Varios centros tecnológicos se proponen convertir 'residuos complejos' en recursos
10 de mayo de 2010
Con el reciclado de dos toneladas de plástico usado se ahorra una tonelada de petróleo bruto y disminuyen las emisiones y residuos generados. Sin embargo, no todos los plásticos que se recogen se pueden reciclar. Por lo menos hasta ahora. Y es que el
Centro Tecnológico Gaiker-IK4 lidera un proyecto de I+D+i, que desarrolla en cooperación con los Centros Cartif, Circe e Itene, cuyo objetivo es investigar en nuevos procesos químicos que permitan convertir los llamados 'residuos complejos' en recursos: sustancias con valor añadido como, por ejemplo, combustibles líquidos, mezclas de gases y nuevos materiales.
Por ejemplo, el contenedor amarillo recoge botellas de bebidas y detergentes, bandejas para alimentos, bolsas de supermercado… Estos residuos son actualmente clasificados y tratados según el tipo de material que contienen (PET, PVC, polietileno), y de ellos se obtienen distintos productos en función del tipo de plástico reciclado. Cada uno permite, de hecho, la obtención de un determinado producto nuevo: tuberías, moquetas, bidones, mobiliario urbano, bolsas de basura, aislantes acústicos, etc.
Sin embargo, aquellos plásticos del contenedor amarillo que mezclan muchos materiales, que están muy sucios, muy degradados por el uso o fuertemente coloreados, no se pueden reciclar y se rechazan por no poder ser sometidos a ningún proceso de valorización. Conocidos como residuos complejos, estos plásticos suponen entre el 5 y el 10 por ciento del total de materiales depositados en el contenedor amarillo. Se trata de un porcentaje significativo, puesto que las toneladas recogidas diariamente suman una cantidad que puede resultar interesante aprovechar.
A tales residuos hay que sumar otros semejantes que tampoco se reciclan hasta la fecha, como los films y las fibras, los residuos de biomasa forestal o los materiales muy ligeros (como las espumas de poliuretano), ya que todos estos también son objeto de investigación en el marco del proyecto Proquipol, cuyo objetivo es precisamente lograr aprovechar el residuo del residuo.
Financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación, esta investigación concluirá en el año 2012 y cuenta con un presupuesto total de 1,25 M. La labor de Gaiker-IK4 se concreta en el desarrollo de procesos químicos que permitan dar solución al reciclado de este tipo de residuos. Los procesos en los que se está trabajando, basados en el empleo de disolventes o en tratamientos térmicos, permitirán convertir los diferentes residuos plásticos tratados en combustibles líquidos, para calderas o para automoción, o en nuevas materias primas para fabricar productos químicos