Eurocities respalda la valorización energética de la fracción no reciclable de los residuos por su contribución clave a la economía circular
En un reciente comunicado emitido por Eurocities, esta entidad apuesta por la firme aplicación del principio jerárquico de gestión de residuos como garantía para avanzar hacia la sostenibilidad y hacia un modelo de desarrollo definido por la economía circular.
En este sentido, se muestra convencida de que los países más avanzados y comprometidos con la protección del medio ambiente y el bienestar de la población promoverán el reciclaje en mayor medida, sin olvidar que la valorización energética de la fracción no reciclable constituye un elemento esencial en todo sistema de gestión de residuos por su capacidad para generar electricidad y calor a partir de un desecho que, de no seguir este camino, estaría condenado a acabar su vida útil en vertedero, con el consiguiente riesgo de contaminación.
En relación a la comunicación de la Comisión Europea sobre el papel que la conversión de residuos en energía tiene en el ámbito de la economía circular, Eurocities proclama la necesidad de llevar a cabo un tratamiento seguro y eficiente de los desechos que respete el medio ambiente pero que, al mismo tiempo, genere recursos, siendo la valorización energética un método fiable y eficiente para aquella parte de la basura que no puede reintroducirse en la economía circular a través de la reutilización y el reciclaje.
Aboga por la prevención, la reducción, la reutilización y la adecuada recogida selectiva de los distintos materiales recuperables (vidrio, metales, papel y cartón, etc), toda vez que, con ello, se contribuye al ahorro de energía y materias primas. Sin embargo, y después de haber primado esta gestión, insta a respetar la normativa vigente y otorgar a la valorización energética el papel que le corresponde, evitando con ello que los residuos no reciclables, pero con potencial calorífico, acaben desperdiciados en vertedero, con las consiguientes emisiones de CO2 a la atmósfera.
Insiste en que no hay mecanismos de reciclaje para determinados desechos complejos y que, por tanto, las autoridades municipales quedan obligadas, conforme a la normativa vigente, a dar un correcto tratamiento a estas fracciones, debiendo contar para ello con la infraestructura necesaria.
Asimismo, demanda a la Unión Europea una definición más clara sobre normas de calidad para el material reciclado y un trabajo adicional sobre el diseño ecológico a fin de asegurar que se cumplan con los estándares de reciclaje.
Limitar el vertido, una prioridad
Eurocities también se refiere explícitamente al artículo 28 de la Directiva Marco de Residuos, destacando la necesidad de que los Estados miembros dispongan de planes específicos de gestión de residuos. Señala que, en algunos casos, ya se ha establecido la prohibición de depositar en vertedero las fracciones que todavía tienen poder calorífico, de ahí que la entidad apoye la limitación gradual de vertido de residuos municipales al 10% para el año 2030, según la propuesta establecida por la Comisión Europea (cabe recordar que España cuenta todavía con unas tasas de vertido situadas en el 55%), destinando a vertedero los desechos inertes y otros que no puedan ser valorizados material o energéticamente (lo que se conoce como vertido técnico cero).
Asimismo, la organización se refiere a las cenizas resultantes del proceso de valorización energética, cuantificadas en el 20%, y que contienen elementos de gran interés tales como metales, zinc, fósforo y otros materiales con posibilidades de ser utilizados en la construcción, de ahí que apoye el desarrollo de métodos y tecnologías para poner en valor estos materiales.
Ya para finalizar, la entidad solicita que las plantas de valorización energética con sistemas de calefacción y producción de electricidad, con una función destacada en los sistemas de gestión de residuos sostenibles, se integren de forma armoniosa en el ámbito local y regional, y que, por tanto, se ubiquen preferentemente en emplazamientos con conexión a redes de calefacción ya existentes o a instalaciones industriales con demanda de calor.
Es por ello que anima a la Comisión Europea a desarrollar directrices en el ámbito europeo, y en colaboración con las autoridades locales, sobre cómo integrar estas plantas en las redes locales de calor y electricidad para aprovechar todo su potencial en beneficio de la comunidad.