Entrevista a Luis Monge, director comercial de Taim Weser
Taim Weser, ingeniería especializada en la fabricación y suministro de soluciones para el tratamiento de residuos, entre otros sectores, desarrolla la tecnología Rotopala, ideada para el tratamiento de residuos sólidos urbanos, que tras un tiempo, proporciona compost para la agricultura, la jardinería o la restauración paisajística, un combustible derivado de residuos o un material reciclable. “Nuestro sistema ha demostrado su fiabilidad y eficiencia en todas las instalaciones que hemos suministrado en Europa y el mercado, desde 1996”, explica a Interempresas Luis Monge, director comercial de la compañía en España.
¿Qué tecnologías desarrolla Taim Weser para el tratamiento de residuos?
Nuestro producto estrella es la tecnología para el tratamiento de residuos sólidos urbanos, previamente separados, en nave cerrada mediante volteadora automática, que consiste en la maduración de los residuos a través de un proceso de compostaje aeróbico totalmente automatizado.
Dicen que con su método se obtiene compost…
Sí, tras un período de unas 6 semanas de duración y en función del residuo de entrada, nos permite obtener un compost apto para agricultura, jardinería o restauración paisajística, un combustible derivado de residuos o un material reciclable. Esta tecnología, que nosotros denominamos Rotopala, está orientada a plantas de tratamiento en los que el volumen de residuos a tratar sea de 50.000 toneladas/ año en adelante. Para casos en que el volumen de residuos a tratar sea menor, disponemos también de soluciones como los túneles de compostaje.
A la hora de desarrollar una planta de tratamiento de residuos, ¿qué aspecto presenta mayor dificultad? ¿Por qué?
Aunque es ajeno a nuestra planta, el factor clave es la separación domiciliaria, un biorresiduo generará un compost de calidad excelente, que podrá utilizarse como fertilizante o regenerador de suelos; por el contrario, un residuo con peor separación generará lo que se denomina compost-like, que puede ser todavía utilizado sobre el terreno, pero no para productos cuyo destino final es el consumo humano. Así, es crucial que en la fase de diseño de la instalación, se considere la variabilidad existente en el residuo de entrada (según tipo, localización, temporalidad, granulometría, humedad, etc.) para obtener un producto final de acuerdo a la normativa vigente en el país donde se instala la planta y a la utilización que se le pretenda dar a ese producto.
Los últimos proyectos llevados a cabo por Taim Weser han sido para la planta del CTR Vallés Occidental en Vacarisses (Barcelona) y para la planta de Los Hornillos, en Quart de Poblet (Valencia). Háblenos de ellos.
Ambas plantas están equipadas con nuestra tecnología de compostaje en nave cerrada mediante volteadora. En el caso de Vacarisses, hemos instalado dos líneas de compostaje con una capacidad de tratamiento de 154,000 t/año de residuos y en Los Hornillos, el alcance de suministro ha sido una línea completa de compostaje con una capacidad de 62.000 t/año de residuos. Las dos instalaciones se encuentran completamente operativas.
¿En qué trabajan en la actualidad?
Estamos construyendo dos nuevos proyectos dotados de nuestra tecnología Rotopala en Reino Unido, concretamente para las plantas de WaterBeach, en Cambridge, y la planta de Essex, en Basildon. En Cambridge vamos a llevar a cabo la sustitución y renovación de las dos líneas del sistema de tratamiento mecánico-biológico de la planta, originalmente suministradas por un tercero. Nuestro alcance de suministro en este caso incluye la sustitución completa de las 2 volteadoras y el sistema eléctrico, junto con la modificación y mejora de los sistemas de aireación y de control de procesos previamente instalados y la optimización del sistema de descarga, para conseguir unos procesos de descarga y almacenamiento de residuos más eficientes. La entrada en funcionamiento de esta instalación está prevista para finales de 2013.
¿Y en el caso de Essex?
Se trata de una planta de nueva construcción en la que vamos a suministrar tres líneas de maduración de residuos en nave cerrada mediante Rotopala, con una capacidad de tratamiento de 375.000 toneladas por año de residuos sólidos urbanos previamente tratados. La entrada en funcionamiento de la planta está prevista para 2015 y se convertirá en la mayor planta de compostaje de residuos en nave cerrada instalada a nivel mundial.
¿Qué producto de su gama de tratamiento de residuos es el que genera mayor volumen de negocio?
