Un puente protegido y ecológico
1 de diciembre de 2010
Cuando fue inaugurado en 1936, el puente de la bahía permitió por primera vez el transporte rodado entre San Francisco y Oakland, una proeza técnica que costó 77 millones de dólares. Con dos tramos suspendidos, cada uno de ellos de más de 1,5 kilómetros de largo, el puente permitió a coches, e inicialmente trenes, cruzar en poco tiempo la Bahía de San Francisco, sustituyendo a los antiguos transbordadores. El tráfico no tardó en superar ampliamente todas las proyecciones, pasando de 9 millones de vehículos el primer año a más de 102 millones hoy.
El milagro de los envases de leche
En la neblinosa mañana del 7 de noviembre de 2007, el Cosco Busan, un buque de contenedores de 250 metros de eslora, embistió la base de una de las torres del Puente de la Bahía de San Francisco. El choque abrió un enorme agujero en el casco del barco y se produjo un importante derrame de fuel-oil. Pero el puente entre San Francisco y Oakland prácticamente no revistió daños, gracias a que las defensas de los pilares en el agua habían sido sustituidas no hacía mucho por una madera sintética innovadora, duradera y amortiguadora, desarrollada por Trelleborg. SeaTimber, así se llama el producto, se fabrica íntegramente a partir de HDPE reciclado (polietileno de alta densidad) que proviene, por ejemplo, de envases de leche depositados en contenedores de reciclaje.
“El cambio de material ahorró daños medioambientales mayores”, dice Mick Langford, jefe de Ventas de Trelleborg Marine Systems USA, una unidad de Trelleborg Engineered Systems. “Si no se hubiera reemplazado la madera original de las defensas, apenas habrían protegido la estructura del puente”, explica. “El plástico bien pudo haber evitado daños mucho más serios, que podrían haber provocado un hundimiento catastrófico del puente”.
Los materiales
SeaTimber y SeaPile son productos muy apropiados para renovar y reforzar pilares de puentes, así como puertos comerciales y deportivos en todo el mundo. Una de las razones es la posibilidad de fabricar las vigas sintéticas con distintos grados de flexibilidad, largos y colores. A diferencia de la madera, no se pudren en el agua ni son frecuentados por insectos perforadores. Permiten prescindir del uso de creosota y de otros materiales tóxicos que se acaban filtrando al agua.
Por último, SeaTimber tiene una vida útil de 40-50 años frente a los 5-10 años de la madera. “No sólo es una alternativa ecológica sino también es capaz de absorber y desviar la energía de impactos”, dice Langford. “La primera instalación importante de este material se hizo en el puerto de Nueva Orleans. Con el tiempo, su uso fue extendiéndose, una vez que se conocieron los beneficios de coste a lo largo de todo su ciclo vital”.
Más de 11 kilómetros en menos de 30 días
En el verano de 2005, sus ventajas convencieron a Caltrans, el departamento de Transporte de California, a sustituir con SeaTimber más de 11 kilómetros de vigas de madera que, hasta entonces, conformaban las defensas colocadas alrededor de las bases de las torres del puente de la bahía.
El proyecto, con un presupuesto de 6 millones de dólares, fue adjudicado a California Engineering Contractors (CEC), que eligió SeaTimber, en parte por la versatilidad del material, dice Robert Ikenberry, jefe de Proyectos de CEC.
Ikenberry recuerda que su teléfono empezó a sonar sin parar la mañana del choque. “Caltrans programó 100 días laborables para la reparación. Parecía un plazo imposible”, explica Ikenberry. “Pero gracias a Trelleborg y muchos trabajadores muy motivados en distintas partes de Estados Unidos, lo hicimos en menos de 30 días. La colaboración fue excepcional”.
Primero había que producir a toda prisa el SeaTimber y los arcos y puntales de acero que se colocan detrás de las defensas. Luego se transportaron por camión desde la otra punta de Estados Unidos para que el equipo de Ikenberry pudiera instalar las nuevas defensas en la Torre 5 del tramo occidental del puente antes de que las tormentas de invierno obligaran a interrumpir los trabajos. El 15 de diciembre, el trabajo quedó terminado en un tiempo record, y varios miles de envases de leche reciclados encontraron una nueva ocupación.
Soluciones marinas
Trelleborg ofrece productos y soluciones para el amarre y atraque seguro de barcos en puertos, terminales y vías fluviales alrededor del mundo. Además de boyas y protecciones marinas y portuarias, la gama de productos incluye sistemas de amarre por láser, monitorización de la carga de amarre, ganchos de suelta rápida y sistemas de atraque por GPS. Asimismo, ofrece una extensa gama de mangueras, soportes, componentes antivibratorios y soluciones de estanqueidad para los equipos y máquinas de los propios barcos.