Los plásticos nos ayudan a ahorrar energía, emisiones de CO2, agua y reducir el desperdicio de alimentos en toda la cadena alimentaria contribuyendo a la circularidad, aportando seguridad, higiene, confort, bienestar y salud
Sostenibilidad y economía circular en el Horizonte Europeo
Sostenibilidad. Los retos mundiales del cambio climático y la degradación del medio ambiente reclaman una respuesta mundial ya que representan una amenaza existencial para Europa y el mundo. Para superar este reto, Europa necesita una nueva estrategia de crecimiento que transforme la Unión en una economía moderna, eficiente en el uso de los recursos y competitiva. En esta nueva Europa se espera eliminar las emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050, promoviendo que el crecimiento económico no dependa del uso de recursos y en la que no se desatienda a ningún ciudadano o región.
El Pacto Verde abarca todos los sectores de la economía, especialmente los del transporte, la energía, la agricultura, los edificios y las industrias, así como las de la siderurgia, el cemento, las TIC, los textiles y los productos químicos.
Además, el Pacto Verde incorpora una hoja de ruta con acciones para impulsar el uso eficiente de los recursos mediante el paso a una economía limpia y circular para detener el cambio climático, revertir la pérdida de biodiversidad y reducir la contaminación. Describe las inversiones necesarias y los instrumentos de financiación disponibles, y explica cómo garantizar una transición justa e integradora.
Para transformar en legislación la ambición política de ser el primer continente climáticamente neutro en 2050, la Comisión ha presentado la primera 'Ley del Clima Europea'. Para materializar nuestra ambición en materia de clima y medio ambiente. La Comisión también ha presentado la Estrategia sobre Biodiversidad para 2030, la nueva Estrategia Industrial, el Plan de Acción de la Economía Circular, la Estrategia 'de la granja a la mesa' de alimentación sostenible y las propuestas para una Europa sin contaminación. Comienzan de inmediato los trabajos para endurecer los objetivos de emisiones de Europa para 2030 y se fija una senda realista hacia el objetivo de 2050.
España y la Economía Circular
La Estrategia Española de Economía Circular (EEEC) establece unas orientaciones estratégicas y se marca una serie de objetivos cuantitativos a alcanzar para el año 2030: reducir en un 30% el consumo nacional de materiales en relación con el PIB, tomando como año de referencia el 2010; reducir la generación de residuos un 15% respecto de lo generado en 2010; reducir la generación de residuos de alimentos en toda la cadena alimentaria (50% de reducción per cápita a nivel del hogar y consumo minorista y un 20% en las cadenas de producción y suministro a partir del año 2020); incrementar la reutilización y preparación para la reutilización hasta llegar al 10% de los residuos municipales generados; mejorar un 10% la eficiencia en el uso del agua, y reducir la emisión de gases de efecto invernadero por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2-equivalente.
Además, se menciona como políticas clave para avanzar en economía circular las políticas económicas, de fiscalidad, empleo, I+D+i, de consumo, la política industrial, del agua, agraria y de desarrollo de áreas rurales.
Por otro lado, las líneas principales de actuación sobre los que se focalizarán las políticas e instrumentos de la Estrategia de Economía circular y sus correspondientes planes de actuación son ocho. Cinco de ellas relacionadas con el cierre del círculo: producción, consumo, gestión de residuos, materias primas secundarias, y reutilización del agua, y las tres restantes, con carácter transversal: sensibilización y participación, investigación, innovación y competitividad, y empleo y formación.
Plásticos
Desde sus inicios, los materiales plásticos nacieron como una solución para la sustitución de los escasos recursos no sostenibles. Desde entonces, los plásticos nos ayudan a ahorrar energía, emisiones de CO2, agua y reducir el desperdicio de alimentos en toda la cadena alimentaria contribuyendo a la circularidad, aportando seguridad, higiene, confort, bienestar y salud a nuestra sociedad y ayudando en la mitigación del cambio climático.
