“La base del clúster es fomentar las sinergias entre empresas para que puedan colaborar entre ellas”

Maria Josep Riba, manager de Sostenibilidad e Innovación de la empresa Lubrizol Engineered Polymers, fue nombrada presidenta del Clúster MAV a finales de 2023 tras la renuncia, por motivos personales, de Carlos Lorenzana. Riba accedía al cargo con la voluntad de hacer seguir creciendo al Clúster MAV como “clúster transversal que impulsa proyectos de innovación y colaboración de ámbito nacional e internacional” y para ello cuenta con una junta directiva formada per Xavier Marín (Dan*na) como vicepresidente; Joan Montobbio (Menzolit) como tesorero; Laia Soler (Celsa) en calidad de secretaria; y Jordi Reverter (ICN2), Mª Eugenia Rodríguez (Eurecat), Valerie Bergeron (Materfad), José A. Calero (Ames), Joseba Luna (Onyriq), Ma. Àngels Farré (Promsa) y Tais Arp (Comindex) en calidad de vocales.

Pues lo cierto es que no contaba con acabar presidiendo el clúster pero, por suerte, la dirección es muy coral y cuento con la ayuda de la Cluster Manager, del equipo del clúster, de todos los miembros de la junta y de José Antonio Calero en particular, que había sido ya presidente, con mucha experiencia en el clúster y al que le puedo consultar todas las dudas.

Sí, totalmente. El clúster MAV sigue buscando aglutinar empresas que aporten valor añadido a los materiales. Hoy formamos parte del clúster empresas del mundo de los polímeros, de cerámicas, del metal, de biomateriales y tejidos, junto a centros tecnológicos y universidades.

En el caso de la empresa que represento, Lubrizol, fabricamos un polímero, el poliuretano termoplástico, cuyas características técnicas lo hacen especialmente indicado para aplicaciones de alto valor añadido.

Son casos concretos… porque nosotros, como clúster, tenemos proyectos colaborativos en los que participan tanto empresas como centros de I+D y universidades. Además, debo decir que los propios centros de investigación tienen mucho interés en participar en proyectos empresariales.

Lo que sí es cierto es que los tiempos y la burocracia entre empresa privada y pública son muy distintos.

También debo decir que los proyectos colaborativos son muy positivos para pequeñas y medianas empresas. Me explico: con las grandes empresas, la financiación que pueden recibir normalmente es menor y disponen de más recursos para la investigación propia. En cambio, las pequeñas y medianas empresas tienen menos recursos para la investigación y los proyectos les permiten hacer investigación propia o con centros externos que, sin ayuda, no podrían llevar a cabo.

Claro, la empresa siempre busca negocio, no le interesa investigar sin saber si tendrá salida o interés en el mercado. Debe ser al revés, estar atentos, prever los problemas y necesidades futuras del mercado e iniciar las investigaciones.

En este sentido, hoy en día existen más posibilidades de colaboración de centros públicos con empresas, mediante, por ejemplo, doctorados industriales, estudios de masters con parte lectiva y parte en empresa, donde los estudiantes realizan un proyecto de interés para ella y les sirve de currículum y como trabajo de fin de master. En Lubrizol tenemos algunos alumnos y es una fórmula muy interesante para ambas partes. Para la universidad, porque colaboran con el mundo de la empresa y pueden ofrecer una oferta muy interesante a los estudiantes, y éstos, que ven cómo se les abren las puertas del mundo profesional. En cuanto a la empresa, tiene más capacidad de poner en marcha investigaciones que son de interés para el negocio.

Cómo clúster de materiales avanzados precisamente tenemos varios de proyectos colaborativos en marcha. Por ejemplo, en 2023 se lograron 6 proyectos calificados de AEI (asociaciones empresariales innovadoras) con 1,6 millones de presupuesto y 26 organizaciones participantes, de las cuales no todas eran del clúster, por supuesto, pero sí que cada uno de los proyectos tiene implicada, como mínimo, una empresa del MAV. Ello nos da más visibilidad ante muchas otras empresas y organizaciones.

Como clúster MAV, ofrecemos los diferentes grupos de trabajo en los que nos organizamos: impresión 3D, nanomateriales, materiales ligeros —muy demandados en el mundo del transporte y la movilidad—, economía circular —cada día más en boga— y la electrónica impresa. Estos grupos permiten la relación entre los miembros del clúster con intereses parecidos y favorece las sinergias.

Además, organizamos diferentes jornadas a lo largo del año sobre temas de interés que también ayudan al conocimiento entre empresas y les aportan valor.

Y estar en el marco de Acció, la agencia para la competitividad de la empresa, es también importante ya que organiza muchas actividades, cursos, encuentros sobre temas específicos, conferencias y misiones comerciales y de conocimiento internacional (ahora por ejemplo está prevista una misión en Boston para finales de año).

A nivel de pymes, nos conocemos poco, sí. Pertenezco al clúster hace 4 años y aún hoy hay alguna empresa que no sé a qué se dedica… Por ello, en la última jornada de inmersión, pedimos a los nuevos socios que hicieran una pequeña ronda de presentación. Es un modo de fomentar las sinergias, que es la base del clúster, contar con un conglomerado de empresas que pueden colaborar entre ellas; intercambiar ideas o mejorar la cadena de valor.

Claro,  interés en innovar e ir más allá de su día a día o buscar colaboraciones para solucionar un problema propio. Sería lo que llamamos un reto de empresa, un asociado tiene una necesidad y lanza la petición en un foro interno. El único requisito es que trabajen con materiales, que los utilicen, los fabriquen o los distribuyan.

