Arranca el sellado definitivo del vertedero de Basseta Blanca, en Riba-roja, Valencia
La consellera de Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana, Isaura Navarro, y el alcalde de Riba-roja, Robert Raga, presentaron recientemente las obras del sellado definitivo del antiguo vertedero de Basseta Blanca. La instalación, en la que se depositaron residuos del área metropolitana de València, fue inicialmente clausurada en 1993 y de manera definitiva en 1996 tras un procedimiento judicial.
“El vertedero fue abandonado con un sistema de pre-sellado incompleto, de acuerdo con la normativa de vertederos. A partir de 2016, la Generalitat Valenciana, en colaboración con el Ayuntamiento de Riba-roja ha trabajado para poder completar el proceso, que resolverá un antiguo problema ambiental”, señalaron en una nota de prensa fuentes del Ejecutivo autonómico.
Navarro recordó que el sellado definitivo del vertedero de Basseta Blanca, que tiene una superficie de 40 hestáreas, “culmina un capítulo importante en la historia de aquellos antiguos vertederos del siglo pasado”, y anunció que en él se aplicarán “las técnicas más modernas del siglo XXI”.
La consellera declaró que la actividad del Ejecutivo regional en la gestión de residuos “ha permitido reducir del 65% en 2015 al 38 % los residuos municipales que acababan en los vertederos en la Comunidad Valenciana”.
En cuanto al alcalde de Riba-roja, Roberto Raga, mostró su “satisfacción” por el sellado y restauración del vertedero de Basseta Blanca, porque “desde que se cerró en 1993 y se clausuró definitivamente (…) en 2016 la movilización ciudadana ha sido una constante y desde el ayuntamiento se han interpuesto todos los recursos disponibles para poner fin a uno de los problemas medioambientales más importantes” sufridos en el municipio de la comarca del Camp del Turia.
Una inversión de casi once millones de euros
Raga remarcó “la buena sintonía que desde 2015 ha habido con el gobierno del Botánico, que ha posibilitado que se inviertan en este proyecto, del cual ya se han iniciado los trabajos, casi 11 millones de euros y se abra la posibilidad de revertir una zona degradada en un futuro proyecto destinado a las energías renovables”.
El proyecto, continúan las mismas fuentes, “permitirá incorporar los necesarios sistemas impermeabilizantes, gravas de drenaje y una red completa de desgasificación”. Las obras de sellado “podrían durar unos 27 meses”, y una vez que finalice el proceso, considerado por la Generalitat como “prioritario”, se licitará el mantenimiento de la instalación.
Navarro, Raga y el el director general de Calidad Ambiental, Joan Piquer, afirmaron que la zona, degradada por años de explotación como vertedero, “reúne las características de una ‘ubicación preferente’ para albergar una instalación solar fotovoltaica, que previsiblemente podría ser construida en el espacio de acuerdo con la legislación valenciana y dentro de un amplio proyecto de regeneración ambiental”.