Desbloqueando el valor de los metales ‘ocultos’

Cuando se anunció el confinamiento, algunos países como Italia paralizaron todo. Otros redujeron sus capacidades, con solo el 40% de las instalaciones más grandes abiertas, como en Francia, por ejemplo, y las medianas y pequeñas cerrando sus puertas. Los comerciantes estaban restringidos por el toque de queda en lugares como Arabia Saudí mientras que en España, el Reino Unido y en EE.UU., por ejemplo, la industria fue declarada como de importancia crítica, lo que significó que las instalaciones pudieron permanecer abiertas.

No fue sorprendente ver tales variaciones geográficas, y estas contribuyeron a las dificultades que rodearon el movimiento de materiales en las primeras semanas.

Hubo períodos en los que se ralentizó el comercio, pero también hubo llamamientos para que las empresas de chatarra recibiesen el reconocimiento que merecen por ser el motor del sector de materias primas secundarias.

Nuestras propias aunque anecdóticas conversaciones con la industria revelaron que varias grandes empresas y especialistas en reciclaje de metales seguían avanzando en la innovación en lo que respecta al manejo de chatarra. Y esto es debido a que todavía hay demasiado contenido metalúrgico que permanece escondido o encerrado en productos obsoletos, lo que continúa limitando la cantidad de material recuperado para reintroducir en el circuito de la fabricación. Y algunos operadores especializados están decididos a abordar esto. Están mirando hacia el futuro.

Cuando se trata de materiales compuestos dentro de pequeñas y grandes aplicaciones domésticas, por ejemplo, así como muchos otros tipos de RAEE/residuos electrónicos, las ventajas tanto ambientales como comerciales de la liberación de materiales valiosos son generalmente reconocidas.

Esto no significa que el proceso sea sencillo o que las cantidades de reciclaje sean siempre maximizadas. Muchos operadores dependen solo de la tradicional cizalla para reducir tamaño, porque se considera que el alto desgaste producido al triturar metales resulta demasiado costoso.

Sin embargo, la dependencia de esta tecnología básica de cizallado implica que se pasan por alto procesos alternativos de clasificación, evaluación, separación y reducción de tamaño, y como resultado, la calidad del metal reciclado suele ser baja.

Maquinaria como los molinos de martillos de alta velocidad, que trabajan mediante impactos repetidos, crean normalmente una gran cantidad de polvo. El polvo es inútil, incrementa los gastos de mantenimiento y las paradas técnicas y conlleva un riesgo de incendio y del bienestar del operador. Este proceso también tiene dificultades para conseguir el nivel de refinamiento de partículas requerido para que las tecnologías de separación aguas abajo puedan hacer su trabajo de forma efectiva.

Conscientes del limitado potencial de beneficio asociado con estos enfoques, los recicladores están invirtiendo en líneas de proceso más sofisticadas que incluyen una trituradora, un imán de banda para extraer metales ferrosos, separador de corrientes de Foucault para separar los metales no ferrosos y un separador óptico que se encarga de limpiar lo que no haya sido refinado por el Foucault. Cuanto mayor sea la calidad de los metales recuperados, mayor es el beneficio. La recuperación de metales de alto valor del grupo del platino y metales de tierras raras dan como resultado una operación con sobresalientes beneficios.

Algunos operadores ya están familiarizados con esta metodología de reciclaje de metales de ‘mejores prácticas’, y como consecuencia están explorando el mercado para descubrir qué es lo siguiente. Hacen bien en buscar más oportunidades, porque existen en forma de residuos difíciles de manejar. Y gracias a los avances en la ingeniería y con el diseño de un proceso inteligente, tasas de recuperación más altas son alcanzables.

Millones de colchones voluminosos al final de su vida útil son desechados cada año solo en el Reino Unido, por poner un ejemplo, siendo muchos de ellos gestionados de forma ilegal. Pero es posible reducir el tamaño de 200 cada hora con maquinaria de baja velocidad y alto par de fuerza, de manera que el relleno limpio pueda ser utilizado como combustible alternativo y el metal extraído destinado a su fundición. Esta es una corriente de residuos importante para abordar, teniendo en cuenta los ambiciosos objetivos de desviación de vertederos para los colchones.

Pero esta no es la única aplicación complicada donde el reciclaje de materiales con mucho potencial permanece sin explotar. La industria global de residuos presta cada vez más atención al reciclaje de neumáticos, por ejemplo, dada la creciente demanda de combustible derivado de neumáticos al final de su vida útil. Sin embargo, un subproducto valioso de una línea de manejo de neumáticos inteligente son los metales, que, de lo contrario, se quedarían atrapados en estos productos voluminosos y tóxicos. Eso no es todo: uno de nuestros clientes de trituración de madera está generando más de 3000 libras esterlinas de ingresos semanales mediante la venta de metales limpios extraídos directamente en su operativa.

La diferencia con las últimas aplicaciones descritas es que son conocidas por ser complicadas y, por lo tanto, durante mucho tiempo han sido evitadas. Muchas personas se enfocan en producir el material ‘bueno’ o fácil. Solo desarrollando formas de tratar materiales más sucios o complejos podremos establecer modelos verdaderamente circulares que conviertan más ‘desechos’ en recursos reutilizables.