Continúa el crecimiento de la desalación
En el quinquenio 2007-2012 hemos asistido a un incremento de la capacidad en plantas de desalación del 57%, tal y como confirman los últimos datos relativos a 2012 publicados por la Asociación Internacional de Desalación (IDA) y Global Water Intelligence (GWI). Como se indica en la última edición del 25º Inventario de Plantas de Desalación de DesalData, la capacidad instalada en plantas de desalación en todo el mundo se sitúa en el entorno de 74,8 millones de m3/día, mientras que en 2007 la capacidad era de 47,6 millones de m3/dia. La capacidad acumulada contratada, que incluye plantas que están contratadas o en construcción, alcanzó en 2012 los 80,47 millones de m3/día, aumentando 4,1 millones de m3/día respecto del año anterior. Un total de 632 plantas fueron añadidas a este inventario entre mediados de 2011 y agosto de 2012.
A pesar de que el crecimiento se ralentizó un poco durante el primer semestre de 2012 (el informe recoge cifras de mitad de año), en 2011 se puso en marcha más capacidad de desalación que nunca. El incremento de capacidad en funcionamiento entre el 24º y 25º inventarios fue del 18%. En este período se añadió más del 10% de la capacidad instalada por quinto año consecutivo.
La desalación se ha convertido en una parte crítica, bien establecida y en crecimiento, de las estrategias de gestión de los recursos hídricos en todo el mundo, gracias a su capacidad única para proporcionar una fuente nueva y sostenible de agua dulce. Sólo hace falta comparar la evolución de la capacidad instalada en la década 2002-2012 para comprender su importancia. En 2002, la capacidad acumulada mundial era de 31,8 millones de m3/día, menos de la mitad de la capacidad en funcionamiento a día de hoy. Si vamos más allá, en 1992 la capacidad en funcionamiento era solo de 16,5 millones de m3/dia, lo que significa que la desalación ha visto un incremento de más de 58 millones de m3/día en 20 años.
El crecimiento continuo del mercado de la desalación es debido a varios factores incluyendo el crecimiento demográfico y económico, la polución y degradación de los recursos hídricos existente, y el impacto del cambio climático.
El crecimiento de la desalación refleja el hecho de que las comunidades costeras están recurriendo cada vez más al mar para cubrir sus necesidades de agua potable, mientras que tierra adentro la tendencia es que las aguas subterráneas serán cada vez más salobres. En torno a un 60% de las plantas de desalación tratan agua de mar, mientras que un 21% tratan agua salobre y el resto agua de alimentación menos salina. El 6% de la capacidad mundial de desalación se emplea para tratar aguas residuales.
Artículo publicado en: FuturENVIRO Junio 2013