Palma presenta un estudio de alternativas para el tratamiento sostenible de residuos, con mayor aprovechamiento de los materiales y la obtención del compost y biogás
Neus Truyol, regidora de Ecología, Agricultura y Bienestar Animal y presidenta de EMAYA, presentó el pasado día 4 en un acto público un estudio de alternativas de gestión municipal de residuos en Palma. Se trata de un estudio sobre la posibilidad de tratar de forma más sostenible la materia orgánica y el rechazo, con el objetivo de aprovechar al máximo las materias primas contenidas en los residuos, reciclándolas, obtener compost y también biogás. De acuerdo con las conclusiones del estudio, existen opciones viables desde el punto de vista tecnológico, con importantes beneficios para la salud y el medio ambiente, más adaptadas a la normativa vigente actual y más ventajosa desde el punto de vista económico.
El estudio fue encargado por EMAYA hace unos meses, cuando la empresa pública municipal empezó a planificar la implantación del contenedor para la recogida de materia orgánica en la ciudad. El sistema escogido para esta recogida es el de contenedor cerrado, con apertura con un sistema de tarjeta, para que sea utilizado por las personas adheridas voluntariamente al sistema y porque en el futuro se puedan implantar incentivos económicos a los participantes.
Cabe recordar que recientemente se ha implantado ya la recogida de materia orgánica en el centro histórico, con la recogida selectiva móvil para los particulares y puerta a puerta para hoteles, bares, restaurantes, escuelas y otros comedores. Esta recogida se suma a la ya existente en una seria de hoteles de la Playa de Palma y a la recientemente renovada y ampliada con nuevos contenedores en Son Sardina.
En el marco de esta planificación, se consideró oportuno estudiar la viabilidad que la materia orgánica recogida se pudiese tratar y aprovechar en el propio municipio de Palma, con el criterio de la proximidad y la descentralización del tratamiento. EMAYA encargó un estudio que fue adjudicado a la consultora Dabar Ingenieros y Genia Global Energy.
La primera conclusión que se extrajo del estudio de las opciones analizadas fue que el tratamiento exclusivo de la materia orgánica resulta muy costoso y por tanto económicamente inviable para Palma, en cambio, el tratamiento completo de la materia orgánica recogida separadamente, la materia orgánica que contiene la fracción de rechazo y la recuperación material de esta fracción, resulta la mejor alternativa, con beneficios para el medio ambiente y la salud, la más ventajosa económicamente y que facilita el cumplimiento de la normativa sobre residuos.
La alternativa presentada hoy es una opción, pues así, para el tratamiento de la materia orgánica recogida selectivamente (contenedor marrón) y de la fracción rechazo (contenedor gris). Las otras fracciones recogidas de forma selectiva actualmente (vidrio, papel y cartón y envases) se mantendrían en el sistema actual.
Descripción del sistema:
De una parte, la materia orgánica del contenedor marrón se conduciría a una planta donde se haría una selección previa para separar las bolsas y otros impropios. Estos materiales se someterían a un proceso de selección con el fin de recuperar el máximo posible de materiales reciclables; la parte no aprovechable conformaría el rechazo.
La materia orgánica obtenida en este proceso, de máxima calidad, se sometería a una digestión anaeróbica para la obtención, por una parte de biogás y por otra, de compost.
Por otro lado, el contenido del contenedor gris se sometería a un proceso de pre-tratamiento mecánico para separar la materia orgánica contenida en este contenedor de los otros materiales (también aprovechables).
La materia orgánica procedente de los contenedores de rechazo se sometería también a digestión anaeróbica (separadamente de la materia orgánica recogida selectivamente), para la obtención de biogás. También resultaría como rechazo un residuo bio-estabilizado. Por el hecho de no proceder de la recogida selectiva, la normativa no permite obtener compost en este proceso.
Así pues, el contendor gris se trataría para recuperar el máximo de materiales posibles y reciclarlos (materiales férricos y otros metales, plástico, madera, textil, etc.). También resultaría de este procesa un rechazo no aprovechable materialmente.
Como resultado de estas dos líneas de tratamiento obtendríamos: biogás, compost, materiales reciclables y rechazo.
