Control de las emisiones de metano de los gasoductos
Por primera vez, los científicos, gracias a los datos de los satélites de las misiones Copernicus – Sentinel, son capaces de detectar penachos de metano que se escapan de los gasoductos de todo el mundo. El metano es uno de los gases de efecto invernadero más potentes, sólo superado por el dióxido de carbono en su contribución global al cambio climático. El sector energético, que incluye el petróleo, el gas natural y el carbón, es una de las mayores fuentes de emisiones de metano. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las operaciones de petróleo y gas en todo el mundo emitieron algo más de 70 Mt de metano a la atmósfera sólo en 2020.
Hasta hace poco, el debate en torno a las emisiones de metano durante el transporte de gas natural se centraba en instalaciones y dispositivos defectuosos que daban lugar a pequeñas emisiones «fugitivas» o involuntarias.
Gracias a potentes tecnologías, como los datos satelitales de alta resolución, los científicos pueden ahora subrayar el impacto de las emisiones frecuentes e intencionadas de metano.
Muchas de las emisiones de metano se producen durante el transporte, ya que los operadores optan por ventilar el gas durante las operaciones rutinarias de mantenimiento.
El director de la misión Copernicus Sentinel-5P de la ESA, Claus Zehner, comentó: «El uso por parte de Kayrros de las imágenes de Copernicus Sentinel-2 y Sentinel-5P para detectar puntos calientes de metano no sólo es un gran logro técnico, sino que es enormemente beneficioso para el planeta. Muestra cómo la innovación de vanguardia puede aprovechar los datos de los programas Copernicus para obtener beneficios más allá de lo que podría haberse imaginado cuando estos programas se pusieron en marcha inicialmente.»