Biometcri apuesta por la bioeconomía circular en el reciclaje de baterías
El proyecto Biometcri ya está en marcha con el objetivo de implementar un proceso biotecnológico innovador para reciclar las baterías de vehículos eléctricos e híbridos, recuperando metales valiosos como el cobalto, el litio, el níquel y el manganeso. Esta iniciativa destaca por su compromiso con la sostenibilidad, minimizando el impacto ambiental y reduciendo los costos operativos en comparación con las técnicas convencionales.
La tecnología ya ha sido probada con éxito en la recuperación del cobre presente en otros residuos electrónicos, y ahora se busca desarrollar su aplicación para la recuperación de los metales valiosos que componen las baterías.
Biometcri propone un proceso de biolixiviación basado en la actividad metabólica de microorganismos que generan agentes lixiviantes para extraer los metales de las baterías de forma cíclica y continua. Este sistema permite operar a temperatura ambiente y presión atmosférica, evitando los costos y el impacto ambiental asociados a los procesos pirometalúrgicos e hidrometalúrgicos tradicionales.
Además, está alineado con las políticas de economía circular y sostenibilidad de la Unión Europea y del estado español, contribuyendo a la reducción de residuos y a la dependencia de recursos externos. Los beneficios incluyen desde un menor impacto ambiental —reducción de emisiones y residuos químicos— hasta una mejor eficiencia económica —reducción de los costos energéticos y operativos— y valor añadido local —creación de empleo y fomento de la economía circular en el territorio—.
Asimismo, este proyecto refuerza la competitividad de las empresas participantes y abre el camino hacia un modelo de gestión de residuos más eficiente y sostenible, con potencial para replicarse a escala industrial.
Financiado en el marco de las Iniciativas de Refuerzo de la Competitividad 2024 de ACCIÓ (IRC 2024), el proyecto cuenta con un presupuesto total de 99.991,74 €. El consorcio impulsor está formado por la UPC, SEAT, Pratgir y el Clúster MAV, que unen esfuerzos para demostrar la viabilidad científica y técnica del proceso en el plazo de un año.