Uno de los principales productos resultantes es el biogás, que una vez purificado se considera un “gas natural renovable”. Se trata de un combustible limpio, aprovechable para los vehículos o para una obtención de electricidad o calor. Se ha considerado más ventajoso su uso como combustible ya que se podría utilizar en la propia flota de EMAYA; actualmente ya una buena parte de la flota pesada utiliza gas y se cuenta con una gasinera en las propias instalaciones. Se ha calculado que habrá combustible suficiente para toda la flota y hasta un excedente, apto para la EMT y otros usos.
El compost se podría utilizar para los usos más habituales de este material (agricultura, jardinería, recuperación del suelo…) y el resto de materiales obtenidos serían materias primas en los procesos industriales de reciclaje.
Las características fundamentales de este sistema son:
- Opción modulable a media que incrementa la recogida de materia orgánica. Se pueden incrementar las líneas de digestión de materia orgánica recogida selectivamente, de calidad, a medida que incrementa la recogida selectiva de este material.
- Sistema abierto a los avances tecnológicos, que puede incorporar futuras mejoras en la mecanización de la selección y otros procesos.
- Aprovechamiento máximo de materiales. Se puede llegar al 60% de recuperación de las materias primas del rechazo.
- Obtención de biogás para toda la flota de recogida de EMAYA, con excedente (EMT y otras).
- Sistema coherente con los principios de la economía circular, cierra el ciclo de los materiales en la propia ciudad.
- Sistema eficiente, da la mejor destinación a cada fracción, frente al tratamiento homogéneo e indiscriminado actual de incineración y aprovechamiento, recuperación energética para electricidad, del cual resultan emisiones a la atmósfera, cenizas y escories.
Esta opción del tratamiento de residuos comporta importantes beneficios, al ser una opción más sostenible, mejor desde el punto de vista de la salud y el medio ambiente, que facilita el cumplimiento de la normativa actual de residuos y es ventajosa económicamente:
- Beneficios para la salud: además de los beneficios ambientales, que también comportan más protección para la salud pública, la substitución del gasoil por el biogás en la flota de vehículos supone la práctica eliminación de la emisión de partículas pm10 y óxidos de nitrógeno, los principales causantes de las afecciones a la salud causadas por la contaminación atmosférica en las ciudades.
- Beneficios ambientales, múltiples y diversos: recuperación de los materiales para el reciclaje, reducción de la extracción de materias primas y ahorro energético en los procesos productivos, obtención de compost, mayor eficiencia energética, obtención de combustible más limpio, reducción de emisiones, reducción drástica de la cantidad de residuos destinados a los vertederos.
- Ventajas legales: este sistema compatible con la jerarquía europea de tratamiento de residuos y facilita, haciendo posible a más corto plazo alcanzar el objetivo de reciclaje del 50% de los residuos establecido para el año 2020.
Respecto a la estimación económica, los resultados son también muy favorables. Para hacer esta estimación se han tenido en cuenta muchos escenarios y los resultados pueden variar según los precios de las materias primas o del combustible. También hay diversos escenarios posibles en función de las tecnologías aplicadas y otros factores.
Según las estimaciones, hasta en escenarios desfavorables, este sistema podría suponer para Palma un ahorro del 20-30% en relación al coste actual del tratamiento (la incineración).
Se debe de tener en cuenta que la inversión tiene un coste previsto de 39 millones de euros, y el coste anual de gestión es de unos 7 millones. Los ingresos previstos por la venta de materias primas y combustible son del orden de 8 millones (esta cifra es la más difícil de determinar porque depende de factores externos).
La reducción de los materiales a incinerar, de un mínimo del 40% supone el correspondiente ahorro de la tasa de incineración (en el año 2017 Palma pagó 26.860.000 euros).
Por todo ello se concluye que el ahorro seria, en relación al coste del sistema actual, hasta en escenarios desfavorables, del orden del 20-30%.
Vistas las conclusiones presentadas por el equipo técnico responsable del estudio, Neus Truyol consideró oportuno presentarlas públicamente y ofrecer estos datos y propuestas para el debate sobre el futuro de la gestión de los residuos, porque se tengan en consideración para próximas normativas.