El Parlamento Europeo respalda medidas para mejorar la calidad del agua del grifo y reducir desechos plásticos
El pleno respaldó el martes una serie de medidas para incrementar la confianza de los consumidores en el agua del grifo, más barata y respetuosa con el medio ambiente que la embotellada.
El proyecto de ley endurece los límites de presencia de ciertos contaminantes, como el plomo (que se reducirá a la mitad), y las bacterias como la legionella, e introduce nuevos umbrales para ciertos alteradores endocrinos. También coloca los niveles de microplásticos bajo vigilancia, ante la creciente preocupación que generan.
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Acceso al agua
Los eurodiputados quieren que los Estados miembros tomen medidas para garantizar el acceso a agua potable en la UE y plantean, en concreto, la instalación de fuentes gratuitas en los espacios públicos, siempre que sea técnicamente viable.
También proponen fomentar que los restaurantes, cantinas y servicios de catering ofrezcan agua del grifo de manera gratuita o por una pequeña cantidad.
Right2Water
El Parlamento defiende la iniciativa ciudadana bautizada Right2Water (derecho al agua) y recuerda a los Estados miembros la importancia de cubrir las necesidades de los grupos más vulnerables. Las autoridades nacionales tendrán que identificar personas sin acceso, o con acceso limitado, al agua y poner en marcha medidas para mejorar su situación
Declaración del ponente
Michel Dantin (PPE, Francia), ponente, señaló: “Nuestra manera de utilizar el agua definirá el futuro de la humanidad. Estamos de acuerdo en que todo el mundo debe tener acceso a agua potable de calidad. Debemos hacer lo posible para que también sea asequible”.
Próximos pasos
La propuesta salió adelante con 300 votos a favor, 98 en contra y 274 abstenciones. Una vez que los ministros hayan acordado su posición negociadora, el Parlamento y el Consejo podrán comenzar las conversaciones sobre la formulación definitiva de la legislación.
Contexto
El incremento de la confianza de los ciudadanos en la calidad del agua del grifo debe contribuir a reducir el uso de envases de plástico, que a menudo terminan en la basura.
Según la Comisión Europea, consumir menos agua embotellada permitiría a los hogares de la UE ahorrar hasta 600 millones de euros al año. Las botellas de plástico son uno de los productos de un solo uso más habituales y, frecuentemente, acaban en las playas o mares.
Fuente: Parlamento Europeo