Humana recuperó en 2024 más de 19.000 toneladas de textiles con un fuerte enfoque en la reutilización y el reciclaje

Humana, Fundación Pueblo para Pueblo, presentó recientemente su informe anual de gestión de residuos textiles en España correspondiente al año 2024, ejercicio en el que la entidad recuperó de más de 19.000 toneladas de textiles usados, cantidad equivalente a alrededor de 77 millones de prendas. Esta cifra representa un aumento del 6,3% respecto a las 17.946 toneladas recuperadas en 2023. Este esfuerzo, que no solo tiene un impacto positivo en el medio ambiente, sino que también genera beneficios sociales, refleja el compromiso de Humana con la economía circular, la reutilización y el reciclaje.

El proceso de recogida selectiva se realiza a través de una red de 5.450 contenedores distribuidos en puntos estratégicos del territorio español de fácil acceso para los ciudadanos. Estos contenedores se vacían con una frecuencia que varía entre una y dos veces por semana, e incluso más durante la temporada alta, para garantizar un servicio eficiente. Una vez recogidos, los textiles son clasificados y gestionados en las plantas de Humana ubicadas en Leganés (Madrid) y L'Ametlla del Vallès (Barcelona), en cuya gestión se sigue la jerarquía de residuos. Este enfoque prioriza la reutilización (el 63% del total recogido), mientras que el 28% es reciclado. El 5% es considerado impropio para su reciclado o reutilización, explican en una nota de prensa fuentes de Humana.

Uno de los logros que destacan desde Humana es la optimización del reciclaje y la reutilización de productos textiles. Más del 90% de las prendas recogidas no acaban en vertederos, sino que tienen una segunda vida gracias a la clasificación y al reciclaje adecuado. Esta cifra es significativa si se tiene en cuenta que, según estudios recientes, cada ciudadano en España consume aproximadamente 25 kilos (kg) de productos textiles al año, de los que desecha alrededor de 22 kg. Sin embargo, se estima que cerca del 90% de esos residuos textiles no se depositan en los contenedores adecuados, lo que dificulta su recuperación y reciclaje. Este dato resalta la importancia de seguir promoviendo una correcta educación y concienciación sobre la necesidad de depositar los textiles usados en los puntos de recogida destinados a tal fin, apuntan las mismas fuentes.

A nivel ambiental, la gestión del residuo textil lleva consigo beneficios sustanciales. Según un estudio realizado por la Federación Humana ‘People to People’, por cada kilogramo de ropa recuperada y gestionada adecuadamente (evitando su disposición en vertederos o incineración), se dejan de emitir 6,1 kg de CO₂. En 2024, la recuperación de 19.074 toneladas de textiles en España permitió evitar la emisión de 116.354 toneladas de CO₂, datos que reflejan el impacto positivo de una gestión adecuada de los residuos textiles, cuyo reciclaje contribuye a la mejora de la calidad del aire y la reducción de gases de efecto invernadero (GEI).

Además de los beneficios ambientales, la gestión del residuo textil también tiene un fuerte componente social. Humana crea empleos verdes en España, generando un puesto de trabajo por cada 25 toneladas de textiles recogidos. Actualmente, la organización cuenta con una plantilla de 740 empleados, lo que refuerza su contribución a la economía local y al desarrollo social. Los recursos generados por la recuperación de textiles también se destinan a programas de cooperación internacional, especialmente en países del denominado Sur Global. Estos proyectos incluyen la formación de maestros en áreas rurales, iniciativas de agricultura sostenible y programas de lucha contra enfermedades como el VIH/SIDA y la tuberculosis.

La creciente sensibilización sobre la sostenibilidad de la moda y el reciclaje textil ha impulsado cambios significativos en la legislación. A partir de enero de 2025, la Unión Europea ha establecido la obligatoriedad de la recogida selectiva de residuos textiles para todos los municipios de los estados miembros. Esto asegura que las grandes y pequeñas ciudades de España gestionen adecuadamente los residuos textiles y los destinen a procesos de reutilización y reciclaje. Esta medida responde a la necesidad de avanzar hacia un modelo de economía circular, en el que los productos sean reutilizados y reciclados en lugar de ser desechados.

A pesar de los avances en la recogida selectiva de textiles, se estima que en España solo se recupera un 12% de los residuos textiles generados, lo que está muy por debajo de la media europea del 38%. Por ello, es necesario seguir fomentando la concienciación y la mejora en la gestión de este tipo de residuos y así cumplir los objetivos de la legislación europea y maximizar la reutilización y el reciclaje de estos materiales. Para ello, es fundamental mejorar las infraestructuras de recogida y reciclaje y reforzar la colaboración entre los diferentes actores del sector, propone Humana.

En este contexto, la nueva legislación también introduce la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) para los productos textiles. Según este nuevo sistema, los productores de ropa serán responsables del ciclo de vida completo de sus productos, incluyendo la gestión de los residuos textiles generados una vez que los productos lleguen al final de su vida útil. Esta medida pretende incentivar a los fabricantes a diseñar productos más sostenibles y a contribuir financieramente a los sistemas de recogida selectiva y reciclaje. En principio, el RAP para el sector textil debería entrar en vigor en abril de 2025, aunque su implementación en España podría demorarse hasta 2026 o 2027, cuando se adapten los criterios normativos de la Unión Europea.

Además de la obligatoriedad de la recogida selectiva y el RAP, la Ley de Residuos también prohíbe la destrucción de excedentes textiles no vendidos. Esta normativa establece que estos excedentes deben ser destinados primero a canales de reutilización, como la donación, y solo cuando esto no sea posible, a la preparación para su reciclaje o a otras opciones dentro de la jerarquía de residuos. De esta manera, se busca evitar que grandes cantidades de ropa no vendida acaben siendo incineradas o enviadas a vertederos.