El Foro de Soluciones Medioambientales y Sostenibles analizó el pasado, presente y futuro de la gestión de residuos en España
El pasado 9 de octubre tuvo lugar la celebración del segundo Laboratorio sobre Economía Circular del Foro de Soluciones Medioambientales y Sostenibles, FSMS, que organiza Ifema del 13 al 15 de junio de 2018, en la Feria de Madrid. En esta ocasión, la temática tratada fue “20 años en la gestión de residuos ¿dónde estamos hacia dónde caminamos”. En el encuentro participaron cinco entidades relacionadas con la gestión de los residuos.
El FSMS LAB sobre la economía circular contó Manuel Domínguez, director general de la Asociación Española de Recicladores Recuperadores de Papel y Cartón (Repacar); Lucrecia Marín, secretaria general de la Agrupación Nacional de Reciclado y Vidrio (Anarevi); Alicia García-Franco, directora general de la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER); Manuel Kindelan, director general de la Asociación Española para el Tratamiento Medioambiental de los Vehículos Fuera de Uso (Sigrauto); José Vicente López, director de la Cátedra Ecoembes de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM); Lola González, directora del Foro Medio Ambiente y Sostenibilidad FSMS de Ifema, y Carlos Martí, periodista ambiental que ejerció de moderador.
El motivo de hacer un recorrido por estos últimos 20 años hacía referencia a la publicación en 1997 y 1998 de las leyes de residuos que marcaron un punto de inflexión en España sobre lo que existía anteriormente en materia normativa: en 1997 la Ley de Envases y Residuos de Envases, y en 1998 la Ley de Residuos y Suelos Contaminados. Aunque estas leyes ya han sido superadas por otras normas posteriores, como la Ley de 2011 o el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR) de 2015, así como otras puntuales, todas las organizaciones que participaron en este FSMS LAB reconocieron que a finales de la década de los años noventa del pasado siglo se dio un giro total a la gestión de los residuos en España. Algunos tipos de residuos ya se venían gestionando con anterioridad para su reciclaje, como es el caso del papel/cartón, los materiales férricos o el vidrio, pero es indudable la importancia que tuvieron las dos leyes mencionadas de los años 97 y 98.
20 años después, la valoración en términos generales de las organizaciones participantes en este FSMS LAB fue positiva, tanto en cuanto a lo largo de estos últimos 20 años España ha normalizado la gestión de los residuos y ha avanzado mucho en el reciclaje de los mismos. No obstante, se siguen detectando como problemas a resolver el todavía alto volumen de residuos que acaban en los vertederos sin un tratamiento previo, la necesaria unificación de criterios a la hora de contabilizar los volúmenes de materiales reciclados, la lucha contra aquellos que actúan en el sector de manera ilegal, la instalación entre la sociedad de los “falsos mitos sobre el reciclaje”, el bajo porcentaje (en comparación con los países más avanzados de la UE) de la valorización energética de las fracciones de rechazo, o la falta de formación, conocimiento e información por parte de los ciudadanos sobre los procesos reales para gestionar los residuos, las complejidades técnicas y su coste económico.
Pasadas estas dos últimas décadas de avances en la gestión de los residuos, la Comisión Europea está a punto de aprobar definitivamente su paquete de Economía Circular (se espera que tanto el Parlamento como el Consejo lo hagan en 2018) y una nueva Estrategia de Plásticos, mientras que en España el MAPAMA lidera la redacción de la nueva Estrategia de Economía Circular, entre otras iniciativas. Con todo, en un corto espacio de tiempo, Europa tendrá nuevos objetivos para el reciclado de materiales y para la drástica reducción del vertedero como solución final, en lo que será una transformación de la actual economía lineal (producir, usar y tirar) a una circular de reaprovechamiento de los recursos.
Los participantes en el FSMS LAB coincidieron en que, más allá de directivas, estrategias y leyes, es necesario trabajar con la ciudadanía, porque sin ella será difícil avanzar hacia criterios de economía circular y reducción, reutilización, reaprovechamiento y reciclaje de los residuos. De hecho, según coincidían entre otros los representantes de ANAREVI, REPACAR y la Cátedra Ecoembes, la alta cantidad de impropios (aquello que se introduce en el contenedor incorrecto en el proceso de la recogida separada de materiales) es un síntoma de que todavía queda mucho por hacer en cuanto a formación ciudadana, aunque también se destacó la necesidad de facilitar la separación en origen al ciudadano para hacerle más fácil su participación en el ciclo del reciclaje. José Vicente López (Cátedra Ecoembes) reconoce que “desde el mundo académico detectamos que todavía hay que trabajar mucho el conocimiento de los ciudadanos sobre el reciclaje, pero también la formación de los propios técnicos municipales, que están en el día a día y a veces no tienen tiempo ni medios para mejorar sus capacitaciones. En este sentido, la participación de todos, desde el ciudadano con su voluntad y compromiso, hasta los fabricantes, a través del ecodiseño, es necesaria si queremos llegar a una verdadera sociedad del reciclado”.
