Frente a las opciones de un solo uso
Los envases reutilizables de comida para llevar tienen un gran potencial para reducir la huella de carbono
Según un estudio de Zero Waste Europe, Reloop y Tomra, los envases reutilizables de comida para llevar “podrían ser más beneficiosos para el clima que las alternativas de un solo uso si se aplican y optimizan adecuadamente los sistemas de devolución y lavado”. En casi todos los tipos de envases examinados se constató que los envases reutilizables pueden reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en comparación con los respectivos envases de plástico o papel de un solo uso.
El estudio, ‘Assessing Climate Impact: Reusable systems vs. Single-Use Takeaway Packaging’ (‘Evaluando el impacto climático: Sistemas reutilizables frente a envases de un solo uso para llevar’), elaborado por Eunomia Research & Consulting analizó las emisiones de GEI asociadas a una amplia gama de envases comunes de comida para llevar: vasos, cajas de hamburguesas, cuencos, cajas de pizza y envases de sushi, comparando los envases de un solo uso con los reutilizables “en un sistema de reutilización optimizado”, explicaron en una nota de prensa fuentes de Zero Waste Europe.
La investigación concluyó que la adopción de envases reutilizables dentro de un sistema de reutilización bien diseñado tiene potencial para reducir las emisiones de GEI en la mayoría de las opciones de envasado. La única excepción fueron las cajas de pizza, que probablemente necesitarán más innovaciones en el diseño para aprovechar plenamente las ventajas de la reutilización. Por ejemplo, incluso una reducción del 20% en el peso de una caja de pizza reutilizable -equivalente a 85 gramos- podría inclinar la balanza a favor de la reutilización, añadieron las mismas fuentes.
El estudio reveló el punto de equilibrio de cada envase, el punto en el que la reutilización iguala la huella de carbono del uso único, en cuanto a emisiones de gases de efecto invernadero dentro de un sistema de devolución sólido. Según el estudio, basta con devolver un cuenco trece veces o una taza de café seis veces para alcanzar el umbral de rentabilidad, y cualquier otra devolución resulta positiva en términos de emisiones de carbono evitadas.
2030: punto de inflexión
En un futuro próximo, 2030, el informe prevé que los envases reutilizables alcancen un estado estable que permita recogerlos, lavarlos y redistribuirlos de forma centralizada. Sobre la base de la reciente evaluación de los análisis del ciclo de vida llevada a cabo por Zero Waste Europe y Reloop, el estudio insta a los responsables políticos a luchar por un 2030 más limpio, especialmente cuando se inicien en breve los debates sobre los próximos objetivos de reutilización dentro del Reglamento de Envases y Residuos de Envases.
Aline Maigret, responsable de políticas de Zero Waste Europe, considera que “centrándose en el potencial de reducción de las emisiones de GEI, este estudio reitera la importancia de pasar de los envases de un solo uso a los reutilizables. Mientras los negociadores institucionales se preparan para las negociaciones de las normas sobre envases en la UE, contamos con que reconozcan este potencial imponiendo ambiciosos objetivos de reutilización”.
Clarissa Morawski, de Reloop, estima que “liberar el potencial de la reutilización inteligente pasa por crear sistemas que aprovechen nuestra experiencia colectiva en diseño, optimizando los procesos desde el diseño hasta la devolución del depósito, adoptando la logística inversa y perfeccionando el arte del lavado. Mientras allanamos el camino para el negocio del futuro, asegurémonos de que existen políticas que fomentan y defienden este viaje transformador hacia la sostenibilidad y la innovación”.
Por su parte, Andy Grant, director técnico de Eunomia Research & Consulting, afirma que “la medida en que podrían obtenerse beneficios de carbono difiere según el tipo de envase, siendo el caso más sólido el de los vasos reutilizables, que, según nuestros cálculos, podrían alcanzar el punto de equilibrio con los de un solo uso tras sólo seis devoluciones en un sistema de devolución optimizado. Aún queda trabajo por hacer en el caso de los envases más grandes y pesados, como las cajas de pizza, cuya reutilización será difícil de justificar y requerirán más innovaciones en el diseño para encontrar su lugar”.