En nuestro caso el producto más demandado por los clientes es el tratamiento mecánico-biológico por volteo, nuestro sistema Rotopala. ¿Por qué? Por diferentes razones: en primer lugar, genera un entorno de trabajo seguro, ecológico y económico. Al ser un sistema totalmente automatizado, no requiere intervención humana. A continuación, nuestro producto es de reconocido prestigio y fiabilidad, con una cifra insuperada de instalaciones operando en el largo plazo: como ejemplo, cabe citar que alguna planta nuestra está en operación en Alemania desde hace casi 20 años. Finalmente, su cuidado y respeto ambiental, sin ninguna emisión de olores al exterior gracias al sistema de biofiltros que lleva incorporado.
¿Qué es más frecuente hoy, que el cliente pida una solución completa llave en mano o que pida un equipo concreto para añadir a su línea?
En nuestro caso, lo habitual suelen ser soluciones completas llave en mano, a integrar dentro del complejo de tratamiento de residuos ya desde la fase de diseño de la instalación, por lo que la elección de la tecnología de tratamiento de residuos determina qué equipos se han de utilizar y qué características han de tener. Esto, además de permitirle al cliente contar con procesos tecnológicamente integrados, le da ventajas adicionales de cara a la financiación de los proyectos.
¿Cómo funciona una instalación de tratamiento mecánico-biológico para la obtención de compost y material reciclable?
Nuestro proceso se inicia con la recepción de los residuos orgánicos previamente separados en la nave de compostaje, mediante la introducción de los mismos mediante una cinta transportadora formando así la pila inicial. A partir de este momento, se lleva a cabo el volteo y aireación de la pila en diferentes períodos mediante la máquina volteadora, formando sucesivas pilas longitudinales hasta que los residuos llegan a la parte final de la nave. En este punto el residuo es recogido mediante la máquina volteadora y cargado en un transportador por banda para descarga, que se encuentra en la parte final de la nave.
¿Qué ocurre a partir de entonces?
Unos transportadores por banda inclinados llevan los residuos al exterior de la nave con dirección al siguiente proceso que será el de afino de compost. Durante todo el proceso se realiza un control de la temperatura y humedad del producto para identificar su grado de maduración y determinar si el proceso se está realizando correctamente. Además, un sistema de ventilación forzada ayuda a realizar este proceso a la vez que evita la emisión de olores al exterior de la nave.
¿Qué tipo de material plantea mayor dificultad para su reciclado? ¿Por qué?
La tecnología va avanzando y permite conseguir metas de separación que hace poco tiempo eran impensables, lo que hace posible incrementar de manera importante los porcentajes de reciclado. No podemos obviar el objetivo para 2020 de la Unión Europea: reciclado 50%.
Y ya para concluir, ¿cuáles son las tendencias en cuanto a instalaciones para el tratamiento y el reciclado de residuos?
Las consideraciones medioambientales son cada vez más estrictas por lo que hay que tener un mayor cuidado con los productos que se envían a vertedero y las emisiones a la atmósfera. Nuestra tecnología está orientada a cumplir con las normativas vigentes más restrictivas, minimizar los excedentes y las emisiones nocivas a la atmósfera, a la vez que se haga el mayor aprovechamiento posible de la materia compostada. Nuestra sociedad está obligada, para su propia supervivencia, a desarrollarse de manera sostenible: recuperar materiales para su reciclado, crear biofertilizantes y reducir los volúmenes de vertido, y todo ello sin impacto ambiental. Esto es en lo que Taim Weser cree y para lo que trabaja desde su Unidad de Negocio de Tratamiento de residuos.
Sobre Taim Weser
Taim Weser desarrolla, fabrica y suministra soluciones en forma de proyectos llave en mano dentro de los sectores de elevación, manutención, tratamiento de residuos y energías renovables. “Somos una gran ingeniería, en el sentido más amplio de la palabra, y contamos además con unos equipos de producción especializados para la fabricación de nuestros componentes principales. Nos adaptamos a los requerimientos de nuestros clientes para darles siempre la mejor respuesta a sus necesidades”, explica Monge.
La compañía cuenta con una experiencia de más de 100 años en el mercado y está presente en todo el mundo, con actuaciones realizadas en más de 60 países. Su sede central se encuentra en Zaragoza, donde dispone de unas instalaciones de 64.000 metros cuadrados y un equipo humano de 275 personas. Además integra una red de empresas filiales en Bad Oeynhausen (Alemania), en Curitiba (Brasil), así como en otros lugares del mundo.
