AINIA desarrolla biofactorías de microorganismos para obtener sustancias industriales más sostenibles
La transición hacia un modelo más sostenible es uno de los grandes retos actuales a nivel global. En este marco, la industria agroalimentaria, cosmética, química y farmacéutica dirigen sus esfuerzos hacia la búsqueda de alternativas que no requieran del empleo de fuentes fósiles y que disminuyan la cantidad de recursos necesarios para la elaboración de sus productos.
La biotecnología aporta soluciones para esto en forma de biofactorías: microorganismos que tienen la capacidad de producir moléculas de interés industrial con un elevado rendimiento. Algunos ejemplos de sustancias que pueden ser obtenidas con biofactorías: enzimas, pigmentos, principios activos farmacéuticos, ingredientes bioactivos para alimentos funcionales, bioconservantes, bioplásticos…
En muchas ocasiones, para la obtención de estas moléculas se necesitan cantidades muy grandes de materia prima o se obtienen de fuentes con limitaciones éticas o ambientales. Es en estos casos donde las biofactorías pueden representar una solución.
Las biofactorías también pueden aplicarse para obtener moléculas con funcionalidades novedosas, como principios activos farmacéuticos o cosméticos que se están consiguiendo a partir de determinadas células de mamíferos y de plantas.
En algunos casos, las biofactorías se basan en cepas naturales que se consiguen trabajando en condiciones especiales.
El potencial de la biotecnología para la industria
La biotecnología está presente en las herramientas de diagnóstico en el campo de la alimentación y la salud, para realizar estudios de efectos saludables y terapéuticos: antiinflamatorios, antioxidantes, antitumorales… Asimismo, está avanzando rápidamente en las aplicaciones en calidad y seguridad alimentaria.
En cuanto a su aplicación en el medioambiente encontramos la depuración biológica avanzada de aguas; la producción de biogás o biometano mediante digestión anaerobia; el desarrollo de nuevos bioproductos a partir de desechos orgánicos o la biodegradación de polímeros, entre otros.
Esta línea de investigación desarrollada por AINIA cuenta con el apoyo del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE) en el marco del convenio de colaboración para el desarrollo de actividades de I+D+i que sean transferibles al tejido industrial.