Financiación de infraestructuras del agua: colaboración público-privada en tiempos de crisis
El auge los modelos de colaboración público-privada observado a partir de la última década del siglo XX, se ha debido en gran parte tanto a la necesidad de reducción del déficit público, como al deseo de aumentar la eficiencia de provisión de servicios públicos,como el suministro de agua, dependientes de esta infraestructura. Además, el descenso de ingresos fiscales, va de la mano de una disminución de la calidad de los servicios públicos, razón que también ha llevado a los gobiernos a recurrir a este tipo de modelos (antes de dejar todo en manos del sector privado), en aras de introducir nuevas tecnologías y prestar un buen servicio de agua a la comunidad.
El modelo CPP es un tipo de contrato por el que una empresa privada presta un servicio público, siendo financiada/organizada por medio de una asociación entre el Estado y la empresa. En algunos casos el capital necesario para la inversión se financia con impuestos, o bien se hace cargo el sector privado en base a un contrato con el Estado para proveer los servicios pertinentes, objeto de la inversión.
El funcionamiento más usual de este tipo de modelo, en términos de obra pública, consiste en la propuesta por parte del Estado de la infraestructura de interés, como el suministro de agua, acometiendo el sector privado su financiación, ejecución, construcción y puesta en marcha. Posteriormente, el sector privado es el que se hace cargo del mantenimiento y la explotación de la infraestructura, durante un plazo que varía usualmente entre 15 y 30 años, en el que rentabiliza su inversión. Pasado el mismo, la infraestructura vuelve a manos del estado.
Ricardo Carramiñana, Director general de EADIC y Daniel Tripodi, profesor y Desarrollo en Latinoamérica de EADIC.
Artículo publicado en: FuturENVIRO Junio 2013