“Medir la huella de carbono no es una necesidad, es una gran ventaja”, indicaba Luis Ángel Salas, CEO de la compañía

La Asociación de alquiler de maquinaria y equipos, Aseamac, ha celebrado un nuevo webinar bajo la temática 'La huella de carbono en el sector de alquiler de maquinaria', para el que ha contado con la participación de Luis Ángel Salas, CEO de LoxamHune, de su director de IT, Santiago Vaquero, y de Andrés Ferrer, CEO de Omawa, consultora especializada en el cálculo y gestión de la huella ecológica, la cual ha asesorado a LoxamHune en su objetivo de ser la primera compañía del sector en obtener la ISO 14064 y en ser considerada 'empresa clima neutro'.

Andrés Ferrer definía la huella de carbono como “un indicador de sostenibilidad que permite a las empresas cuantificar objetivamente las emisiones de CO₂ que genera su actividad”. Se trata además de un valor estandarizado a nivel mundial bajo norma ISO, lo que facilita su reconocimiento en un mercado cada vez más globalizado.

De izquierda a derecha: Luis Ángel Salas, CEO de LoxamHune, Andrés Ferrer, CEO de Omawa, Santiago Vaquero, director de IT, y Anita Núñez-Torrón, del Secretariado de Aseamac.

“Ahora parece que el gran reto de nuestra sociedad es superar el coronavirus pero, antes o después, esta pandemia desparacerá, y quedará evidente que el verdadero gran desafío es el cambio climático, para el que no hay vacuna”, añadía Andrés Ferrer.

Sobre todo a partir de la COP21 de París, la sostenibilidad está cobrando cada vez más importancia entre las empresas, lo que se ve además respaldado por una mayor sensibilización medioambiental en toda la sociedad y por las numerosas estrategias, normativas y planes que se están gestionando a nivel mundial: Agenda Urbana, Agenda 2030, ODS de Naciones Unidas, Pacto por el Clima, Estrategia de Descarbonización de la Economía, Ley Española de Cambio Climático y Transición Energética…

“Ante este contexto, se dibuja un futuro, que ya es presente, en el cual la sostenibilidad jugará un papel vital para la supervivencia de las empresas, especialmente debido al cambio cultural de la sociedad”, indicaba el CEO de Omawa.

La huella de carbono se ha convertido así en uno de los principales indicadores de sostenibilidad de las empresas, estando ligado además a la competitividad de las mismas debido a los marcos normativos, fondos y bolsas de carbono creados para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Precisamente cuando se habla de gases de efecto invernadero, todos piensan en el CO₂ pero este es solo uno de esos gases contaminantes (el mayoritario, eso sí, con un 76% del total). Según el protocolo de Kioto, también hay que contemplar el metano (16%), el óxido nitroso (6%), los hidrofluorcarbonos, los perfluorcarbonos, el hexafluoruro de azufre y el trifluoruro de nitrógeno, estros cuatro últimos en porcentajes inferiores al 2% del total cada uno. Todos ellos conforman lo que se llama 'CO₂ equivalente' y para su medición se tienen en cuenta tres alcances:

• Alcance 1: emisiones directas controladas por la propia empresa u organización (maquinaria o vehículos de la empresa, por ejemplo).
• Alcance 2: emisiones indirectas provocadas por el consumo de energía eléctrica procedente de terceras entidades.
• Alcance 3: emisiones indirectas correspondientes a terceros actores (fabricación de la maquinaria que luego incorporarás a tu flota de alquiler, por ejemplo).

Todo ello puede ser medido por la empresa, hasta el punto de convertirse en un nuevo KPI que incide directamente en su cuenta de resultados. “Si una empresa no conoce su huella de carbono, no podrá gestionarla adecuadamente y, con ello, mejorar sus actividades”, resumía Andrés Ferrer.

A continuación, Santiago Vaquero, director de IT en LoxamHune y responsable del proyecto de huella de carbono en la compañía, indicaba que “la sostenibilidad es un camino a recorrer“ y que ”las empresa deben decidir si quieren emprenderlo ahora o dejarlo, de momento, a un lado”.

