Cada español recicló 17,7 kilos de papel y cartón en 2012
6 de febrero de 2013
La industria española de la recuperación y el reciclado gestionó 830.000 toneladas de residuos de papel y cartón en 2012 procedentes de los sistemas de recogida municipal (contenedor azul, puerta a puerta y puntos limpios), un 10% menos que en el año 2011, y evitó la emisión de 747.000 toneladas equivalentes de CO2, lo que equivale a 11.516 viajes a la Luna.
La disminución en los volúmenes de recogida, explica Repacar, se produce de manera generalizada como consecuencia de la situación económica y sus efectos sociales. De media, la bajada se sitúa en el 12% para las ciudades de más de 100.000 habitantes y en el 8% para las de menor tamaño. En términos per cápita se gestionaron 17,7 kg de residuos de papel y cartón por persona y año, frente a los 19,5 kg/hab/año del año anterior. Por comunidades autónomas, un año más, los volúmenes más elevados se registraron en Cataluña, Madrid y Andalucía.
A pesar de este descenso, agravado en los últimos tres años por los efectos de la crisis, el volumen de residuos de papel y cartón gestionados a través del canal municipal se incrementó un 44% en la última década. Este aumento es el resultado de la aplicación de una política gestión de residuos eficiente; del esfuerzo realizado por las entidades locales y por los ciudadanos, que cada día están más sensibilizados con la importancia del reciclaje; y de la óptima prestación del servicio de recogida por parte de las empresas de gestión de residuos, tanto en términos de calidad como económicos.
En este sentido es importante destacar que, en los últimos años, las empresas españolas de la recuperación y el reciclado han tenido que soportar un importante incremento de costes, como los de la energía o los carburantes, y una sustancial disminución de los volúmenes de recogida. Por ello, y con el fin de poder seguir ofreciendo un servicio de calidad a la sociedad sin aumentar el precio del mismo, han tenido que abrirse a otros mercados extranjeros de reciclado que pagan precios más altos que sus competidores europeos por estos materiales. Aumentando su abanico de clientes, han incrementado los ingresos totales por ventas de material, lo que les ha permitido mantener el coste del servicio de gestión de los residuos municipales y evitar al final que el contribuyente, es decir, el ciudadano, pague más por lo mismo.