Sevilla, premio ‘Bandera verde-municipio responsable’ por la gestión de sus residuos

Este nuevo logro, máximo galardón que concede dicha federación, mantiene a Sevilla dentro del grupo de Ayuntamientos que destacan por su apuesta firme por el desarrollo sostenible y la introducción de nuevas tecnologías respetuosas con el Medio Ambiente. En la modalidad de Residuos, Limpieza y Jardinería sólo lo han conseguido cuatro ciudades de más de 300.000 habitantes, Sevilla, Valencia, Murcia y Valladolid.

Cabe remarcar que la consecución de este importante premio, que sólo han conseguido setenta y nueve ayuntamientos españoles, constituye un reconocimiento al esfuerzo diario que realiza Lipasam para mantener una ciudad limpia y saludable, a la vez que supone un importante estímulo para seguir trabajando para que Sevilla tenga unos servicios de limpieza pública de la máxima calidad.

El premio ‘Bandera verde-municipio responsable, que cuenta también con el apoyo de la Fundación Biodiversidad y el Ministerio de Medio Ambiente, intenta ‘discriminar positivamente’ a aquellos ayuntamientos que apuestan decididamente por realizar una gestión medioambiental de sus ciudades, que lleve a elevar su calidad de vida para el beneficio de sus ciudadanos.

El Ayuntamiento de Sevilla consiguió por primera vez el máximo Distintivo Ambiental que otorga la Fuci en 1998, habiéndolo renovado durante siete años consecutivos (del 2000 a 2006) cuando el galardón era denominado ‘Bandera verde ciudad sostenible’, llegando a obtener la ‘Mención Oro’ a partir de 2002. Este año, el premio ha cambiado de nombre obedeciendo a una reorganización del mismo, consiguiendo mejorar la forma de calificar, valorar y premiar a cada uno de los candidatos que se han presentado por primera vez o que han renovado la anterior acreditación de la Bandera Verde en su novena edición.

Lipasam, premiada por tercera vez consecutiva con la ‘Escoba de platino’

En la misma línea, la empresa municipal de limpieza pública del Ayuntamiento de Sevilla obtuvo, por tercer año consecutivo, el premio ‘Escoba de platino’ que concede la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos y el Medio Ambiente (Ategrus) en la que fue su XI edición. El premio, recogido por el Director Gerente de la empresa, Rafael Pineda Madrazo, supone el reconociendo al esfuerzo desarrollado por Lipasam desde su creación, en 1986, para poner a disposición de la ciudad de Sevilla y sus habitantes los mejores medios, las más modernas tecnologías de limpieza y un amplio equipo humano de profesionales al servicio de la ciudad.

El concurso de las ‘Escobas de Plata, Oro, Menciones Especiales y Platino’ tiene como objetivo apoyar proyectos que contribuyan de forma eficaz a la mejora del Medio Ambiente y a la promoción del desarrollo y difusión de tecnologías limpias. Los premios se conceden en diferentes apartados: municipios y otras entidades locales, fabricantes e instalaciones para la gestión de residuos, medios de comunicación y empresas prestatarias de servicios, categoría ésta última en la que Lipasam ha sido distinguida.

Entre las iniciativas puestas en marcha por la empresa municipal, y que han desembocado en la concesión de este importante premio, cabe destacar la apuesta por las nuevas tecnologías aplicadas al equipamiento para la limpieza viaria y recogida de residuos urbanos, el incremento de medios humanos y materiales y el avance tanto en la instalación de mobiliario urbano como en la recogida selectiva de residuos urbanos.

Otras de las iniciativas premiadas ha sido el esfuerzo desarrollado en la realización de ‘Campañas de Concienciación’ para solicitar la colaboración de los ciudadanos en relación con la limpieza y la recogida de residuos, especialmente en lo que se refiere a la separación en origen de los residuos y su posterior recogida selectiva, para posibilitar su reciclaje.

Asimismo, la empresa municipal de limpieza también ha iniciado la instalación en mercados y supermercados contenedores específicos para la recogida selectiva de aceite doméstico usado, a fin de convertirlo en biodiésel.
Gracias a esta iniciativa, el aceite doméstico usado que se emplea para cocinar y que se genera en grandes cantidades en las ciudades podrá ahora tener otro destino diferente al habitual; el desagüe de las cocinas o los inodoros.
Con la colocación de estos contenedores en los cuatro puntos limpios que Lipasam ha instalado en la ciudad, se facilitará también en gran modo la eliminación de este tipo de residuos.

