El reciclado de bolsas en Vizcaya
Según datos de Ecoembes, en 2008 se reciclaron en el País Vasco más de 75.000 toneladas de envases ligeros (envases de plástico, latas y bricks) y envases de cartón y papel. Suponen 2.000 toneladas más que el año anterior. La cantidad aportada por cada habitante alcanzó los 13,1 kg de envases ligeros. El año anterior cada habitante vasco aportó 12 kg, un 27% más que la media nacional.
Las cifras en el País Vasco son, por lo tanto, ejemplares, pero todavía queda mucho margen para la mejora. Por ejemplo, Ecoembes se propone reducir el número de errores cometidos por los ciudadanos cuando separan los envases en el hogar. En el País Vasco, el 16% de los residuos que acaban en el contenedor amarillo, no tenían que haber acabado allí. Claro que esta cifra asciende al 25,2% en el resto de España.
Todo este volumen, el de los envases propiamente dicho y el de los llamados impropios, es decir, los que no son envases o no deberían haber sido depositados en el contenedor amarillo por el motivo que sea, acaban, en el caso de Vizcaya, en la planta de clasificación de Amorebieta, localidad situada a unos 20 km de Bilbao.
Bilbao se porta bien
En 2008 se recogieron en los contenedores amarillos de Bilbao 11,6 kg por habitante de envases ligeros.
Además, la recogida selectiva de envases de papel y cartón alcanzó los 41,7 kg/habitante/año, lo que se sitúa casi 2 kg por encima de la media del País Vasco.
Esta planta es una sociedad mixta, con un 50% en manos de la Diputación a través de Garbiker y el otro 50% de Trienekens. Destaca por su elevado grado de automatización en los procesos de clasificación, gracias a los equipos incorporados tras la inversión de 120.000 euros realizada en 2004. El ‘Autosort’ modelo Titech Visionsort es capaz de separar unos materiales de otros a gran velocidad.
Por aquí pasaron en 2008 un total de 14.200 toneladas de envases usados. Según indica Unai Urruti, director de Garbiker para esta planta “un aspecto importante aquí es que todo lo que entra y sale tiene una caracterización”. Además, todas las fracciones y pesos de los fardos que resultan del proceso de clasificación están realizados conforme a las normas de Ecoembes.
Tras los procesos automáticos y manuales, finalmente se crean siete fracciones de residuos: PET, PE de alta densidad, mixto, brick, film (PE de baja densidad), acero y aluminio.
Primero separar, luego reciclar
Aproximadamente el 15% de lo que entra en la planta de clasificación de Amorebieta son bolsas de plástico. Por añadir un detalle a la polémica más reciente de las bolsas de plástico en los supermercados, se observa con claridad que la mayor parte de los envases depositados en el contenedor amarillo van dentro de bolsas de plástico de supermercado. Dicho de otra forma, las bolsas del supermercado no solo son reciclables, sino que además cumplen una segunda función en los domicilios particulares.
Son reciclables y, de hecho se reciclan. Como muestra, la planta de reciclado BPB (Bizkaiko Plastiko Berziklategia) ubicada justo al lado de la de clasificación. Aquí se reciclan sólo las bolsas de su vecina la “clasificadora”. Es decir, se cierra el círculo en la fracción de polietileno de baja densidad que comienza en el contenedor amarillo: recogida, selección y clasificado y reciclado. La planta, donde se reciclan unas 1.000 toneladas de bolsas al mes, se divide en tres zonas: troceado y limpiado en seco, lavado con agua y extrusión.
El resultado final son los sacos de granza, listos para su uso en piezas realizables a partir de plástico reciclado. Curiosamente, tal y como explica el gerente de esta planta, Pedro Goikoetxea, la mayor parte de esta granza se exporta a países europeos para aplicaciones destinadas al sector de la agricultura (envolventes, mangueras de riego, impermeabilizantes temporales, tuberías de riego a baja presión...), el envase (botellas de droguería, film industrial, protección de garrafas, bolsas de basura...) y otros muchos, como mobiliario urbano, macetas, bandejas para semilleros, etc.
Ciertamente, si una bolsa termina flotando en el mar, no será desde luego porque no ha tenido oportunidades de otra vida mejor.