Alicia García-Franco (FER) puso en valor los grandes avances que se han producido en estos 20 años, afirmado que las instalaciones de los recuperadores y recicladores de hoy no tienen nada que ver con lo que había hace dos décadas. “Es clave abandonar la economía lineal y apostar por la circular en todos los campos, como en los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), de los vehículos, de los edificios, etc. Tenemos que trabajar mucho en las primeras fases, en las de diseño de los productos a través de la prevención y de la correcta elección del tipo de material para cada producto”. García-Franco también incidió en que “tenemos que reducir al mínimo el vertedero y estudiar de manera seria la opción de la valorización energética para las fracciones rechazo de las plantas de tratamiento, que en España apenas tiene presencia, luchar contra las empresas ilegales con más voluntad política, verificar los métodos de cálculo y definir con precisión quién es el reciclador final de los materiales, además de acabar con la enorme carga burocrática de nuestro sector, donde solemos decir que para mover una tonelada de material tenemos que mover una tonelada de papeleo”.
Otro factor puesto en valor durante el debate fue la participación de la empresa privada. Manuel Kindelan (Sigrauto), comentó que en estos 20 años se ha avanzado mucho no sólo por la legislación, sino también por el trabajo de las empresas privadas del sector que partían de una casi “no gestión” a llegar al punto actual donde se recupera y recicla la práctica totalidad de los materiales y componentes de un vehículo, si bien esto se consigue también gracias a la concienciación de los consumidores y a la lucha contra las ilegalidades. En este sentido, recordó la importancia de la aprobación recientemente del Real Decreto 20/2017 sobre Gestión Ambiental de los Vehículos al Final de su Vida Útil y que regula la actividad de los Centros Autorizados de Tratamiento (CAT). “No obstante -señaló también Kindelan – es clave abordar la economía circular de los materiales, pero sin perder de vista otros retos como el cambio climático o el análisis completo del ciclo de vida de los productos usados en el caso de la fabricación, uso y reciclado de un vehículo, donde el ecodiseño es clave. Es muy positivo avanzar hacia la cultura del reciclaje, pero depende mucho de cada material y al final es el mercado el que pone las cosas en su sitio”.
Por su parte, Manuel Domínguez (Repacar) señaló varios puntos donde es necesario seguir avanzando: mejorar la calidad de los flujos de recogida municipal (en el caso del papel/cartón afectan mucho al contenido de impropios final del material recogido), combatir el robo en los contenedores (un grave problema muy extendido en el papel/cartón) y avanzar en la defensa de la gestión privada de los residuos comerciales e industriales para posibilitar inversiones y mejoras. Otro factor, según Domínguez es que “a veces no tenemos una visión global del conjunto de la gestión de los residuos urbanos y se avanza con decisiones que no ayudan y que solo vienen a poner parches puntuales. Es fundamental explicar más y mejor a los ciudadanos cómo funciona el sistema general de gestión de los residuos”.
El vidrio fue uno de los primeros flujos de materiales que contó en España con un sistema de recogida selectiva, y los datos que hoy arroja su reciclaje son bastante buenos, porque hay cultura de reciclar vidrio y porque es un material muy aprovechable. “La aparición del sistema integrado de gestión encargado de la recogida selectiva del vidrio con una alta contenerización –comentó Lucrecia Marín (Anarevi)- ayudó enormemente a ordenar la recogida y la trazabilidad del reciclaje del vidrio, hasta el punto que, aunque mejorable, es más que suficiente. Donde tenemos que trabajar más es en la calidad del material recogido y en la reducción de los impropios (¿dónde se pesa lo recogido para reciclar a la entrada de la planta de tratamiento o a la salida?), así como en el ecodiseño de los envases pensando en su reciclabilidad, que es una parte fundamental de la economía circular”.