La industria siderúrgica española recicló 11,2 millones de toneladas de chatarra en 2012
En la siderurgia, hay dos procesos industriales: el integral (horno alto y acería al oxígeno LD) y acerías de horno eléctrico. En el primero, la producción se realiza básicamente a partir de mineral de hierro, con entre un 20% y un 30% de chatarra para controlar la temperatura del proceso, y en el segundo, acerías de horno eléctrico, se utiliza hasta en un 100% chatarra como materia prima. Sea cual fuere el proceso de producción, el acero producido en nuestro país siempre contiene reciclado. Por cada tonelada de acero que recicla, la industria siderúrgica española ahorra alrededor de una tonelada y media de mineral de hierro, además de un 85% de agua, un 80% de energía y un 95% de carbón.
La capacidad recicladora del sector —se recicla prácticamente todo lo que se produce— hace que las acerías españolas incluso importaran el pasado año 2012 más 4,3 millones de toneladas de residuo férrico, reciclándolo aquí con las máximas garantías y controles ambientales y generando un gran valor añadido, además de superávit comercial, puesto que el 71% de lo producido en el país se vuelve a exportar como material elaborado.
La contribución del sector a la balanza comercial española es muy positiva. Su valor es de 2.100 millones de euros, creciendo el 57% respecto a 2011, un saldo positivo que supone el 14% de los 14.746 millones de euros de superávit comercial no energético de España en 2012.
Innovación, eficiencia, sostenibilidad y seguridad laboral son principios que rigen la estrategia del sector, que se reconoce como un factor fundamental de la nueva economía verde. Cada tonelada producida conlleva 7 euros en inversiones medioambientales. La industria siderúrgica realiza un uso eficiente de los recursos hasta aprovechar casi el 80% de los residuos y subproductos que genera en el proceso.
Unesid es la asociación empresarial de la siderurgia española, que aglutina 46 empresas, que emplean a 60.000 personas —además de las 20.000 que intervienen en la recolección de chatarra— y facturan en su conjunto 13.000 millones de euros.