Entrevista a Eduardo de Lecea, director general de Sigaus
La correcta gestión, durante más de 7 años, del aceite industrial usado que se genera en cualquier punto de España, su compromiso con la protección del medio ambiente y el cumplimiento de la normativa al respecto han convertido a Sigaus (Sistema Integrado de Gestión de Aceites Usados) en el auténtico referente ambiental dentro del sector de los lubricantes en España.
Durante este tiempo, Sigaus ha visto recompensado su trabajo con el respaldo del 90% de las empresas del mercado de lubricantes, a las que ayuda a cumplir con la regulación existente en materia de aceites usados. El número de sociedades adheridas no ha dejado de aumentar y se sitúa ya por encima de las 180 empresas. Asimismo, Sigaus cuenta con el respaldo de todas las Comunidades Autónomas, a las que ofrece una información completa acerca de la recogida, gestión y tratamiento de los aceites industriales usados, en un ejercicio de eficacia y transparencia. Eduardo de Lecea, director general de Sigaus, ofrece en esta entrevista una perspectiva acerca del presente y futuro de esta entidad.
Cuando nos adentramos en el último trimestre de 2014, ¿qué balance podría hacernos acerca del trabajo desarrollado por Sigaus?
De esta forma, continuamos prestando un servicio eficiente a todos nuestros fabricantes adheridos, cuyo número ha seguido creciendo durante el año. A su vez, hemos fortalecido nuestra red operativa, y mejorado nuestros procedimientos de control y financiación de la gestión del residuo. Con todo ello, reforzamos la garantía de control ambiental que ofrecemos a todos los agentes involucrados (desde el consumidor a las empresas y las Administraciones) sobre un residuo que puede tener un alto impacto en el medio ambiente si no se recupera y se trata correctamente.
La situación económica continúa todavía inestable, ¿cómo ha afectado la coyuntura de los últimos años a la actividad de Sigaus?
En Sigaus cada vez contamos con más empresas asociadas y percibimos que las empresas cada vez tienen más clara la importancia, incluso como factor de negocio, de cuidar la huella que su actividad tiene en el entorno. Lo que incluye, por supuesto, asegurar que el producto tenga una nueva vida tras su uso, pero también ser capaces de fabricar productos con una menor incidencia ambiental. En ello, el sector de lubricante está siendo un ejemplo.
Y volviendo a los datos macroeconómicos, lo cierto es que el mercado de aceites industriales parece haber cambiado su tendencia en los últimos meses, y somos optimistas de cara al cierre de este 2014. En este sentido, somos también un buen termómetro económico, puesto que recibimos información actualizada de un gran número de empresas que operan en sectores muy diversos.
¿Cómo explicaría a un ciudadano el porqué de la necesidad de Sigaus?
Y a la vez, es un residuo que se genera en casi cualquier sitio, porque ese litro de aceite usado puede proceder de una cooperativa agraria, de un pequeño taller en el medio rural, de un transformador eléctrico o de una estación de tren. Casi cualquier actividad empresarial es susceptible, en uno u otro grado, de generar alguna cantidad de lubricante usado. Esta doble condición de impacto ambiental y dispersión de su generación lo ha hecho un residuo largamente legislado, ya desde los años 70, estableciéndose mecanismos que aseguren su recogida y reciclaje, subvencionando dichas actividades.
En este sentido, la creación de Sigaus responde a una normativa (Real Decreto 679/2006) que regula los aceites industriales usados y que obliga a aquellas empresas que introducen aceites en el mercado, ya sea como producto o como componente, a garantizar, financiando, la correcta gestión de los aceites usados. Esa misma normativa permite a las empresas cumplir sus obligaciones a través de un sistema colectivo, como Sigaus. De esta forma, Sigaus asume una financiación que, hasta ese momento, y durante casi una década, corría a cargo de subvenciones del Estado.
A nivel operativo, ¿cómo efectúa Sigaus la recogida y gestión del residuo?
Sigaus atiende, mediante un servicio de recogida de gran capilaridad, a todos aquellos productores que requieran deshacerse de forma correcta de su aceite usado. En 2013 recogimos aceite usado en más de 70.000 lugares distintos de 4.500 términos municipales. Tres cuartas partes fueron municipios rurales, incluyendo más de 1.000 municipios de menos de 500 habitantes en los que apenas reside el 0,5% de la población española, pero que dispusieron del servicio Sigaus.