Hoy es imposible imaginar un mundo sin plástico por la importancia que posee en nuestras vidas cubriendo necesidades en todos los sectores (envases y embalajes, construcción, electrónica, transporte y salud entre otros), ofreciendo un abanico infinito de productos, así como facilitándonos todo tipo de aplicaciones y soluciones; es por ello por lo que aporta las siguientes contribuciones a la sociedad europea:
- más de 1,6 millones de personas trabajando directamente en la industria del plástico
- aproximadamente 60.000 empresas fundamentalmente pequeñas y medianas empresas relacionadas directamente con el sector plástico
- más de 360 billones de euros de facturación en 2018
- más de 15 billones de euros de balance positivo en la industria europea del plástico en 2019 (incluyendo sólo fabricantes de materia prima y transformadores)
- efecto multiplicador en el producto interior bruto (PIB) por 2.4 y casi por 3 en empleo (Fuente: The European House Ambrosetti study, Italy 2013)
- en 2018, 9,4 millones de toneladas de plástico post-consumo recogido para ser reciclado (dentro y fuera de la EU)
La iniciativa responde al compromiso adoptado en la Estrategia Europea sobre el plástico de hacer frente a los residuos de plásticos, por medio de una actuación legislativa que ha sido muy bien acogida por el Parlamento Europeo, el Consejo, los ciudadanos y las partes interesadas. Las medidas propuestas contribuirán a la transición de Europa hacia una economía circular y a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, de los compromisos en relación con el clima y de los objetivos de la política industrial.
La Directiva 2019/904 sobre la reducción del impacto de ciertos productos plásticos en el medio ambiente, establece medidas como prohibir algunos productos plásticos de un solo uso, promover el uso de alternativas fácilmente disponibles y más sostenibles, así como soluciones innovadoras hacia modelos de negocio más sostenibles, alternativas a la reutilización y sustitución de materiales. Esta misma directiva establece restricciones a la comercialización de productos elaborados con plástico oxodegradable, ya que ese tipo de plástico no se biodegrada adecuadamente y por lo tanto contribuye a la contaminación microplástica en el medio ambiente, no es compostable, afecta negativamente al reciclaje del plástico convencional y no entrega un beneficio medioambiental comprobado.
Bioplásticos como solución al problema tecnológico y medioambiental
Para que Europa pueda reforzar su posición como líder en la eficiencia de los recursos y en el crecimiento verde, es necesario promover sectores de futuro como el de los bioplásticos con fuertes credenciales medioambientales y potencial de crecimiento, que ayuda a reducir el impacto sobre el medio ambiente dentro de la UE.
En 12 años el reciclado de envases plásticos ha incrementado un 19% la recogida de residuos de envases post consumidor, muchos se han vuelto familiares con el mantra “reducir, reutilizar, reciclar ”, pero esto cuenta una historia incompleta. Es difícil reciclar si los consumidores no son los primeros que actúan al “devolver” el embalaje a la papelera de reciclaje adecuada o sistema de devolución en tienda.
Según muchos informes, la demanda de plásticos reciclados hoy supera con creces la oferta. Si los compromisos de empresas y marcas para 2025 y 2030 es llegar al 100% reciclado, nuevas tecnologías de reciclaje y procesado rápidamente escalable deben ser concebidas, comercializadas, implementadas y promovidas.
La nueva Directiva (UE) 2019/852 sobre Envases y Residuos de Envases establece objetivos de reciclaje más altos por material (50% para envases de plástico para 2025 y 55% para 2030), junto con un nuevo método de cálculo de las prestaciones de reciclaje. Este nuevo método se aplica en la recogida de datos desde 2020.
La transición de una economía lineal a una economía circular, el aprovechamiento de los desperdicios, el reciclado y las nuevas técnicas de reciclado, así como la aparición, para quedarse, de los materiales biobasados y biodegradables son grandes oportunidades para el desarrollo de nuevos modelos de negocio, nuevos productos y sus cadenas de valor que generan crecimiento económico y aumento del empleo.
Las marcas y los fabricantes de envases y otros productos plásticos deben explorar todas las opciones para encontrar la opción más responsable. Las alternativas de vanguardia a los polímeros basados en recursos fósiles no siempre son la opción más responsable con el medio ambiente, especialmente cuando hay diferentes soluciones disponibles y no hay una respuesta correcta.
Iniciativas en el marco de la Economía Circular y la Sostenibilidad
AITIIP, una entidad de base tecnológica e ingenieril y fuertemente conectada al sector del plástico y a la industria manufacturera, investiga en nuevos materiales y en nuevos aditivos más sostenibles lo que nos ha conducido al estudio del aprovechamiento de residuos para valorización tales como refuerzos mecánicos (fibras), obtención de colorantes naturales, y extracción de partículas pertinentes para la formulación de biopolímeros.