La iniciativa pasa lógicamente por la colaboración ciudadana y por fomentar el reciclaje del aceite usado: bastará con depositar los envases con el aceite en el interior de uno de los contenedores.
Asimismo, para desarrollar esta iniciativa, Lipasam contará con la colaboración de Selosa Bioenergía, empresa gestora y valorizadora de residuos y aceites vegetales, autorizada por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía GRU 121, que será la encargada de retirar los contenedores llenos y trasladará el aceite a la planta de tratamiento.

La problemática medioambiental del aceite usado

Un litro de aceite puede contaminar mil litros de agua. Esto es lo que se pretende evitar y conseguir, por otro lado, fomentar su reciclaje. Los aceites usados son penetrantes en el medio ambiente, porque se degradan lentamente y tienden a propagarse con velocidad en grandes áreas. Las películas oleosas creadas pueden evitar la entrada de luz solar en mares y ríos, deteriorando los procesos de fotosíntesis, y afectando la vida terrestre o acuática. También cabe destacar que los aceites usados se adhieren a todo tipo de superficies, incluidas playas, buques y aves acuáticas. Además el aceite no sólo contamina, sino que erosiona las cañerías y los colectores municipales.

Reciclando, con el aceite usado se puede fabricar biodiésel. Se trata de un carburante ecológico, que no tiene azufre y contamina mucho menos que otros, consiguiendo degradarse en tres semanas. Se considera que, en su proceso de combustión, las emisiones contaminantes son un 55 por ciento más bajas que las del gasóleo tradicional. Además no emite dióxido de carbono, el causante del efecto invernadero y tampoco contiene elementos cancerígenos.

Durante el proceso de transformación, el aceite usado, una vez filtrado para eliminar las impurezas, se calienta a 61 grados y se mezcla con etanol. Como resultado se produce, por un lado glicerina, que se utiliza en la fabricación de productos de cosmética, y por otro biodiésel.

Por otra parte, Lipasam también está trabajando para eliminar de las calles sevillanas los excrementos caninos, facilitando además la recogida a los dueños de los cánidos. Sus residuos se han convertido en los últimos años en un grave problema para muchas ciudades, entre las que se encuentra Sevilla. Además de ofrecer una imagen negativa de la ciudad, dificultan las tareas de limpieza, ocasionan numerosas molestias a los ciudadanos y constituyen un riesgo de contagio de enfermedades.
Por todo ello, el Ayuntamiento de Sevilla, a través de Lipasam, ha comenzado a instalar en las zonas de la ciudad más afectadas por esta problemática unos soportes expendedores de bolsas para la recogida de los excrementos caninos. La colocación se inició en el mes de junio en el Barrio de Triana, concretamente en la Plaza de San Martín de Porres.
Se trata de un soporte metálico, montado sobre poste, que contiene bolsas de papel reciclado que el usuario puede extraer de forma cómoda y rápida. Cada bolsa lleva incorporada una paleta de cartón, que facilita la recogida de los excrementos y su introducción en la misma. Una vez realizada esta operación, la bolsa debe ser depositada en un contenedor o papelera.

En una primera fase está prevista la instalación de 300 unidades, en los Barrios de Triana, Los Remedios, Polígono de San Pablo y Bami, así como en distintos puntos del Casco Antiguo, para extender posteriormente esta iniciativa al resto de la ciudad.
Ya desde finales del año pasado, el servicio de inspección de Lipasam está llevando a cabo una actuación especial en la que instan a aquellos propietarios de animales que son detectados abandonando los excrementos de sus mascotas en la vía pública a recogerlos y deshacerse de ellos de forma reglamentaria: depositándolos en las papeleras o contenedores.
A partir de ahora, con la instalación de los nuevos expendedores, los propietarios de los perros tendrán más fácil la recogida de los excrementos ya que dispondrán de una forma más cómoda y sencilla de los materiales necesarios para efectuar la recogida.