Alquimia con residuos o cómo sacar provecho de los desechos
Dave Forman nunca ha ido a un instituto de empresa. Tampoco le hace falta. Ya tiene el modelo empresarial que rompe esquemas. Dado que en la zona de Seattle los vertederos son muy restringidos, el primer paso es cobrar a los propietarios de viviendas y paisajistas que llevan sus residuos de jardinería a los puntos de recogida que tiene instalados en el centro de la ciudad y a los contratistas que le llevan sus residuos de construcción. A continuación, lo reúne todo en una de las tres centrales de procesamiento situadas fuera de la ciudad en las que se corta, machaca, tritura, fresa, mezcla, separa y limpia todo un abanico de materiales. Por último, una vez listos los materiales tratados, los vende de nuevo a la misma gente que pagó para deshacerse de ellos en un principio. Es la obra de un genio.
Si se tiene en cuenta que el 99 por ciento del material de desecho pasa a ser un producto que se puede vender, la empresa de Dave –Pacific Topsoil Inc– no sólo tiene la fórmula para hacer dinero, sino también para respetar el medioambiente. “Prestamos un servicio a la comunidad al evitar que sus residuos vayan a parar al vertedero. Puede que no parezca gran cosa,” ríe mirando los montones de abono, piedra y gravilla que llenan su almacén, “pero para mí, ¡son oro puro!”.
La sede de Pacific Topsoil, en las faldas de la cadena montañosa Cascade y cerca de la fábrica de los gigantescos Boeing 747, procesa 10.000 metros cúbicos de residuos al día y ofrece una amplia variedad de cientos de productos acabados: tierra vegetal, abono para césped, corteza, mantillo, gravilla, roca y arena.
Este carismático hombre de 65 años tiene una curiosidad insaciable y no cesa de probar y buscar nuevos productos que desarrollar. Antes de comprar Pacific Topsoil en 1981, cuando la empresa atravesaba dificultades económicas, el curriculum vitae de Dave Forman incluía el servicio en la Marina estadounidense y varios trabajos como limpiador de coches, reparador de máquinas de escribir, mecánico y vendedor en una empresa de equipos para zanjas. Fundó y, posteriormente, vendió una empresa contratista de instalación de TV por cable antes de comprar la empresa de tierra vegetal por la que es conocido hoy en día.
Pacific Topsoil tiene en su flota 21 máquinas Volvo, suministradas por el concesionario local Clyde/West.
Contar con el mejor equipo
A pesar de su buen humor y de que su esposa, Sandy de 41 años, ha estado a su lado y ha desempeñado un papel clave en el éxito de la empresa, Dave enfoca su trabajo desde una perspectiva muy profesional y meticulosa. “Hace algún tiempo, llegué a la conclusión de que, si voy a seguir en este negocio, lo voy a hacer con un buen equipo y no voy a malgastar el tiempo reparando cachivaches”.
La flota de Pacific Topsoil está compuesta por más de 120 máquinas e incluye trituradoras, molinillos y cribas, de las cuales 21 llevan el logotipo de Volvo, suministradas por el concesionario local Clyde/West. Dentro de la flota de Volvo encontramos ocho cargadoras L110E, L120E, L150E y L180E, y 11 excavadoras Volvo, desde la EC140B de 14 toneladas hasta la EC460B de 46 toneladas.
Mientras las excavadoras alimentan las trituradoras, las cargadoras de ruedas van cargando camiones y ayudando a hacer montones. “Son buenas máquinas y están aguantando bien el tirón,” afirma Dave. “También nosotros estamos invirtiendo muchas horas en ellas: normalmente, 4.000 horas al año, a veces incluso más.”
Además, cuando se consumen más de 500.000 litros al mes de combustible, el bajo consumo de Volvo se convierte en otro factor operativo relevante. Dada la subida de los precios del gasóleo, esto supone un gasto mensual de más de medio millón de dólares para Pacific Topsoil. “Parte del resto de mi maquinaria bebe mucho, así que cuando hay que dejar aparcada una máquina como equipo de repuesto, nunca se trata de una Volvo,” afirma Dave, que en la actualidad está probando los camiones para carretera de Volvo en recorridos de larga y media distancia para ver cuánto carburante ahorran.
Lo que diferencia a Pacific Topsoil de sus competidores es esta filosofía de aplicar la tecnología más vanguardista a lo que en principio es un sector básico. El helicóptero que posee la empresa traslada a los jefes de producción de una central de procesamiento a otra, con lo que evitan los atascos de Seattle. La flota de la empresa cuenta con más de 100 camiones para carretera, que también evitan circular durante las horas punta y que están controlados por un sistema GPS con voz que informa a cada conductor de a dónde debe dirigirse para su siguiente recogida y entrega. Este proceso funciona 363 días al año y atañe a más de tres millones de metros cúbicos de residuos.
Una de las 25 mejores empresas en las que trabajar
Pacific Topsoil fue elegida por la Seattle Magazine como una de las 25 mejores empresas en las que trabajar porque la empresa le da mucha importancia a la satisfacción de sus empleados. Su circular de Daily Dirt (Suciedad diaria) presenta habitualmente los premios ‘At-a-Boy’ al buen trabajo, mientras que un plan de aprendizaje bien estructurado le garantiza una mano de obra cualificada en el futuro. Los empleados también tienen mucho que decir en el proceso de selección de la maquinaria. “Considero que debemos ofrecerles a los operadores las mejores máquinas que podamos,” dice Dave. “Si lo haces, luego es responsabilidad del operador recoger los frutos. Las Volvo tienen una cabina muy agradable y a los operadores les gustan.”
Una placa en la pared de su despacho resume su actitud ante los negocios y la vida. Dice así: ‘Cueste lo que cueste… El éxito se alcanza cuando se cree en la excelencia, se busca, se lucha por ella, se defiende y se intenta obtener’.