Aumento de los residuos electrónicos a nivel mundial, un 21% en 5 años
La tercera edición de The Global E-Waste Monitor 2020, lanzada el pasado día 2 por la Asociación Mundial de Estadísticas de Residuos Electrónicos (GESP), ofrece una visión completa para abordar el desafío mundial de los desechos electrónicos. Según los informes, en 2019 se generará en todo el mundo un volumen récord de 53,6 millones de toneladas métricas (Mt) de desechos electrónicos -productos desechados con una batería o un enchufe, como computadoras y teléfonos móviles-, lo que supone un aumento del 21% en cinco años.
En el nuevo informe también se prevé que los desechos electrónicos mundiales alcancen 74 Mt para 2030, casi el doble de la cifra de 2014, impulsados por el aumento de las tasas de consumo de aparatos eléctricos y electrónicos (AEE), los ciclos de vida más cortos y las limitadas opciones de reparación.
Según el informe, Asia generó el mayor volumen de desechos electrónicos en 2019 (24,9 millones de toneladas), seguida de América (13,1 millones de toneladas) y Europa (12 millones de toneladas), mientras que África y Oceanía generaron 2,9 millones de toneladas y 0,7 millones de toneladas, respectivamente.
En 2019, solo se documentó oficialmente que se había recogido y reciclado el 17,4% de los desechos electrónicos. Esto significa que el hierro, el cobre, el oro y otros materiales recuperables de alto valor, valorados de manera conservadora en 57.000 millones de dólares de los EE.UU. -suma superior al producto interno bruto de la mayoría de los países- fueron en su mayoría vertidos o quemados en lugar de ser recogidos para su tratamiento y reutilización en 2019. Si los materiales valiosos de los desechos electrónicos se reutilizan y reciclan, se puede promover una economía circular mediante el uso de materiales secundarios.
El número de países que han adoptado una política, legislación o reglamentación nacional en materia de desechos electrónicos ha aumentado de 61 a 78 entre 2014 y 2019. Sin embargo, en muchas regiones los avances en materia de reglamentación son lentos, la aplicación de la ley es escasa y la recogida y la gestión adecuada de los desechos electrónicos es deficiente.
Los desechos electrónicos constituyen un peligro para la salud y el medio ambiente si no se manejan adecuadamente, ya que contienen aditivos tóxicos o sustancias peligrosas como el mercurio. El informe destaca que es probable que se encuentren 50 toneladas de mercurio en los flujos de desechos electrónicos no documentados, lo que supone un daño para la salud de los trabajadores y el medio ambiente si se libera.
El informe también pide a los responsables de la toma de decisiones que adopten un marco metodológico reconocido internacionalmente para medir y supervisar los desechos electrónicos, lo que ayudará a evaluar los avances a lo largo del tiempo, y a establecer y evaluar objetivos.
El Monitor Mundial de los Desechos Electrónicos es un esfuerzo de colaboración entre el Programa de Ciclos Sostenibles (SCYCLE), actualmente copatrocinado por la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) y el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la Asociación Internacional de Desechos Sólidos (ISWA).