Reciclaje de metales y neutralidad climática
Enrique Moreno, vicepresidente segundo de FER
18/05/2022Enrique Moreno, vicepresidente segundo de FER.
Para ello, será clave, como ha quedado patente tras las sanciones impuestas a Rusia, evitar la actual dependencia energética y de combustibles fósiles que padece la Eurozona. Más aún tras conocer el estudio independiente realizado por la universidad belga KU Leuven, encargado por la Asociación Europea de Productores de Metales (Eurometaux), en el que, entre otros muchos datos, se señala que esta transición energética requerirá un suministro anual mucho mayor de aluminio (equivalente al 30% de lo que Europa ya usa hoy en día), cobre (35%), silicio (45%), níquel (100%) y cobalto (330%).
Entrando en detalle, el documento analiza que, para 2050, los planes de Europa para producir tecnologías de energía limpia requerirán anualmente 4,5 millones de toneladas de aluminio (un aumento del 33% en comparación con el uso actual); 1,5 millones de toneladas de cobre (35%); 800.000 toneladas de litio (3.500%); 400.000 toneladas de níquel (100%); 300.000 toneladas de zinc (10% a 15%); 200.000 toneladas de silicio (45%); 60.000 toneladas de cobalto (330%) y 3.000 toneladas de metales de tierras raras como neodimio, disprosio y praseodimio (700 a 2.600%).
El estudio también detalla que la UE necesita 35 veces más litio y hasta 26 más metales de tierras raras para desprenderse de los combustibles fósiles, cifras nada desdeñables ahora que se ha iniciado la electrificación del parque móvil europeo y, para ello, igual que para las estaciones de energía limpias, será preciso un considerable número de baterías.
¿Qué papel jugará el reciclaje de metales en la consecución de tamaños desafíos? Según dicho estudio, para 2050, entre el 40% y el 75% de las necesidades de metales de energía limpia podrían satisfacerse mediante el reciclaje local si Europa realiza fuertes inversiones ahora y soluciona los temidos cuellos de botella. Pero también advierte de que Europa se enfrenta a deficiencias críticas en los próximos 15 años sin más metales extraídos y refinados que suministren el inicio de su sistema de energía limpia. Por tanto, se necesitarán pasos progresivos para desarrollar una economía circular a largo plazo, que evite que se repita la actual dependencia de los combustibles fósiles en el continente.
¿Riesgo de desabastecimiento?
El informe presentado pronostica que Europa podría afrontar problemas alrededor de 2030 por la escasez mundial de suministro de cinco metales: litio, cobalto, níquel, tierras raras y cobre. También avanza que la demanda de metales primarios de la UE alcanzará su punto máximo alrededor de 2040; a partir de entonces, un mayor reciclaje ayudará a la Eurozona a lograr una mayor autosuficiencia, suponiendo que se realicen grandes inversiones en infraestructura de reciclaje y se aborden los cuellos de botella legislativos.
¿Cuánto tiempo nos queda entonces para evitar ese riesgo de desabastecimiento? El estudio es claro al respecto: “Los proyectos realmente necesitan ser llevados adelante en los próximos dos años para estar listos para el 2030”. Existe un potencial teórico para que las nuevas minas nacionales cubran entre el 5% y el 55% de las necesidades de Europa en 2030, con los proyectos más grandes de litio y tierras raras. Pero, apostilla el estudio, la mayoría de los proyectos anunciados tienen un futuro incierto a pesar de los estándares ambientales comparativamente altos de Europa, luchando con la oposición de la comunidad local y los desafíos de permisos o dependiendo de procesos no probados.
Volviendo al reciclaje, según el informe presentado, en 2050, los metales reciclados localmente podrían producir tres cuartas partes de los cátodos de batería fabricados en Europa, todos sus planes para la producción de imanes permanentes y volúmenes significativos de aluminio y cobre. Por lo que, en conclusión, el reciclaje es la mejor oportunidad que tiene Europa para mejorar su autosuficiencia a largo plazo. Es un paso adelante, añade el estudio, que nuestro sistema de energía limpia se basará en metales permanentes que se pueden reciclar indefinidamente, en comparación con la quema constante de combustibles fósiles de hoy, además de que se debe actuar con firmeza ahora para aumentar las tasas de reciclaje, invertir en la infraestructura necesaria y superar los cuellos de botella económicos clave.
El reciclaje de metales, en promedio, ahorra entre un 35% y un 95% de CO2 en comparación con la producción de metales primarios. Sin embargo, el estudio también precisa que el reciclaje no proporcionará una fuente de suministro viable en la UE para las baterías de vehículos eléctricos y las tecnologías de energía renovable de Europa hasta después de 2040.
El sector ya avisó
Pese a ser muy llamativas, tanto las cifras como las predicciones del estudio no son ajenas a lo que ya era vox populi en el sector del reciclaje de metales. En estos momentos de incertidumbre, la cadena de valor del metal evoca las innumerables llamadas de auxilio realizadas a Bruselas para evitar el dumping del acero o el aluminio de China y Rusia; los ruegos para evitar la deslocalización de grandes empresas ubicadas en la Unión Europea, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo, o las eternas demandas para establecer incentivos al reciclaje para evitar la dependencia a la que nos hemos visto abocados.
Esperemos que ahora ya sí, con la espada de Damocles sobre nuestras cabezas, se tomen desde Bruselas las decisiones políticas oportunas que muestren a las claras y que expliquen a la ciudadanía lo que nos estamos jugando de aquí a dos años. Mientras tanto, los recicladores de metales seguirán invirtiendo en I+D+i para incrementar las tasas de reciclado que posibiliten esa ansiada neutralidad climática.