La energía solar fotovoltaica, gran aliada en el camino hacia la descarbonización
Esta transición que estamos viviendo hacia la electricidad limpia reducirá el uso de los combustibles fósiles, pasando del 61% en 2023 al 54% en 2026, marcando un cambio significativo en el panorama energético mundial. Actualmente, se espera que esta tendencia también conduzca a una reducción de las emisiones de CO₂ con una caída de más del 2% en 2024, seguida de pequeñas disminuciones en 2025 y 2026. El crecimiento de las ciudades, el desarrollo humano y la actividad económica aumentan la demanda de energía, lo que impulsa la búsqueda de alternativas más sostenibles.
Dentro de estas tendencias que parecen favorecer la expansión de la energía solar fotovoltaica, ligada a una mayor concienciación hacia un futuro más verde, nos encontramos con la práctica del autoconsumo compartido. Una alternativa colaborativa que permite optimizar los recursos y reducir los costes asociados a la producción y consumo de electricidad.
El autoconsumo compartido transforma la generación de energía al permitir a los usuarios producir su electricidad y compartir el excedente con otros consumidores, creando así una red energética más resiliente y colaborativa. Cada usuario puede consumir su propia energía y utilizar la generada por otros en momentos de alta demanda mediante un sistema de compensación. El excedente no consumido puede ser vertido a la red convencional, obteniendo compensaciones económicas en la factura eléctrica.
Además, existe la posibilidad de acumular esta energía producida mediante diferentes sistemas de almacenamiento, como las baterías domésticas. Al almacenar esta energía, los usuarios ganan autonomía energética, disminuyendo su dependencia de la red eléctrica tradicional. Así mismo, el almacenamiento de energía solar fotovoltaica reduce los costes al no tener que recurrir a la red en momentos sin generación, como durante la noche o en días nublados. Esto aporta flexibilidad y estabilidad al suministro eléctrico, permitiendo su uso en momentos de alta demanda, situaciones de emergencia o durante cortes de energía.
Actualmente, una de las principales barreras de entrada al autoconsumo suele ser la inversión inicial y esta puede aliviarse gracias a los incentivos y subvenciones disponibles para sistemas de almacenamiento asociados a esta tipología de energía.
Veolia Solar, con más de 15 años de experiencia, ya es un socio estratégico clave para las comunidades que deciden dar el salto al autoconsumo compartido. Sus soluciones, adaptadas a las necesidades específicas de cada cliente, se encargan de todas las fases del proceso, desde la elaboración del estudio de viabilidad hasta la instalación, puesta en marcha, operación y mantenimiento.
Anualmente produce 360 Gwh para las 150 instalaciones que gestiona en España. Esto supone más de 77 toneladas de emisiones de CO₂ evitadas a la atmósfera a lo largo del año 2023.
El Hubgrade de Veolia es un ecosistema de soluciones digitales de referencia para acelerar la descarbonización del planeta. Este sistema proporciona análisis de datos, supervisión, optimización y sistemas predictivos para responder a los retos de la transformación ecológica. Utilizando el poder de los datos y la tecnología más avanzada, unida a la experiencia operativa de sus profesionales, se ofrecen soluciones digitales flexibles para mejorar el rendimiento y las operaciones de cada cliente.
El autoconsumo compartido y el almacenamiento marcan un cambio significativo en nuestra manera de generar y usar la energía. Al descentralizar la producción y promover la colaboración, se impulsa la sostenibilidad ambiental a la vez que se generan beneficios económicos y sociales. A medida que nos encaminamos hacia un futuro más verde, estas soluciones innovadoras se convierten en elementos esenciales para construir una red eléctrica más eficiente, colaborativa y respetuosa con el medio ambiente.