La gestión de residuos en polígonos industriales
7 de septiembre 2010
El primer paso para realizar un buen uso de los residuos en los polígonos industriales es encontrar un emplazamiento adecuado. Ello se produce porque en la fase inicial se pueden prevenir y evitar problemas ambientales futuros, reducir la adopción de medidas correctoras posteriores y garantizar el desarrollo de las que se pueden llevar a cabo. La evaluación de la incidencia ambiental a través de los mecanismos regulados en la normativa vigente garantiza que se tengan en cuenta las afecciones que previsiblemente pueda causar la actuación sobre los valores ambientales, histórico-artísticos y ecológicos existentes. En el mismo procedimiento se debe promover la introducción de medidas protectoras y correctoras necesarias para atenuar o suprimir las afecciones negativas que pudieran producirse.
Así, estas pautas que constituyen el marco ambiental para el establecimiento de espacios de actividad industrial sirven para avanzar en la protección del medio ambiente a base de evitar las perturbaciones ambientales más relevantes en los parques ecoindustriales. Sin embargo las actuales directrices ambientales nos llevan a contemplar otros aspectos necesarios para alcanzar la sostenibilidad a través de una ampliación en las mejoras ambientales perseguidas, tales como la reducción del consumo de recursos (suelo, agua, energía, combustibles, minerales) y la prevención de la contaminación.
En la toma de decisiones para la elección del lugar en el que se va a ubicar un polígono industrial deben tenerse en cuenta datos como el micro clima, la orientación solar, datos térmicos, régimen de vientos, vegetación, topografía, hidrogeología o las condiciones acústicas, entre otros. Todo ello permitiría conseguir unas condiciones más favorables para llegar a objetivo sostenible, en primer lugar, en la construcción del polígono y, a posteriori, en la recogida de sus residuos.
Los pasos hacia la sostenibilidad
Una vez realizados los pasos adecuados para la construcción del polígono, debemos centrarnos en el tratamiento correcto de los residuos que se generan en este. Para ello es necesario dotar a las empresas de un asesoramiento sobre la normativa vigente, los pertinentes gestores de residuos autorizados o la forma de gestionar los residuos. También debe dejarse clara como va a funcionar la coordinación por parte del ente gestor del polígono, es decir, la conservación del mismo, su mantenimiento o la sensibilización y formación de aquellos que vayan a trabajar en él.
No puede olvidarse tampoco la necesaria incorporación de un punto verde controlado y limitado a pequeñas cantidades y determinados tipos de residuos, la creación de puntos limpios móviles industriales o la dotación de contenedores apropiados. Es imprescindible también localizar punto para los residuos relacionados con el hormigón y promocionar campañas específicas de información por polígonos en cuanto a la gestión de residuos. También será recomendable generar una bolsa de subproductos de acuerdo a las normas y atendiendo a los casos y difundir la información adecuadamente en todo el recinto.
Otras medidas que las empresas pueden tomar en los polígonos ecoindustriales son por ejemplo la revisión, el mantenimiento y la renovación de sus redes (sucias y pluviales), realizar un uso compartido de depuradoras entre empresas (de acuerdo a una sociedad privada–gestión mancomunada) o reducir la emisión de ruido de las empresas hacia el exterior. Levantar las chimeneas para minimizar la emisión de partículas, incorporar y realizar un mantenimiento de filtros de chimeneas o repartir por zonas las empresas emisoras de contaminantes para evitar problemas de contaminación por acumulación son también medidas recomendadas en estos casos.
Pero todo ello no es suficiente, ya que es preferible brindar información periódica de los niveles de emisión de ruidos y de humos a las administraciones correspondientes, facilitar la realización de las tareas de limpieza de las empresas, promover soluciones comunes para la limpieza de las salidas de las empresas u optimización del consumo de agua, enmiendas, fertilizantes, y combustible.
Con todo ello, conseguiremos evitar la fertilización si existe riesgo de lluvias o tormentas, mejorar la eficacia de la fertilización con dosificaciones ajustadas, adecuar el riego a las necesidades de las diferentes especies o mantener el sistema de riego en condiciones para evitar el desaprovechamiento excesivo del agua. Es recomendable también tener una formación adecuada, por esta razón es necesario que los trabajadores de un polígono industrial tengan conocimientos sobre las obligaciones sobre normativa medioambiental, la legislación medioambiental a nivel de empresas pyme o la gestión de residuos (peligrosos y no peligrosos) en la empresa.
¿Por qué molestarse?
Está claro que los beneficios de todas estas acciones se harán patentes no solo en el medio ambiente o en evitar el calentamiento global, sino también con respecto al resto de la sociedad y a la propia empresa. El objetivo perseguido es lograr la articulación de respuestas ambientales de tal manera que las sinergias lleguen a producirse facilitando las necesarias actuaciones individuales, promoviendo la cooperación entre las distintas entidades, optimizando los costes y beneficiando a todos los agentes implicados, tanto dentro del propio emplazamiento como en las comunidades colindantes.
Aunque la modernización ecológica de los parques industriales existentes requiere de numerosos e importantes cambios infraestructurales, tecnológicos y paisajísticos, la clave del cambio es eminentemente social. La constitución de una coalición de actores comprometida con la creación de una trayectoria ecoindustrial, la construcción de un amplio consenso que permita el establecimiento de los códigos, reglas, restricciones y el plan de acción a poner en marcha para que el proceso inicie su andadura, así como la aportación de los recursos necesarios para la puesta en funcionamiento de dicho plan y el mantenimiento de un ente gestor capaz de cumplir la función motriz, constituyen la piedra angular y el gran reto de la experiencia colectiva que representa la regeneración ecológica de los antiguos parques industriales.