Entrevista a Luis Palomino, secretario general de Asegre

La Asociación de Empresas Gestoras de Residuos y Recursos Especiales (Asegre) se centra en la gestión de los residuos peligrosos y residuos no peligrosos de origen industrial, así como en la recuperación de suelos contaminados. Según explica Luis Palomino, secretario general, la asociación cuenta con 70 compañías asociadas que representan más del 75% de la capacidad de tratamiento, que abarcan todos los tratamientos existentes en España de residuos peligrosos, y los tratamientos de eliminación para los residuos industriales no peligrosos. En su conjunto, estas empresas dan trabajo a 2.500 personas y tienen capacidad para tratar 5 millones de toneladas de residuos.

Es pronto todavía para saberlo con exactitud, pero puedo adelantar que la actividad del sector de la gestión de residuos peligrosos ha caído entre el 35 y el 40% en los últimos cuatro años, lo que ha producido la pérdida de la mitad de los empleos. En cuanto a facturación, la caída del 6,64 % en 2012 supone una caída acumulada del 40 % desde 2008.

El empresario está preocupado por la caída de la actividad industrial, causa principal de los problemas actuales en la gestión de residuos peligrosos y descontaminación de suelos. Sin embargo, también preocupan cuestiones añadidas como la menor disponibilidad de recursos de las administraciones para controlar la gestión y a criterios menos exigentes y diversos en la aplicación de la legislación de residuos. La mayor amenaza es que se está creando un sector paralelo ilegal que actúa con total impunidad.

Las suplantaciones de identidad para recoger aceites usados en los talleres de vehículos, los robos constantes de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en los puntos limpios de los municipios, las mezclas de residuos industriales con escombros para evitar su reciclaje, la incorporación incontrolada de residuos al suelo y el traslado ilegal de residuos a otros países.

En la actualidad, más del 40% de los residuos peligrosos gestionados reciben tratamientos de reutilización, reciclaje o valorización. Dicha gestión está especialmente consolidada en aquellas sustancias de mayor valor como determinados metales procedentes de catalizadores, líquidos de revelado, aparatos eléctricos y electrónicos, disolventes, aceites o hidrocarburos.

Según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente, España ha experimentado en los últimos 10 años un crecimiento en el proceso de reciclaje: del 21% en 2001, al 33% en 2010. Sin embargo, son números que todavía nos sitúan por debajo de la media de la UE. Este mismo informe plantea que para 2020 se debe cumplir el objetivo europeo del 50%.

Las tendencias en materia de reciclaje

Según apunta Palomino, los principales procesos de recuperación y reciclaje de residuos peligrosos son la reutilización de envases usados (bidones metálicos y plásticos superiores a 200 litros de capacidad) mediante lavado y acondicionamiento; la destilación de disolventes y de aceites usados; la descontaminación y separación mecánica de materiales (chatarra, cobre o metales preciosos) en los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos; la recuperación de plata en los líquidos fotoquímicos y radiografías; la recuperación del plástico y metal en envases contaminados; la recuperación de aluminio y zinc de escorias y espumas de fundición; la recuperación de hierro y cobre en escorias y tierras contaminadas con baja concentración en estos metales; el acondicionamiento de hidrocarburos con contenidos variables en agua para su empleo como combustible y la preparación de mezclas de residuos sólidos y líquidos con posibilidad de ser utilizados como combustible en hornos cementeros.

Nos gustaría recibir un apoyo mayor y, sobre todo, evitar la actual disparidad legislativa en materia medioambiental que existe entre las Comunidades Autónomas. Resulta paradójico que, habiendo una regulación europea en España, una Comunidad Autónoma catalogue una sustancia como residuo peligroso y otra no. Además, España se puede ver sometida a sanciones por parte de la Unión Europea por no aplicar con rigor la legislación vigente. La Comisión Europea estima que si se cumpliera la regulación ambiental vigente, el sector de los residuos podría crear 400.000 nuevos puestos de trabajo en el continente.

Es necesario un cumplimiento estricto de la legislación medioambiental vigente y, para ello, las administraciones deben destinar más recursos para inspección y control. Y aplicar la legislación de forma homogénea. Por otro lado, la gestión es controlada con distinta intensidad por las administraciones de todo el país. España no puede sobrevivir basándose solamente en el sector servicios sino que debe ser reindustrializada. El sector de los residuos tiene un papel central en la conformación de una nueva economía circular en la cual los residuos de una industria se convierten en la materia prima de otra industria.

Los gestores de residuos en España disponen de las mejores técnicas e infraestructuras para tratar los residuos peligrosos con todas las garantías de seguridad y cumpliendo lo establecido por la jerarquía de residuos. La caída de la actividad económica llevó a una importante reducción en la producción de residuos. Esto unido a que muchas administraciones públicas se dedicaron a promover instalaciones en los años de bonanza económica, sin tener en cuenta la capacidad existente, ha ocasionado una importante sobrecapacidad. Por lo que en la actualidad el sector tiene experiencia, conocimiento y capacidad para tratar los residuos producidos en España e incluso internacionalizar sus servicios tratando residuos de otros países.

Hay que recordar que las instalaciones son explotadas según las autorizaciones concedidas y controladas por los órganos competentes de las Comunidades Autónomas, según las mejores técnicas disponibles. Y estas mejores técnicas disponibles se definen en el ámbito europeo, por lo que la forma de tratar los residuos en nuestro país es similar a la forma en que se hace en otros países de nuestro entorno. De acuerdo con la Agencia Europea de Medio Ambiente, los países con mayor nivel de importación de residuos son Noruega, Alemania, Bélgica, Suecia, Holanda y Dinamarca, es decir, son los países con mayor conciencia ambiental y con mayor calidad en los tratamientos los que importan más residuos.

Todos los residuos químicos son distintas combinaciones de sustancias y para su tratamiento existe una respuesta técnica, si bien en algunos casos puede entrañar una mayor complejidad. En nuestro país disponemos de tratamiento para la práctica totalidad de los residuos, siendo necesario enviarlos a otros países en casos muy concretos.

Por un lado, las obligaciones relacionadas con el almacenamiento, envasado y etiquetado; y por otro, la tramitación administrativa de la gestión, como es cumplimentar la documentación, clasificación y codificación del residuo. No obstante, los gestores tratan de apoyar a los productores en estas tareas.

Esperamos que la caída del sector se vaya reduciendo gracias a las ligeras mejoras que están produciéndose en nuestra economía pero, para ello, necesitamos un cumplimiento más estricto de la legislación medioambiental vigente, y para ello mayor vigilancia, inspección y control.