El sulfato de hierro beneficia la producción agrícola
El proyecto, realizado por la Universidad de Huelva en colaboración con la empresa Tioxide Europe, comenzó hace cuatro años y su objetivo era investigar sus efectos en la agricultura, tanto en su aplicación directa como mezclado con materias orgánicas. Asimismo, se pretendía comprobar su utilización como corrector de carencia de hierro que se manifiesta en forma de hojas amarillentas y suele presentarse en suelos con un alto nivel de caliza y en cultivos especialmente sensibles, como viña, cítricos, frutales y hortícolas.
La alternativa para la corrección de la carencia de hierro suele ser el uso de quelatos, pero su excesivo coste lo hace inviable en la mayoría de los cultivos. La materia orgánica enriquecida con hierro ejerce una completa acción físico-química en los suelos, que mejora la regulación térmica de los mismos, reduce los procesos erosivos y aumenta su capacidad de retención de agua y las condiciones hidrológicas generales, entre otros aspectos.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigadores de la Universidad de Huelva, liderado por Diego Luis Orihuela, ha probado y analizado el efecto del sulfato de hierro en varios cultivos y soportes como macetas en invernadero, plantaciones de melocotoneros, cultivos de fresas durante dos años, etc. Se han realizado experiencias alternativas usando otros productos orgánicos, como los derivados de la descomposición de rastrojos. El sulfato de hierro monohidratado es un producto autorizado por el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica (CAAE) para su uso como fertilizante en este tipo de agricultura.