Dependerá de hasta qué punto deba compartirse información puesto que entramos en el mundo de las patentes y los secretos industriales. Pero pueden firmarse acuerdos de confidencialidad o de colaboración puntual para determinados trabajos o proyectos para definir qué se puede o no compartir y a quién pertenecen los resultados obtenidos.

También desde el clúster mantenemos contacto con otros clústeres, con el objetivo de conocer qué hacen, cómo se organizan, las actividades que llevan a cabo… para aprender de ellos e intercambiar ideas.

Básicamente mi función es la de representatividad del clúster. Y el objetivo es mantener la línea de actuación con la que nació, con un añadido, mejorar el conocimiento entre las empresas del propio clúster. Por ello en las sesiones de inmersión estratégica hacemos que se presenten, o bien expongan algún proyecto. Hay que tener en cuenta que actualmente forman el clúster más de 70 empresas…con el objetivo de llegar a las 100 en 2026. Entendemos que un centenar de asociados es una cifra óptima para mantener el clúster y seguir siendo un espacio de foro de empresas sin perder personalidad. Este crecimiento lo hacemos atendiendo demandas de empresas, pero también visitando empresas que consideramos interesantes para entrar a formar parte del clúster. Y para atraer a nuevos socios es vital tener proyectos interesantes, que vean que formar parte del clúster MAV les aporta valor. ¡Sin olvidarnos de mantener los asociados actuales!

Sí, sí lo tenemos. Como ya he dicho, nuestro reto es llegar a los 100 socios en 2026. Hoy ya hay más de 20 clústeres en Catalunya —con algunos compartimos empresas—, y que alguno tiene tal envergadura que pueden ejercer de lobby en el mundo empresarial. El clúster MAV no lo pretende ya que es muy diverso en cuanto a sectores y empresas asociadas. Pero sí hay temas que nos implican a todos: cómo avanzar hacia la sostenibilidad —uso de energías renovables, reducir emisiones y residuos, reciclaje de aguas… exigencias de normativas europeas que las empresas deberán cumplir—; la formación y la capacitación del personal; y la incorporación de nuevas tecnologías y la digitalización en la empresa, por ejemplo.

Sí, hay mucha demanda. Recién se ha realizado un curso sobre electrónica impresa. Otro tema de interés, por ejemplo, es cómo medir las emisiones de las empresas. La huella de carbono o el análisis de ciclo de vida son datos que pueden calcularse pero pocas pymes tienen capacidad hoy para calcular sus emisiones y las de sus materias primas por lo que necesitan asesoramiento y empresas externas para realizarlo.

Igualmente, debemos introducir conocimientos de inteligencia artificial, conceptos de machine learning, optimización de procesos… y desde el clúster MAV estudiamos y atendemos peticiones de cuáles son los temas más interesantes para nuestros asociados. Pero tenemos claro que la sostenibilidad, manteniento la competitividad, será uno de los factores que más incidirán en nuestro futuro, especialmente por la necesidad de cumplir con las normativas de la Unión Europea.

El Clúster MAV impulsa proyectos público-privados que permiten acelerar la innovación y el crecimiento de las empresas socias. Dichos proyectos se enmarcan en múltiples áreas, tales como la economía circular, la internacionalización, las nuevas oportunidades de negocio, la nanotecnología y los nanomateriales, la manufactura avanzada o los materiales ligeros, entre otros. Entre ellos, destacan POLREC y Amulet.

El proyecto POLREC (por sus siglas en inglés ‘Supporting a green and resilient Europe through POLymer RECycling’) es una colaboración entre 4 clústeres europeos y un centro tecnológico que se centra en la sostebilidad, el desarrollo y el reciclaje de materiales polímeros de alto y bajo valor, como alternativa a la falta de disponibilidad de materias primas en los mercados industriales europeos. Los participantes son Polymeris (Francia), coordinador del proyecto, Plast Center Danmark (Dinamarca), Wirtschaftsförderung Raum Heilbronn GmbH (Alemania), Centimfe - Centro Tecnológico da Indústria de Moldes, Ferramentas Especiais e Plásticos (Portugal) y el Clúster de Materials Avançats de Catalunya – MAV. Comenzó en septiembre de 2022 y finalizará en septiembre de 2025 y forma parte de una convocatoria de la Unión Europea llamada Euroclusters, “que incluye un total de 30 proyectos, en 12 de los cuales participan clústeres catalanes”, añade Ona Bombí, Cluster Manager del clúster MAV. “Su importancia radica en que gran parte de su prepuesto va destinado a pymes europeas para llevar a cabo proyectos de innovación, de transformación o de internacionalización y networking”. En el caso de POLREC, se ofrecen 1,4 millones directos y vincula a 26 empresas que investigarán sobre el reciclaje de polímeros, entre ellas cuatro empresas del clúster MAV. Ahora además se ha abierto otra convocatoria dedicada a la formación sobre el reciclaje químico de polímeros.

En cuanto al proyecto AMULET (Advanced Materials and Manufacturing Technologies united for Lightweight) está dedicado al fomento de la aplicación de materiales ligeros, focalizado a movilidad, energía y construcción con materiales como las aleaciones de metales, los composites de base polimérica y los de base cerámica. Dicho proyecto busca contribuir a la reducción de CO2 a través del aligeramiento de pesos que proporcionan estos materiales ligeros. Hasta 4 empresas del clúster MAV han participado en este proyecto: AT Composites, Aenium, Compoxi y Pangea Aeroespace. En este caso, grandes empresas lanzaban un reto y las pymes interesadas proponían sus posibles soluciones para resolver estas necesidades.

Maria Josep Riba lleva más de una década vinculada a The Lubrizol Corporation, una empresa que proporciona soluciones químicas sostenibles que cuidan el medio ambiente, las personas y las comunidades. Concretamente están especializados en la producción de poliuretano termoplástico.