Casi un tercio del cobre que se utiliza cada año en todo el mundo proviene del reciclaje
El reciclaje de cobre requiere para su elaboración un 85% de energía menos que el que se produce por primera vez. El uso del cobre reciclado evita la emisión de 40 millones de toneladas anuales de CO2 a la atmósfera. El cobre que se obtiene del reciclaje mantiene las mismas propiedades que el que se extrae de las mina.
A nivel mundial, casi un tercio del cobre que se usa para múltiples aplicaciones- dispositivos tecnológicos, instalaciones eléctricas, motores, sistemas de energía solar o edificios inteligentes, entre otros- proviene del reciclaje. Un porcentaje que ya en el año 2014 ascendía hasta casi el 50% en Europa. Así lo demuestran los datos facilitados por el International Copper Study Group (ICSG) sobre consumo de cobre.
La producción del cobre reciclado mundial supone un ahorro considerable en recursos con respecto a su extracción en las minas, concretamente un 85% menos de energía eléctrica (100 millones de MWh). Este ahorro energético conlleva que se evite la emisión a la atmósfera de 40 millones de toneladas anuales de CO2.
El cobre reciclado presenta una ventaja esencial frente a otros materiales que se obtienen de un proceso de reciclaje: conserva todas sus propiedades intactas y puede ser usado tantas veces como se quiera sin que se resienta, es decir, tiene las mismas aplicaciones que el cobre extraído de las minas.