“La correcta gestión de residuos no debe ser una imposición, sino una opción empresarial y profesional”

Entrevista a Adolfo García, presidente de la Asociación de Descontaminación de Residuos Peligrosos (ADRP)

David Pozo13/10/2010

13 de octubre de 2010

La Asociación de Descontaminación de Residuos Peligrosos (ADRP) fue creada en noviembre de 2009 por un grupo de empresarios vinculados al sector de la demolición y la gestión de residuos en obras. Desde Interempresas hemos querido conocer de qué forma se está trabajando para difundir la idea de un tratamiento correcto de los residuos peligrosos y cuáles son los pasos que se están siguiendo para desarrollar la nueva ley de carácter nacional que ha de adaptarse a la normativa europea antes de finales de este año.

Adolfo García, presidente de la Asociación de Descontaminación de Residuos Peligrosos (ADRP).

¿Creen desde la ADRP que el gobierno respetará en la nueva ley de residuos lo ya acordado en RD 105/2008 sobre la gestión de residuos de construcción y demolición?

No existe una respuesta directa. El RD 105/2008 fue un gran paso, y como legislación de carácter nacional se ha convertido en precursora incluso a nivel europeo, al determinar una excelente disposición de los roles del productor, poseedor, gestor, etc. En este sentido, el RD acertó de pleno, y ahora lo que vemos es que la directiva va por el mismo camino, aunque en España el problema venga dado por la traducción desafortunada que se ha hecho de la misma.

En este momento, a la hora de elaborar la ley existen dos borradores muy similares. El primero y el segundo son prácticamente iguales, y eso que el ministerio ha recibido más de 400 documentos de observaciones, por lo que aún falta mucho trabajo por realizar. Sería precipitado decir, por tanto, si se va a mejorar o no, pero lo que esta nueva ley debería es mejorar incluso las lagunas del RD 105/2008.

Precisamente se celebraron recientemente en Zaragoza las Jornadas sobre deconstrucción, en las que participó la ADRP. ¿Cuál fue el sentir general del sector?

La preocupación a nivel de residuos peligrosos es que la normativa que se aplica actualmente viene derivada de la industria, para la cual está muy bien, pero se queda corta para otros sectores que tienen procesos más complejos como la construcción, la rehabilitación o la descontaminación (naval, agrícola, etc.). La preocupación en ADRP, como asociación que pretende especializar el gremio de la descontaminación, es que la nueva ley no sea lo suficientemente flexible y amplia como para cubrir todas las realidades. Posiblemente ello requiera el desarrollo de un reglamento, pero ese será un segundo paso tras la aprobación de la propia ley.

A la hora de eliminar residuos peligrosos, ¿se siguen a día de hoy todas las pautas establecidas? ¿Se sabe delimitar exactamente qué es un material peligroso de lo que no lo es?

La ley está muy clara. Existen dos reglas para definir qué es peligroso y qué no lo es, y eso es algo que la nueva ley no va a cambiar. Una regla es que esté definido como residuo peligroso en la lista europea de residuos, y la otra que tenga alguna de las características que le convierta en peligrosos, que van desde la H1 a la H14. Si tiene alguna de estas características, aunque no esté en la lista europea de residuos peligrosos, puede convertirse en peligroso. Pero en realidad el problema radica en que nadie investiga antes de iniciar cualquier trabajo (rehabilitación, demolición, etc.) si los materiales son peligrosos o no, y al final acaba todo en el mismo contenedor. Lo que no se puede hacer es cargar la responsabilidad de decidir su peligrosidad en el último subcontratista que pasa por allí.

Uno de los puntos más conflictivos es el establecimiento de medidas para el control y el seguimiento de los residuos peligrosos. Las CC AA se empeñan en poner trabas en el flujo de residuos, mientras que la CE lo que quiere precisamente es que desaparezcan esas limitaciones. ¿Cómo cree que podrá acoger la ley de una forma clara ese punto?

Se trata de que se desarrolle un reglamento que le de continuidad a la ley. En teoría, los documentos de control y seguimiento, con la publicación de la ley omnibús y el sistema de inscripción de residuos, deberá tener como mínimo carácter nacional, incluso europeo. No es que no haya coordinación, incluso muchas CC AA han trabajado en informatizar los sistemas, pero cuando se quiere pasar de una comunidad a otra el asunto se complica. Por ello uno de los retos es que a la hora de desarrollar y estructurar la ley, se cumpla una de las exigencias de la UE: más flexibilidad en los servicios.

“Uno de los retos es que, a la hora de desarrollar y estructurar la ley, se cumpla una de las exigencias de la UE: más flexibilidad en los servicios”

En un documento publicado recientemente por la asociación se marca el momento actual como un momento histórico. ¿Por qué?

Los residuos siempre han sido un mal necesario, y siempre con la idea implícita que cuanto antes nos deshagamos de ellos, mejor. Lo que sucede es que, cada vez más, la conciencia ecológica va calando en todos, pero eso cuesta dinero. Debe llegar un momento en que al igual que pasa con el tabaco, que la gente ve mal que se fume en según que espacios, también cale en la sociedad la idea de que gestionar mal los residuos peligrosos es precisamente “muy peligroso”. En este sentido es un momento histórico. No solo se deben gestionar los residuos porque nos lo imponga la ley, sino sobre todo porque sea una opción empresarial y profesional de todos los que trabajan en el entorno de la obra.

¿De qué forma afectará la nueva ley a las empresas y a la industria general?

En un principio la ley no va a provocar grandes novedades, pero va a tratar de armonizar el desarrollo normativo que había hasta ahora. Le supondrá costes económicos a quienes no estaban haciendo los deberes, comportando un incremento en sus partidas a aquellos que no estuviesen gestionando sus residuos adecuadamente. En cambio, para quien estuviese haciendo ya un esfuerzo por respetar la normativa actual, no solo no deberá suponer un sobrecoste, sino que supondrá una ventaja competitiva al tener ya asumidos los costes correspondientes.

A finales de mes, ADRP celebra el I Foro sobre Descontaminación de Residuos Peligrosos. ¿Cuáles son los objetivos de este foro?

Es el I Foro específico sobre descontaminación de residuos peligrosos, y su objetivo es doble: por un lado, identificar a las empresas que realizan este trabajo y que intentan que los procesos estén más profesionalizados, sobre todo por la seguridad de los trabajadores del entorno; y por el otro, y si cabe el más importante, fomentar la investigación y cuantificación previa por agentes externos e independientes al inicio de cualquier tipo de trabajo. En estos momentos, estamos en contacto con la Asociación de Empresas de Control de Calidad y de Control Técnico Independiente para que haga una propuesta a este respecto y que el MARM y el Ministerio de Trabajo lo vean con buenos ojos. Todo ello, para que se valore previamente si existen residuos peligrosos, el riesgo que suponen, la cantidad que hay y cómo se han de realizar los trabajos de descontaminación.

¿Qué papel juega en este marco la ADRP?

ADRP nace respondiendo a una necesidad, y es que tras el residuo más conocido hoy en construcción, el amianto, existe una larga lista que preocupa por la seguridad de los trabajadores de los diferentes sectores, y porqué no decirlo, por la oportunidad de negocio que se abre para las empresas especializadas en este campo. Sin ánimo de querer crear alarma social, la ADRP pretende informar al sector profesional, y para ello está trabajando en estos primeros meses de vida en dar a conocer la realidad de los residuos peligrosos y la necesidad de una descontaminación adecuada del entorno en el que se encuentran.