Mantener el valor. Ahorrar recursos
Economía circular en la industria del plástico
Los productos plásticos se han convertido en una parte esencial en casi todos los ámbitos de la vida. Por un buen motivo: los envases de plástico prolongan la caducidad de los alimentos y las piezas de plástico de los automóviles hacen que estos sean más ligeros, reduciendo así las emisiones de CO2. En medicina, el plástico ofrece el máximo nivel de higiene y, por lo tanto, de seguridad. Pese a sus muchas ventajas, esta importante materia prima ha sido desacreditada desde hace algún tiempo, ya que los residuos plásticos se acumulan en zonas enteras y flotan en los océanos del planeta, formando enormes alfombras de plásticos. Sin embargo, este problema tiene solución. La economía circular desempeña un papel crucial.
El concepto de economía circular es sencillo de por sí. El valioso material básico utilizado para un producto se procesa al final de su vida útil para que pueda ser reutilizado. Y así sucesivamente. No todos los materiales son reciclables. Sin embargo, el reciclaje funciona muy bien con muchos plásticos. Una economía circular conduce a una reducción drástica de la cantidad de residuos. Asimismo, protege el recurso del petróleo crudo, pues al fabricar nuevos productos a partir de plástico reciclado, no es necesario utilizar otros recursos, como señala Messe Düsseldorf en este artículo.
Photo: Messe Düsseldorf, Constanze Tillmann.
Abordar el problema
Convergencia de muchos factores
El reciclaje es otro componente básico de cualquier economía circular. Se necesitan tecnologías que permitan limpiar, clasificar, triturar y volver a transformar los plásticos usados en granulados plásticos que a su vez se puedan utilizar como material para la fabricación de piezas de plástico. Muchas de esas tecnologías ya existen actualmente. Un problema, por otro lado, es la calidad del material reciclado. Para la fabricación de piezas de plástico de gran calidad solo se puede utilizar material reciclado en perfecto estado. En la práctica, sin embargo, resulta casi imposible predecir la pureza de un plástico secundario hecho de material reciclado. Thorsten Kühmann, director general de la Asociación de Maquinaria para Plásticos y Caucho de la VDMA, propone crear estándares para los plásticos reciclados. "Hasta ahora, nadie que utiliza materiales reciclados conoce de antemano el nivel de calidad que va conseguir. Esto hace que los procesos sean menos fiables, ya que no es posible influir en la producción tanto como con el material virgen estandarizado. Los plásticos reciclados serían mucho más fáciles de aceptar si existiera un estándar". En cualquier caso: cuanto más limpios estén los residuos plásticos, más fácil será su transformación en granulado plástico de alta calidad. Por lo tanto, muchos expertos abogan por sistemas de recogida selectiva para que los diferentes plásticos no tengan que separarse en la empresa de reciclaje utilizando mucha agua y energía.
Necesidad de conexión en red
El núcleo de la gestión del reciclaje es la conexión en red de la gestión de residuos y el reciclaje con la producción. Hoy, esto es solo el principio. "El principal obstáculo para el funcionamiento de una economía circular son los diversos grupos de actores", apunta Henning Wilts, experto en economía circular del Instituto de Clima, Medio Ambiente y Energía de Wuppertal. Existe un déficit de vinculación entre los procesos de recogida, reciclaje y producción más allá de los límites de la empresa. El intercambio de datos aún no se está llevando a cabo. Por ejemplo, un productor todavía no puede saber en qué plástico está trabajando la empresa de reciclaje y, por lo tanto desconoce qué cantidades puede obtener. Además, las distintas áreas del ciclo suelen estar sujetas a normativas legales completamente diferentes. "Los sistemas se han desarrollado por separado durante décadas. Reunirlos supone un enorme reto", apunta Wilts.
Sin embargo, merece la pena el esfuerzo de eliminar los obstáculos, no solo por motivos de protección del medio ambiente y conservación de los recursos. La Comisión Europea también considera que una economía circular es una contribución al aumento de la competitividad y, por tanto, un beneficio económico concreto. En calidad de experto en la materia Wilts está de acuerdo: "Si logramos establecer una economía circular, entonces sería tan eficiente y rentable que otros países seguirían el ejemplo", afirma Wilts convencido. Quien comience con la economía circular cumple por lo tanto la función de servir de ejemplo a los demás. El uso de los plásticos como recurso para preservar el valor es también un argumento convincente para aquellos países y regiones en los que la solución al problema de los residuos plásticos no ha hecho más que empezar.
Aunque no todos los plásticos se puedan reciclar de forma rentable y ni todos los plásticos usados sirvan para la economía circular, también pueden resultar útiles. Gracias el reciclado térmico, es decir, la incineración, los plásticos ayudan a ahorrar el combustible necesario, por ejemplo, para las plantas de cemento. De este modo, el material básico, es decir el plástico, se utiliza al menos una segunda vez.
Todos los expertos están de acuerdo en un aspecto: para que algo cambie de forma sostenible y global y para que la economía circular funcione de forma permanente, es necesario el apoyo y la cooperación de toda la cadena de valor, desde el fabricante de materiales hasta el consumidor final. El comportamiento sostenible comienza en el hogar y en la escuela.
Es fundamental concienciar a la población de todas las nacionalidades, grupos de edad y grupos sociales acerca del valor de los plásticos. Pero también es esencial un alto nivel de compromiso por parte de políticos y legisladores. El proteccionismo, que solo tiene en cuenta los propios intereses nacionales y una serie de influencias en relación con la política comercial, no ayudará a aplicar medidas apropiadas y a promover un replanteamiento general.
Ya existen algunas iniciativas positivas: por ejemplo, los estados miembros de la Unión Europea están obligados a alcanzar una tasa de recogida de botellas de plástico desechables del 90% para 2025. Sin embargo, se requieren medidas mucho más concretas, como establecer márgenes para el uso de material reciclado en la producción, así como en la cuota de generación de electricidad que debe lograrse con la incineración de residuos plásticos.
En la pasada edición de la feria K 2019 de Düsseldorf, la economía circular, no solo ocupó un gran espacio en los stands de los expositores, sino que también fue protagonista.