Sólo de esta forma se puede garantizar que el aceite usado, provenga de donde provenga, no va a tener un impacto sobre el medio ambiente, con más motivo si cabe en zonas no urbanas de gran valor ambiental.
Para el control logístico de la gestión disponemos de un potente sistema informático, el Sistema de Información Tecnológico (SIT), que nos aporta información precisa de dónde se está recogiendo el residuo, de qué tipo es, qué agentes están interviniendo y qué se está haciendo con este aceite usado. En definitiva, realizando la tan necesaria trazabilidad del residuo. Una información de gran valor añadido para nosotros, puesto que, además, nos permite garantizar que en España se está recogiendo aceite industrial usado por encima del 95% y que más del 65% de este residuo se está regenerando como establece la ley.
¿Podría darnos algunos datos de los beneficios medioambientales que se logran con el trabajo realizado por Sigaus?
El principal beneficio es la propia garantía aportada sobre que el aceite usado se recoge, casi 60 camiones cisterna cada día del año, y se gestiona correctamente, evitando su posible impacto sobre el medio ambiente. En este sentido, conviene señalar que el volumen recogido supone la práctica totalidad del aceite usado generado en nuestro país y que, de no realizarse una gestión controlada, los efectos de este residuo peligroso sobre el agua, el suelo o el aire que respiramos podrían ser extremadamente negativos.
Más allá de este principal beneficio, la gestión del aceite usado incentivada por Sigaus genera impactos ambientales positivos derivados de los diferentes procesos de tratamiento de este residuo. Como ejemplo, el aceite usado regenerado en 2013 habría evitado, según diversas estimaciones, la emisión a la atmósfera de 240.000 toneladas de CO2, mientras que el aceite usado valorizado contendría una energía equivalente a 506 GWh, el consumo eléctrico anual de 138.000 hogares de tipo medio en España. Desde 2007, Sigaus ha recuperado más de un millón de toneladas de aceites industriales usados, de las que ha financiado la regeneración de 686.000 que, en términos ambientales, suponen la reducción de la emisión de más de 2 millones de toneladas de CO2, equivalentes a lo que absorbe, en un año, un bosque con la mitad de extensión que tiene la Comunidad de Madrid. En términos energéticos, la valorización como combustible de 355.000 toneladas de aceite usado equivaldría a la producción de 3.800 GWh, el consumo anual de más de un millón de hogares.
Como sistema integrado de gestión de aceites usados, ¿aprecian un uso cada vez mayor de ecolubricantes en España?
Como he señalado, el sector está muy concienciado con los aspectos ambientales, y se están haciendo grandes esfuerzos en esta línea. También en esto Sigaus está jugando un papel importante, trabajando desde hace años en la prevención, es decir, en las actuaciones encaminadas a reducir la cantidad o la peligrosidad del residuo cuando el lubricante concluye su vida útil. A través de nuestros Planes de Prevención, desde 2010 hemos impulsado y coordinado las acciones desarrolladas por la industria fabricante para ofrecer aceites industriales más duraderos y menos contaminantes, procesos de aplicación más eficientes, incorporar bases regeneradas en la fabricación de lubricantes y realizar un buen número de acciones de formación dirigidas a utilizar o consumir de la forma más correcta los lubricantes (y, por tanto, generar menos residuo).
Este 2014 hemos presentado el balance del primer Plan de Prevención, en el que han participado 160 de nuestras empresas adheridas, poniendo en marcha una media de 12 acciones de este tipo en los últimos 4 años.
El uso de ecolubricantes ¿facilita también la labor medioambiental de Sigaus en la gestión de estos residuos?
Por otro lado, se ha alargado la vida útil de los lubricantes utilizados en el sector del automóvil, por lo que ya no se cambian cada 15.000 km sino cada 20.000 ó 30.000, favoreciendo que el consumo de estos productos sea menor y que, por tanto, la generación de aceites usados también disminuya a largo plazo. En todo caso, nuestra función, y nuestro objetivo va a seguir siendo recoger y reciclar el aceite usado que se genere, sea cuál sea su cantidad, procedencia y ubicación geográfica.
¿Existe a día de hoy un ecolubricante que al final de su vida útil no se convierta en residuo? ¿Se dará esto en el futuro?
Se trata de una vía muy interesante y en la que, como en el resto, los resultados han ido mejorando año a año. Como ejemplo, calculamos que esos aceites introducidos en el mercado habrían ahorrado la gestión que representan 144 camiones cisterna cargados de aceites usados.