El SDDR como sistema alternativo a la actual gestión de residuos de envases de bebidas
11 de febrero de 2011
Por ello, la asociación Retorna pretende impulsar en España un cambio en el modelo de producción y gestión de los residuos de envases basados en la prevención, la reutilización y el máximo reciclado, a través del impulso de la estrategia de residuo cero. Se trata de proponer un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR), tras conocer sus grandes beneficios sociales, ambientales y económicos en los países donde se ha implantado.
Alemania, Noruega, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Holanda, Estonia. Croacia e Islandia, en Europa. Las diez provincias y los tres territorios autónomos de Canadá. Once de los 50 estados de Estados Unidos, Israel, y los estados del sur y territorio del norte de Australia. Asimismo, la República Checa, Serbia y Montenegro dirimen su implantación.
Todos los días entran en el mercado español 51 millones de envases de bebidas. Son más de 18.000 millones anuales de envases de latas de aluminio, hojalata, brik, plástico (PET) y vidrio que servirían para llenar hasta treinta y seis estadios como el Santiago Bernabéu al año. De esta cifra, sólo se recupera una pequeña parte.
En unos meses España debe trasponer la Directiva Marco de Residuos, que establece la obligación de gestionar los residuos de modo que no impacten en la salud ni en los ecosistemas, y de asegurar sistemas de prevención y reutilización para reducir su producción e incrementar el reciclado. Es por ello que la transposición de la directiva marco en una nueva ley de residuos es una excelente oportunidad para avanzar en la solución y descartar la incineración y el vertido como opciones a descartar totalmente.
Los principales flujos de envases ligeros para bebidas están en os sectores del agua, cerveza y refrescos. Entre 1993 y 2007, el volumen de refrescos y cervezas enlatados se ha más que triplicado. El consumo de cerveza en lata ha aumentado un 655%, y el de los refrescos lo ha hecho en un 143%. Para la leche zumos, vino y otras bebidas no existen datos fiables de envasado según el tipo de envase.
Treinta y seis estadios como el Bernabéu se llenan cada año con envases de bebidas
El porcentaje de envases reutilizables, es decir, los que se vuelven a rellenar es marginal. Sólo existe en el sector de la hostelería. En el caso de los refrescos, la cuota de vidrio reutilizable cayó desde un 52% en 1990 al 11% en 2009. En cifras absolutas, se ha pasado de rellenar 1.446 millones litros en 1990 a 467 millones en 2099, lo que representa una caída del 68%, pese a que el consumo de bebidas en general se dispara año tras año.
La Directiva en vigor, que traspuso la LERE, obliga a los Estados miembros a cumplir unos objetivos de recuperación de los residuos de envases de un mínimo del 55%., pero no establece obligatoriedad en establecer un sistema de gestión: deja la puerta abierta al SDDR y al SIG. Esta último sistema es el que, por presión de los envasadores y distribuidores, se implantó hace 13 años en España, mientras que en otros países hubo una combinación de ambos.
El SIG no es suficiente
De acuerdo con los datos facilitados, Por Ecoembes (la asociación gestora del SIG de envases ligeros que no incluye vidrio), en el 2008 se registraron 1,1 millones de toneladas de envases ligeros dentro del SIG y se recuperaron 535.733, lo que supone un 48% de recuperación sobre el total de envases adheridos al sistema. Esta cantidad registrada supone solo el 4,22% de los residuos urbanos, muy lejos del 10-15% de residuos ligeros que se producen. Hay una enorme burbuja de envases ligeros que no se están gestionando para su reciclaje, y lo finalmente reciclado, es menos de la quinta parte de lo producido.
En el caso de los envases de vidrios, gestionados por Ecovidrio, el porcentaje de recuperación declarado es del 60%, que coincide con el establecido por la Directiva de Envases.
La propuesta: el SDDR
Dentro del sistema SDDR, el deposito no es un impuesto, porque se devuelve al consumidor. La devolución se refiere a que el consumidor devuelve el envase y recupera su depósito. Por último, retorno significa que todos los envases devueltos se convierten otra ves en nueva materia prima, en algo valioso; con valor de mercado.
Así, el SDDR da un valor significativo a los envases por primera vez; ya no son para tirar ni para enterar en el vertedero ni para enterrar en el vertedero, ni para quemar en la incineradota. Son plástico, metal y vidrio listos, en muchas mayores cantidades y también con mejor calidad que ahora, para producir nuevos envases con menos coste energético y ambiental.
Por ahora, Retorna propone este sistema para envases de un solo uso, iguales o superiores a 0,1 litros como peden ser agua, cerveza y combinados, bebidas refrescantes, zumos y bebidas con combinación de alcohol. Los materiales de envase que se propone someter (en una primera fase) a un nuevo SDDR son: latas, botellas de plástico, vidrio y brik.
De forma simultánea, las administraciones deberían fomentar los envases reutilizables. Después, deberían fomentar los envases reutilizables. Además, para alcanzar los objetivos planteados el depósito debe ser de 25 céntimos.
Lo que debe hacer la ley
Para implantar el SDDR es necesario que la Administración legisle e incentive altos niveles de devolución y reciclado de los envases de bebidas. La nueva Ley de Residuos debe mejorar la aplicación del principio comunitario de responsabilidad ampliada del productor, que implica que los embotelladotes costeen la gestión final del residuo y paguen un precio suficiente por cada envase en el mercado.
Esta mejor obligaría a establecer el SDDR como el sistema más eficaz y eficiente para el reciclaje de la mayor parte de envases. Así se cumple mejor el principio de “quien contamina, paga”.
Algunas ventajas del sistema SDDR
1) Resultados demostrables y sostenibles. Los países escandinavos tienen cifras de recuperación entre el 80% y el 95%. Además, en los países donde existe SDDR se depende menos de la importación de recursos naturales para fabricar envases.
2) Materia prima. El SDDR, al no mezclar los envases con otros residuos, logra que lleguen más limpios al reciclado y se puedan fabricar nuevos envases de uso alimentario y los recursos naturales tengan un respiro.
3) Menos emisiones de C02
4) Menos basura urbana, y por tanto ahorro municipal. En Estados Unidos se ha reducido el servicio de limpieza viaria entre un 30 y 40% desde la implantación de ese sistema.
5) Conciencia ciudadana. El SDDR fomenta la implicación de la gente en la gestión de residuos, siendo más consciente de la cantidad de residuos que produce.
6) Compatibildad entre sistemas. El SDDR hace más eficiente el resto de gestión de residuos, porque elimina la parte más voluminosa del cubo de la basura.
7) Flexibilidad. Se puede adaptar a las necesidades locales, la legislación, los objetivos de reciclaje o a la estructura industrial.
8) Nicho de empleo estable