La valorización energética de la fracción no reciclable de los residuos, una oportunidad para el empleo verde en España
La valorización energética de la fracción no reciclable de los residuos constituye una gran oportunidad para el empleo verde en España. Así se contempla en el estudio sobre los impactos socioeconómicos y ambientales de este sistema en España y Andorra, elaborado en su momento por G-Advisory, del Grupo Garrigues.
En el mismo se recoge que, a día de hoy, este tratamiento finalista, situado en la escala jerárquica de gestión de residuos por delante del vertedero y por detrás de la reducción, la reutilización y el reciclaje, da empleo en nuestro país a más de 2.500 personas (1.000 directas, a las que habría que añadir 1.425 indirectas e inducidas), con la particularidad de que, en su mayoría, se trata de puestos de trabajo altamente cualificados y estables, circunstancia que beneficia la competitividad del sector industrial en España, siendo más numerosos que los asociados a los vertederos.
En el ámbito de la economía verde, cabe recordar que el sector de los residuos, incluyendo las actividades de recogida y tratamiento, se está revelando como uno de los más dinámicos y con mayor capacidad para la creación de empleo, estimando que concentra hasta el 27% del total de los puestos de trabajo verdes potenciales.
Dentro de este sector, aproximadamente el 57% de los ocupados se dedican a la recogida de residuos, mientras que las actividades de tratamiento y eliminación aglutinan al 27 y al 16% respectivamente.
Además de todo ello, es preciso señalar que la valorización energética genera anualmente ingresos por valor de 273 millones de euros y un valor añadido bruto de 90 millones.
Hacia un menor vertido
Las 11 plantas adscritas a AEVERSU (10 en España y 1 en Andorra) impiden cada día que el potencial energético que albergan los residuos no reciclables sea enterrado en vertedero con el consiguiente negativo impacto para el medio ambiente y la salud pública.
La valorización energética se erige así en la única solución viable y alternativa al uso del vertedero, habiendo demostrado ya con creces su plena compatibilidad con el reciclaje, así como el papel trascendental que puede llegar a desempeñar en la economía circular por su capacidad para convertir la fracción no reciclable de los residuos en recursos.
Los ambiciosos e inminentes objetivos europeos requerirán de un mayor protagonismo de la valorización energética en nuestro país (situándose actualmente en tan solo el 14%, según datos de Eurostat), que deberá ir acompañada de una estrategia efectiva, tanto a nivel técnico como político y educativo, encaminada hacia una menor generación de desechos, el impulso de la preparación para la reutilización, la responsabilidad ampliada del productor, la penalización al uso del vertedero y mayores tasas de reciclado en España. De esta forma, se permitirá a nuestro país aumentar la recuperación de residuos y disminuir el vertido, situado en estos momentos en un insostenible 57%.
Países del norte de Europa, como es el caso de Alemania, han conseguido llegar al vertido técnico cero, impidiendo que en vertedero se deposite aquella parte de los residuos que se puede reutilizar, reciclar o valorizar material y/o energéticamente.