Vuelve ‘1m2 por las playas y los mares’ para recoger y analizar la basuraleza de las costas
Mantener las costas libres de basuraleza y conocer cómo afecta su invasión a los espacios naturales marinos es la razón de ser que impulsa, por tercer año consecutivo,‘1m2 por las playas y los mares’, la campaña de ciencia ciudadana del proyecto LIBERA, la iniciativa de SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes. Hasta el 22 de septiembre, cualquier organización, asociación, entidad o colectivo puede participar creando puntos de recogida de basuraleza. Las recogidas de residuos abandonados se llevarán a cabo del 28 de septiembre al 6 de octubre.
El objetivo de esta campaña es recoger la basuraleza de estos entornos para luego caracterizarla y recopilar datos que permitan conocer el volumen, la cantidad y la tipología de residuos encontrados, tanto de las basuras flotantes como de las depositadas en las playas y en los fondos marinos con el fin de plantear estrategias más eficientes y efectivas para acabar con este problema ambiental. Para ello, se emplea la aplicación móvil MARNOBA, desarrollada por la Asociación Vertidos Cero y KAI Marine Services, una plataforma que recopila, almacena y muestra información sobre las basuras marinas de las costas y los mares de España. Los datos obtenidos en esta campaña de ciencia ciudadana se integran en la base de datos del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO)
Hasta el 22 de septiembre cualquier organización, asociación o entidad puede registrarse a través de la página web proyectolibera.org y crear puntos de recogida de basuraleza en playas y mares.
El impacto de las colillas
Estos residuos, que provienen mayoritariamente del entorno terrestre, llegan principalmente por los cauces fluviales hasta acabar en el mar. Diversos estudios demuestran que el efecto contaminante de las colillas puede durar entre siete y 12 años e, incluso, algunos autores afirman que puede llegar hasta los 25[1]años.
Para comprender las graves consecuencias que producen las colillas abandonadas, cabe destacar alguno de los componentes químicos que contiene: cadmio, arsénico, alquitrán, tolueno; sustancias que, al entrar en contacto con el agua, tiene efectos devastadores en la naturaleza, provocando un grave impacto en la calidad del agua afectando a la flora y fauna que dependen de este medio.. De hecho, cada colilla puede llegar a contaminar hasta 10 litros de agua salada y hasta 50 litros si es agua dulce. En el caso de los grandes depredadores marinos, como las aves y los cetáceos, la ingesta de colillas es habitual, y puede causar toxicidad directa, así como una cierta sensación de saciedad, que puede conducir a la muerte por inanición[2].
“Necesitamos conocer con precisión cual es estado de nuestros mares y playas para poder llevar a cabo campañas de conservación o sensibilzación efectivas. Es emocionante ver como cada año miles de héroes salen a las playas de forma altruista no solo a recoger basura sino a ayudarnos a engordar la base de datos científica con la que poder trabajar desde el conocimiento”, afirma Miguel Muñoz, coordinador del proyecto LIBERA de SEO/BirdLife.
“Conocer las consecuencias que los residuos abandonados producen en nuestras costas nos sirve, ante todo, para poner el foco en la prevención y la concienciación. La crisis climática presente solo significa que debemos pasar a la acción. Si sumamos esfuerzos, cada pequeño gesto se convierte en un gran paso en nuestra lucha contra la basuraleza, donde el mayor beneficiado será el planeta en el que vivimos”, asegura Sara Güemes, coordinadora del Proyecto LIBERA en Ecoembes.
[1] APYMA (Asociación Profesional de Playas y Medio Ambiente). Informe 2017.http://www.apyma.com/noticias/