Lo que está claro es que “solo se puede mejorar lo que se mide” y que solo conociendo cuáles son realmente sus emisiones de CO₂ equivantes las empresas pueden establecer una estrategia para reducirlas.

“Desgraciadamente el alquiler es un tipo de negocio que impacta mucho en el medio ambiente, no hay máquinas de 'impacto 0'. Y además, todos nuestros equipos requieren de un mantenimiento y de un transporte que también suponen emisiones al medio ambiente. Por ello tenemos que definir bien las fronteras del cálculo de huella de carbono que queremos hacer en nuestra empresa, dónde empieza y dónde acaba nuestro impacto medioambiental. Si no hacemos esto, el cálculo nos llevaría al infinito. En nuestro caso, hemos establecido esta medición desde que adquirimos una máquina hasta que la vendemos, pero antes (fabricación) y después (segundo uso, reciclaje…) ese equipo también impacta en el medio ambiente. Y además, para hacer este cálculo en LoxamHune estamos convencidos de que hay que trabajar con expertos en la materia, en nuestro caso con Omawa, que nos asesoren sobre todas nuestras fuentes de gases de efecto invernadero”, añadía Santiago Vaquero.

El director de IT de LoxamHune también destacaba como otros requerimientos a la hora de plantear el cálculo de la huella de carbono, los siguientes:

• Involucrar al personal de las operaciones: son profesionales que pueden contestar a muchas preguntas sobre este asunto
• Apoyarse en las certificaciones que ya tenga la empresa: si se tiene la ISO 14001 hay mucho trabajo ya hecho
• Una vez realizado el cálculo, hay que preparar un informe. “Mejor si lo hace un experto”, decía
• Si el objetivo final es certificar el cálculo mediante ISO 14064, el informe debe adaptarse a dicha norma

Santiago Vaquero terminaba su intervención resumiendo las fases que ha conllevado la medición de la huella de carbono en LoxamHune, desde las primeras reuniones de coordinación y planificación hasta la elaboración del informe final, pasando por la definición de los objetivos y alcance, el inventario de GEI, la identificación de procesos, el propio cálculo y el diseño del reporte.

En el caso de LoxamHune el objetivo final ha sido convertirse en la primera empresa de clima neutro y, aunque esta medición es aún volutaria, sí que tiene sus ventajas a la hora de optar a licitaciones o de trabajar con algunas empresas que ya tienen en cuenta todos estos índices medioambientales. Además, de cara a futuras normativas obligatorias y penalizaciones, es un trabajo que ya tiene adelantado.

Luis Ángel Salas, CEO de LoxamHune, centró su intervención en los beneficios que puede tener para una empresa alquiladora, y en general para todo el sector, calcular la huella de carbono. “Este es un sector que se ha caracterizado tradicionalmente por estar muy atomizado y me atrevería a decir incluso que por estar en muchas ocasiones desunido y con poca conciencia de sector. De hecho, de las 2.000 empresas que hoy ofrecen servicios de alquiler en España, apenas un 10% están afiliadas a asociaciones. Además, por la visión internacional que me ha otorgado estar durante tres años en la directiva de la Asociación Europea del Alquiler (ERA), es evidente que en nuestro país el alquiler tiene aún una penetración muy inferior a los mercados de nuestro entorno, como Francia o Gran Bretaña. Pero esta menor penetración, sumada a las nuevas oportunidades que nos ofrece la sostenibilidad, debemos verlo como posibles factores de mejora sectorial que tenemos que aprovechar. El alquiler es cada vez más demandado, por la propia naturaleza de nuestra actividad, la cual se ajusta a las necesidades y tendencias de nuestra sociedad, como la Economía Circular, la Economía Compartida, el uso de equipos específicos para cada trabajo con la idea de ganar en eficiencia o el respaldo del alquiler con servicios añadidos como puede ser la formación”, indicaba Luis Ángel Salas.

