Un caso práctico de reciclaje de taladrinas
15/05/2002
El caso de Laminados de Aluminio Especiales (LAE) es uno de los ejemplos que pone el Centro de Iniciativas para la Producción Limpia (CIPN), de la Generalitat de Catalunya. Esta empresa, que fabrica evaporadores para aparatos frigoríficos, utilizaba las taladrinas en un proceso de laminación en caliente.
En el caso de esta empresa, pesó el factor económico a la hora de decidirse por el reciclado. La firma implantó en su fábrica de Rubí (Barcelona) un circuito cerrado de taladrinas con separación de aceites y agua por microfiltración a través de membranas. Esta emulsión tiene una concentración del 5 por ciento de aceite y del 95 por ciento de agua. Antes de minimizar, la gestión del residuo incidía sobre la cantidad total de la emulsión, lo que ocasionaba un gran coste en transporte y tratamiento. Actualmente, sólo es necesario llevar a tratar al exterior la parte que corresponde al aceite de la emulsión.
Para lograrlo, la empresa construyó un depósito subterráneo de 3.000 litros de capacidad donde caían tanto la taladrina como los vertidos que se producen durante el proceso de recirculación. La taladrina se filtra y se envía a un depósito central de distribución donde el ciclo recomienza. Cuando se considera que la taladrina es defectuosa se envía a otro depósito de 25.000 litros que alimenta a una unidad automática de microfiltración tangencial, formada por dos módulos de filtración con membranas cerámicas y con capacidad de 2.900 litros semanales. En esta unidad se separa el agua del aceite no reutilizables que son gestionados como residuos.
Se trata de un sistema sencillo de reutilización que en el caso concreto de esta firma redujo los residuos de 200.000 litros anuales a 10.000, además de ahorrar costes (ver tabla).
En el caso de esta empresa, pesó el factor económico a la hora de decidirse por el reciclado. La firma implantó en su fábrica de Rubí (Barcelona) un circuito cerrado de taladrinas con separación de aceites y agua por microfiltración a través de membranas. Esta emulsión tiene una concentración del 5 por ciento de aceite y del 95 por ciento de agua. Antes de minimizar, la gestión del residuo incidía sobre la cantidad total de la emulsión, lo que ocasionaba un gran coste en transporte y tratamiento. Actualmente, sólo es necesario llevar a tratar al exterior la parte que corresponde al aceite de la emulsión.
Para lograrlo, la empresa construyó un depósito subterráneo de 3.000 litros de capacidad donde caían tanto la taladrina como los vertidos que se producen durante el proceso de recirculación. La taladrina se filtra y se envía a un depósito central de distribución donde el ciclo recomienza. Cuando se considera que la taladrina es defectuosa se envía a otro depósito de 25.000 litros que alimenta a una unidad automática de microfiltración tangencial, formada por dos módulos de filtración con membranas cerámicas y con capacidad de 2.900 litros semanales. En esta unidad se separa el agua del aceite no reutilizables que son gestionados como residuos.
Se trata de un sistema sencillo de reutilización que en el caso concreto de esta firma redujo los residuos de 200.000 litros anuales a 10.000, además de ahorrar costes (ver tabla).
Un caso práctico de reciclaje de taladrinas