanner, Kommerling y Real de Piasca.
¿Qué criterios debe cumplir una entidad para formar parte de este proyecto?
En la FLCQA lo que perseguimos es hacer llegar a todos los sectores de la ciudadanía que una nueva cultura de la edificación es posible. Las entidades que forman parte de la Fundación estamos convencidas de que la mejora de la eficiencia energética de nuestros edificios es la iniciativa más importante en términos de beneficio medioambiental, económico y social que puede acometer nuestro país. Cualquier empresa que comparta esa ambición será sin duda bienvenida.
Una de las actuaciones en las que más está haciendo hincapié la Fundación es la de lograr un mayor acercamiento a los ayuntamientos para hacerles ver las ventajas de apostar por la eficiencia energética. ¿Qué respuesta se están encontrando por parte de estas administraciones?
El objetivo fundamental de nuestro proyecto es la información y concienciación ciudadanas. Y los ayuntamientos son lógicamente la administración que más cerca está de estos ciudadanos. Lo que nos estamos encontrando, ante todo, es una respuesta enormemente positiva desde la Federación Española de Municipios y Provincias. Y encontramos también muchos ayuntamientos que conocen esta problemática y están, con las dificultades de disponibilidad de recursos que tienen hoy todas las administraciones, tratando de activar políticas que mejoren la situación de su parque edificatorio y en definitiva, de los vecinos que hacen uso del mismo. Por tanto resumiría esta respuesta en dos ideas: ganas de colaborar y sensibilización hacia esta problemática.
Por último, ¿en qué líneas de trabajo van a centrarse en la Fundación durante el 2013?
Nos gustaría aportar nuestro pequeño grano de arena para conseguir que, definitivamente, la rehabilitación energética del parque edificatorio sea una realidad. Confiamos para ello en continuar con la colaboración iniciada con la Femp, porque estamos convencidos de que desde los ayuntamientos se puede hacer una gran labor facilitadora de esas actuaciones de rehabilitación. Esperamos poder aportarles tanto ideas como las capacidades de comunicación que hemos conseguido desarrollar hasta la fecha, especialmente en redes sociales.
De forma más general, todo tipo de proyectos de colaboración con las administraciones para llegar a los ciudadanos y conseguir entre todos un parque edificatorio más respetuoso con el medio ambiente, eficiente y racional en el uso de la energía y confortable para sus usuarios.