Una investigación de la Universidad de Oviedo y la empresa Recyclia revela que el polvo del tóner puede eliminar metales pesados en aguas contaminadas
El polvo de tóner que se desprende en el proceso de reciclaje de los cartuchos de tinta era hasta el momento un elemento peligroso de difícil manejo incluso en las plantas de tratamiento para este tipo de residuos. Una investigación llevada a cabo en colaboración entre la empresa Recyclia y la Universidad de Oviedo ha revelado que el polvo del tóner podría usarse para eliminar metales pesados en aguas contaminadas.
El profesor Juan María Menéndez Aguado, del Departamento de Explotación y Prospección de Minas, que dirige la investigación sobre las posibles aplicaciones del polvo del tóner, trabaja desde hace un año en estrecha colaboración con Recyclia, entidad administradora de los principales sistemas de recogida y gestión de reciclaje de residuos eléctricos y electrónicos en España.
Los investigadores Begoña Fernández y Juan María Menéndez Aguado, el consejero delegado de Recyclia, José Pérez, y el asesor técnico de Tragatoner, Javier Gutiérrez, han mantenido esta mañana un encuentro con el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, para trasladarle los resultados preliminares del trabajo.
Los investigadores recuerdan que la elevada volatilidad del polvo del tóner explica que sus partículas pasen rápidamente al aire en suspensión, lo que representa un peligro ante el riesgo de inhalación por parte de los operarios. Ante esta situación, Recyclia, que a través de sus fundaciones Ecofimática y Ecoasimelec ha reciclado ya más de 1,5 millones de cartuchos de tóner, buscó la colaboración de la universidad asturiana, dada su tradición y experiencia en minería. «Nuestro objetivo al contactar con la universidad era buscar soluciones que, además, fueran medioambientalmente sostenibles», afirma José Pérez García.
Los investigadores explican que, fruto de este trabajo de colaboración, se han extraído dos importantes conclusiones. Primera, se ha obtenido un proceso eficiente y barato que elimina el riesgo de inhalación y de explosión relacionado con el polvo del tóner. Segunda, se ha demostrado también que puede ser utilizado directamente y con alta eficacia como absorbente de metales pesados como el zinc, el níquel y el cadmio, presentes en aguas contaminadas.
Tras alcanzar estas conclusiones, Recyclia ha iniciado los trámites para patentar diversos procesos y trasladarlos a las industrias que operan en nuestro país con el propósito de mejorar el tratamiento actual de este residuo. Estos logros revelan la importancia de la colaboración público-privada en el ámbito de la investigación aplicada. Recyclia, a través de sus fundaciones Ecofimática y Ecoasimelec y desde la puesta en marcha de la iniciativa Tragatoner, ha recogido y gestionado el reciclaje de más 1,5 millones de cartuchos de tóner, lo que supone más de 170.000 kilogramos de polvo de tóner cuando terminan su tratamiento en las plantas de reciclado.
Fuente: Universidad de Oviedo