Aeversu propone a la Generalitat mantener la valorización energética como una apuesta por la economía circular
Aeversu, la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos, formada por 11 plantas en España y una en Andorra, lamenta la propuesta de la consellera de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya, Teresa Jordà, en el pleno del Parlament de aprobar una moratoria de infraestructuras de incineración de residuos.
La medida genera confusión en cuanto a los objetivos medioambientales en la gestión de residuos, obviando el gran problema existente en Cataluña con un vertido anual de 1,36 MTn de residuos urbanos en 2020. Los 23 vertederos en funcionamiento en Cataluña suponen la primera fuente de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) del sector de residuos, el 77% según el último informe de la Oficina Catalana de Cambio Climático.
El fijar esta moratoria supone apoyar el vertido, contradiciendo los objetivos europeos de reducir al 10% en peso la cantidad de los residuos depositados en vertedero. Asimismo, ignora todos los informes científicos disponibles, desde la Unión Europea que, en su Directiva 2010/75/EU, fija la valorización energética como mejor tecnología disponible frente al vertido, hasta el propio IPCC y la ONU que reconocen la utilidad y la importancia de su actividad en la reducción de GEI.
La moratoria prevé además, un plan de cierre de las plantas de valorización energética existentes, lo que provocaría no solamente un incremento de la eliminación en vertedero en Catalunya, sino un decremento del servicio público prestado por las plantas actuales, todas además de titularidad pública y las cuales valorizaron energéticamente en 2020 un 18% del total de residuos producidos, frente al 34% depositado en vertedero, muy lejos aún de los objetivos de la UE, incluso a un horizonte 2035.
La medida planteada por la Consellera es tan incoherente como fijar una moratoria al uso del gas natural, sin haber cerrado antes las centrales térmicas de carbón, y no al revés. El objetivo primordial es acabar con el vertido y sus graves daños medioambientales colaterales.
Adicionalmente, esta medida es una clara apuesta en contra de la economía circular, pues la valorización energética complementa el reciclaje tratando de forma segura los residuos no reciclables. Es una tecnología contrastada y ampliamente utilizada en países europeos con mayor tradición medioambiental, con altos ratios de reciclado y vertido cercano a cero.
La propuesta supone un retroceso en una región en la que la gestión de los residuos se ha considerado siempre puntera y ejemplo a seguir para otras muchas.
La aportación medioambiental de la valorización energética
La Asociación, además, subraya que estas instalaciones contribuyen a mitigar el cambio climático, al desviar los residuos de los vertederos, donde su descomposición provoca emisiones de metano, unos de los GEI más contaminantes. También producen energía parcialmente renovable, sustituyendo así a los combustibles fósiles.
En este punto, cabe recordar los datos de G-advisory en su informe ‘Valorización energética de residuos urbanos en España y Andorra’’. De acuerdo con este estudio, los vertederos emiten un 245% más de emisiones GEI que las instalaciones de conversión de residuos en energía.
Por este motivo, Aeversu insiste en la necesidad de aprobar moratorias al vertido y aplicar tasas más intensas, además de duplicar la capacidad de las instalaciones en España para cumplir con los objetivos de 2035. Primero, por proporcionar un tratamiento esencial a los residuos urbanos no reciclables, segundo, por ser una fuente de energía renovable, y tercero, por tratarse de una palanca de activación de la economía al generar empleos de calidad.
Por ello, confía en que esta medida no se llegue a materializar y está dispuesta a tender la mano y a establecer un diálogo para orientar y reconducir la situación.