LoxamHune es la primera compañía del sector en obtener la ISO 14064 y en ser considerada 'empresa clima neutro'.

Es indudable que el cálculo de la huella de carbono reporta múltiples beneficios a las empresas alquiladoras: mejora su imagen, contribuye a la lucha contra el cambio climático, ayuda a definir nuevos objetivos y metas empresariales, incrementa su valor de sostenibilidad, minimiza sus costes ambientales, fortalece sus relaciones con otras compañías, fomenta su 'conciencia eco'…

“En LoxamHune ya trabajábamos desde hace diez años en reducir nuestra huella de carbono, minimizando nuestro consumo de papel, optimizando el uso de agua, etc., pero no sabíamos que lo que hacíamos se llamaba así. Ahora sí hemos querido dar un paso más, midiendo esta huella, reduciéndola para ser más eficientes y alineándonos con las necesidades de nuestra sociedad. Tenemos claro que todo lo que no se evalúa, se devalúa”, añadía el CEO de LoxamHune.

En esa línea, Luis Ángel Salas resumía en siete los principales objetivos que se ha marcado LoxamHune a la hora de calcular la huella de carbono:

• Conocer el grado de sostenibilidad de una organización, producto o evento
• Gestión de riesgos asociados a los gases de efecto invernadero e identificación de oportunidades de reducción
• Identificación de riesgos asociados a futuras restricciones de estos gases
• Identificación de oportunidades de reducción efectivas en términos de costos
• Establecer metas de gases de efecto invernadero, contabilizar y controlar su evolución
• Acceso a subvenciones para la reducción de huella de carbono
• Acceso al registro gratuito de huella de carbono del Ministerio para la Transición Ecológica

“No solo queremos medir nuestra huella de carbono para cumplir la ley, también nos propociona ventajas a la hora de acceder a financiación adicional ('préstamos verdes'), de mejorar la eficiencia de nuestras organizaciones (menor consumo de recursos) y de mejorar las relaciones comercales con clientes y proveedores. Medir la huella de carbono no es una necesidad, es una gran ventaja. Ojalá todas las empresas alquiladoras emprendieran este camino para mejorar la propia imagen del sector”, añadía el CEO de LoxamHune.

La medición de esta huella de carbono por parte de las empresas no es aún obligatorio… pero lo será. Por ello, desde LoxamHune y Omawa animan a todas las empresas a que lo hagan lo antes posible. “Si compramos ahora el billete podremos elegir el asiento en el que nos queremos sentar. Si esperamos a que lo hagan los demás, nos quedaremos sin los mejores sitios. Este es un camino sin retorno, tarde o temprano las empresas tendrán que emprenderlo”, advertía Andrés Ferrer.

La logística en el transporte de maquinaria es uno de los factores que más impactan e la huella de carbono de las empresas alquiladoras.

LoxamHune, como referente del sector, ha querido dar esos primeros pasos no solo con la medición de la huella de carbono sino también con la ejecución de medidas para su reducción, en ámbitos como la valorización y reciclaje de residuos, el uso de fuentes energéticas ecológicas, una clara apuesta por la digitalización y aumento de la presencia de equipos eléctricos en su flota, entre otras. Además, para compensar todas aquellas emisiones de los alcances 1 y 2 que no puede dejar a cero, la compañía colabora en proyectos sostenibles de la ONU como la reforestación de un área verde de Galicia o el desarrollo de una central hidroeléctrica en Brasil.

El webinar de Aseamac terminaba con los tres ponentes haciendo hincapié en la cada vez mayor importancia que tienen para los alquiladores los índices de impacto ambiental a la hora de incorporar nuevos equipos a sus parques, en el potencial que tendrá en un futuro las máquinas con pila de hidrógeno, en el gran peso que tiene el transporte de maquinaria y repuestos en las emisiones de estas empresas (una buena logística puede reducir estos traslados en un 40%), en el incremento del 20% en eficiencia de transporte que pueden proporcionar los camiones a gas y en las ventajas que ofrece a las empresas estar integradas en asociaciones como Aseamac.