Por otro lado, a esta motivación de base, le sumamos la inquietud y necesidad de empresas privadas, asociaciones, cooperativas y clústeres de alinearse con las estrategias y políticas europeas, nacionales y locales para la consecución de varios proyectos sobre nuevos polímeros y materiales reciclados. Por ejemplo, alineados con la sostenibilidad, fin de vida y reducción del impacto mediambiental de los plásticos en sectores estratégicos estamos investigando las propiedades y posibles aplicaciones de los mismos en los siguientes proyectos:
Proyecto Mandala: Las aplicaciones en envases requieren de soluciones coste-efecto de adecuado desarrollo, y permitiendo altos ratios de reciclaje tras su uso. En el caso de los envases multicapa, cada capa está compuesta de diferentes polímeros con funciones específicas dificultando el reciclaje, siendo actualmente la incineración o/y el vertedero la única solución económica viable; Sin embargo, actualmente hay diferentes estrategias de investigación e iniciativas de desarrollo tecnológico para estudiar alternativas de separación y delaminación para ofrecer una solución de reutilización y reciclaje de estos envases multicapa (como por ejemplo el proyecto Mandala www.mandalaproject.eu).
Figura 1: Producción de film en Aitiip para el proyecto Mandala.
Ceplafib es otro proyecto de investigación donde se han desarrollado dos compuestos comercializables con una base de matriz de polipropileno o polietileno reciclado reforzada con fibras de papel de periódico. La primera se ideó para aplicaciones de moldeo por inyección y la segunda, para tecnologías de transformación por termoformado. A lo largo del proyecto se han probado diferentes formulaciones de compuestos, variando el contenido de fibras, agentes de acoplamiento y modificadores de impacto y sus proporciones. Con ello, se lograron desarrollar dos tipos de materiales óptimos adaptados a la tecnología de procesamiento de moldeo por inyección y termoformado, que confirman un módulo de elasticidad de hasta un 195% más alto y un 40% más de resistencia que la matriz simple de poliolefina reciclada. Además de características mecánicas excepcionales, los materiales Ceplafib aportan una ventaja económica general, ya que son entre un 25% y un 35% más baratos que los polímeros PP / PE vírgenes estándar y alcanzan precios entre un 40% y un 50% más bajos que los compuestos de plástico-madera disponibles actualmente en el mercado. Paralelamente, esto mejora las oportunidades para los fabricantes y proveedores a la hora de lograr sus objetivos de sostenibilidad, gracias a la transformación de los residuos en nuevas materias primas de alta calidad en una nueva cadena de valor. (www.ceplafib.eu).
En el proyecto Polynspire (polynSPIRE | Innovative technologies for plastic recycling) el objetivo es conseguir probar la viabilidad de diferentes tecnologías que nos permitirán retener el valor añadido de los materiales plásticos. Para ello, se están planteando 3 estrategias diferentes:
- Reciclado químico, el proyecto Polynspire está demostrando la capacidad de los reactores de microondas y el uso de nanopartículas que nos permitan obtener los monómeros plásticos utilizados en la generación de polímeros, reduciendo de esta manera la necesidad de nuevas fuentes de carbono.
- Reciclado mecánico, donde el proyecto utiliza diferentes fuentes de energía y aditivos para conseguir regenerar la estructura química del polímero y así recuperar las propiedades mecánicas del material virgen.
- Valorización del material, en este tercer caso el polímero es utilizado como fuente de carbono en la producción de acero, de esta manera no solo se obtiene energía como en el programa “Zero Waste” sino que además se obtiene una fuente de carbono evitando así el uso de carbón.
Actualmente, no existe una solución definitiva para recuperar los materiales compuestos termoestables presentes en múltiples sectores como por ejemplo el aeronáutico, ferroviario, construcción, automoción, energía, electrónica, material deportivo, etc. que se almacenan en vertederos o se incineran, lo que genera su correspondiente huella negativa en el medio ambiente y efectos nocivos en la salud pública. El proyecto Bizente responde a los retos de sostenibilidad y economía circular que debe afrontar la Unión Europea, ya que su tecnología (biodegradación controlada de materiales compuestos termoestables mediante el uso de enzimas) será capaz de descomponer al menos el 27,5% del total de los residuos de compuestos termoestables y reducirá las emisiones de CO2 al menos en un 25%. (www.bizente.eu).
Figura 4: Puente peatonal Madrid Rio realizado por Acciona, socio del proyecto Bizente.