Soluciones urgentes de la industria del reciclaje para los residuos plásticos
El 17°Congreso de FER puso de manifiesto algunas cuestiones clave para hacer frente al grave problema producido por la contaminación generada por los residuos plásticos. Con la presencia de algunos de los mayores expertos europeos en el reciclado de este material, la industria de la recuperación lanzó un nítido mensaje de estar preparada para afrontar el enorme desafío de ser capaz de optimizar el reciclaje de plásticos.
Para poder explicar cómo llevar a cabo el reto planteado, debemos ir al origen del problema. Hoy estamos tratando productos que no están preparados para reciclarse al 100% o que nadie quiere asumir los costes que supone hacerlo, incluso lo hacemos con bienes de consumo que fueron diseñados hace décadas, cuando no había la conciencia social que hay en la actualidad sobre el perjuicio medioambiental que podían generar al final de su vida útil. Por eso, uno de los principales factores a incluir en esta ecuación tan compleja es el ecodiseño, porque es en esa fase cuando se debe pensar que esos productos dejarán algún día de ser útiles, y su diseño y fabricación deben estar pensados para ser reciclados al 100%.
Otra cuestión sumamente importante es, desafortunadamente, común a otros flujos de residuos. Si verdaderamente queremos evitar la actual contaminación derivada de los productos plásticos, de nada sirve un correcto tratamiento de sus residuos por parte de las plantas recuperadoras si, además, no conseguimos aumentar considerablemente la demanda de plásticos reciclados, así como el desarrollo de mercados donde se puedan emplear.
Este aspecto requerirá del consenso político en las instituciones europeas para legislar de forma inequívoca en la dirección adecuada. En el congreso de FER se ofrecieron algunos datos sobre la cantidad de material disponible. Así, sabemos que habrá más de 70.000 toneladas de materia plástica de vehículos fuera de uso y residuos de aparatos eléctricos y electrónicos para reciclar.
Si buscamos el lado positivo, hoy podemos asegurar que disponemos de la tecnología para procesar estos residuos. La misión de los recuperadores será hacer ver que se puede hacer mucho más, se deben incluir más plásticos reciclados en los productos y, con ello, se podrán alcanzar los ambiciosos objetivos establecidos por la Unión Europea.
La industria del reciclaje también dispone de datos irrefutables de la ventaja de dar una segunda vida a estos residuos. Su correcto tratamiento supone un ahorro del 10% de energía y evita la emisión de entre tres y cuatro toneladas de dióxido de carbono por tonelada procesada en comparación al uso de materia virgen.
Sin embargo, hay otra serie de factores que frenan de golpe cualquier atisbo de expectativa sobre abordar con éxito tamaño desafío. Partiendo de que la tecnología empleada en la transformación de estos residuos es compleja y requiere de grandes inversiones, las empresas deben lidiar con otros graves obstáculos derivados de la actual legislación europea: los residuos no pueden moverse libremente dentro de la Eurozona; la existencia de una vinculación entre la legislación sobre residuos y sustancias químicas, que dificultan o impiden el reciclado, o la problemática derivada de la base de datos de la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA).
En conclusión, la industria del reciclaje ha vuelto a demostrar, en este caso con los residuos plásticos, que allí donde otros solo ven problemas y dificultades, que las empresas que forman parte de ella están preparadas para aportar soluciones basadas en la economía circular y el desarrollo sostenible. ¿Seremos capaces de involucrar al resto de los agentes de la cadena en este reto o navegaremos solos en un océano de plásticos?
Si buscamos el lado positivo, hoy podemos asegurar que disponemos de la tecnología para procesar estos residuos